La sucesión de escándalos
de Cristina Cifuentes tuvo su colofón en la mañana del miércoles 25 de
abril. “Okdiario” publicaba un vídeo fechado en mayo de 2011 en el que
la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, era
conducida por el guardia de seguridad de un hipermercado a una sala para
proceder a registrar su bolso.
En dicho registro, se demuestra que Cifuentes había sustraído del expositor dos botes de crema rejuvenecedora de la marca Olay.
La policía, al conocer la situación y advertir que, por aquel entonces, Cifuentes era la número dos de la Asamblea de Madrid, ordenó su inmediata puesta en libertad, previo pago de los productos robados.
Este hecho tormentoso en la vida
de Cristina Cifuentes ha sido el tiro de gracia para provocar su caída.
Pero, ¿no resulta curioso que esta noticia haya sido exclusiva en
“Okdiario”?
¿Es jugar limpio utilizar un
pasado turbio para provocar la dimisión de un cargo público?
Todos conocemos que en el amor y en la guerra -y en la política- todo vale; pero, ¿hasta qué punto? Tal y como dijo la propia Cifuentes al anunciar su dimisión, se han traspasado muchas líneas rojas y al final, detrás de un cargo público tan polémico, hay una persona.
Yo mismo me manifestaba hace unas semanas ante la sede de la Comunidad de Madrid pidiendo su dimisión por el escándalo del máster. Yo mismo me alegré al saber que había dimitido, pero pronto caí en la cuenta de que ha sido gracias a Inda y no a Escolar, por lo que Cifuentes ha cedido.
Altos cargos del Partido Popular, incluido el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han manifestado que Cifuentes debería haber cedido ya, tan solo unos días después de que declarase que “hay cosas más importantes” de las que preocuparse y no por una “polémica estéril”.
Esto nos demuestra el nivel de convicción de los argumentos de nuestra clase política, que cambia tanto de posición como una veleta en función del viento.
Ahora la Comunidad de Madrid queda en manos de Ángel Garrido, quien ya ha demostrado tener pensamientos no muy en sintonía con los años en los que vivimos y ser del Partido Popular más profundo y tradicional.
Toda mi vida he
escuchado un refrán que cada vez se cumple con mayor certeza y es que
“Detrás vendrá quien bueno/a me hará”.
¿Será Ángel Garrido una Esperanza
Aguirre dos?
Cristina Cifuentes, de las únicas personas que me parecían limpias del Partido Popular, ha demostrado ser de lo más cínico y le ha dado un golpe muy duro a la Universidad pública; pero ha sido derrocada por su propio partido tirando de hemeroteca sumergida.
Estoy más que convencido de que el Partido Popular le ha dado el tiro de gracia a una políticamente moribunda Cristina Cifuentes.
Por Eduardo Mancilla Pérez. Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION