El 31 de mayo se debatía en el Congreso
de los Diputados una moción de censura histórica, la primera de España
que iba a dar como resultado un cambio de presidente de Gobierno.
Aquel
jueves, primera sesión de debate, estaba en la bancada de ministros el
titular de Justicia, Rafael Catalá. Pero ese día también hizo otra
tarea.
Firmó el procedimiento que permite heredar a Carmen
Martínez-Bordiú el Ducado de Franco tras la muerte de su madre en
diciembre de 2017, según publica este viernes Vanitatis, que añade que el nombramiento ha sido enviado al BOE aunque aún no se ha publicado.
Carmen Martínez-Bordiú ,
que se convertirá a partir del que se publique oficialmente en duquesa
de Franco, lo había solicitado en marzo de este año y se había iniciado
el procedimiento, pero fue in extremis, a punto de ganar Pedro Sánchez
la moción de censura, cuando Rafael Catalá puso fin al proceso de
sucesión de un título que, por su nombre, incumple la Ley de Memoria
Histórica, ya que homenajea al dictador.
Esta ha sido una de las últimas
medidas el ministro del PP en su cargo.
Desde que la nieta de Franco pidió heredarlo, numerosas asociaciones memorialistas se posicionaron en contra. De hecho, el propio PSOE solicitó el 6 de abril al ministerio de Catalá que instara al monarca Felipe VI a
anular del título nobiliario, ya que es competencia del rey lo
referente a ducados, marquesados y demás distinciones.
“No es solo
anacrónico sino que nos conecta con el franquismo –explicaba en abril el
responsable de Justicia y nuevos derechos del PSOE, Andrés Perelló– Su
majestad tiene que pensar si desconecta o sigue conectado con vestigios
del pasado”.
También Izquierda Unida ha pedido por carta al monarca que anule el ducado. Además de registrar un escrito al ministerio de Catalá en abril, escribieron
una carta personal a Felipe VI: “Como ya le trasladé en su momento,
considero que la existencia y sucesión del Ducado de Franco es contrario
a la legalidad vigente…”, decía el escrito.
Como hecho ya consolidado,
aunque no se ha publicado aún en el BOE, los socialistas tendrán que
convencer al rey porque es el único que, una vez entregado, podría
cancelarlo.
Puede que a alguien le parezca que la
concesión (o trasmisión) en democracia de un título nobiliario a la
nieta del sanguinario dictador es un asunto sin mayor trascendencia,
pero es en realidad uno de los hechos que en mayor medida la tienen en
la actualidad, porque refleja la falta de atención, o peor, incluso de
respeto y consideración, del que hacen gala constantemente las
instituciones heredadas del franquismo, empezando por la que ejerce la
jefatura del Estado.
Tan importante es, y tanto significa
esta concesión, que se ha hecho a hurtadillas (aunque finalmente se haya
descubierto) aprovechando una fecha tan señalada como la del día de la
única moción de censura aprobada desde la restauración de la
“democracia”.
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