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domingo, 19 de agosto de 2018

El infierno en La Casita de Dios

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El infierno en La Casita de Dios, donde el demonio andaba en sotana y sin calzoncillos, o la imperiosa necesidad de que se termine con el celibato en curas y monjas.


Nunca hablo de religión, ni de curas o monjas, a pesar de que tengo amigos personales que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, a uno de ellos le tengo especial cariño, no es preciso nombrarlo.


Yo nunca he sufrido ningún tipo de abuso sexual, y mis relaciones con los curas, además de cortas, han sido positivas, he tenido esa suerte.


Mi primera relación de amistad fue con un sacerdote de nombre Antonio, que era muy buena persona y nos daba clase de religión en la escuela, fue la primera persona que me dijo que debía dedicarme a la escritura, tendría yo unos doce años, me regaló un ejemplar del Nuevo testamento, que todavía conservo, y algún libro más.


Después, hasta los años adolescentes no volví a cruzar una sola palabra con ningún sacerdote. 


Con la llegada a Valencia, en aquellos años de semi-clandestinidad, conocí en la lucha contra la dictadura y su apéndice borbónico, a tres curas obreros: Jesús Ezcurra, José María y otro Antonio, no recuerdo sus apellidos. Jesús Ezcurra, era, y supongo que seguirá siéndolo, una persona comprometida y luchadora, terminó dejando el sacerdocio y lo último que supe de él, que se dedicaba a la docencia en un instituto de Alicante. José María y Antonio, igualmente buenas personas, luchadoras y comprometidas, terminaron casándose y teniendo hijos, que es lo lógico y natural.


Hace unos seis años, visitando el Monasterio de Uclés, vi a niños de unos trece años, que ya habían iniciado la preparación para ingresar en la Iglesia, lo cual, en su momento critiqué por parecerme una aberración, y que gracias a mi amigo José Vicente Navarro Rubio, no se perdió, por recoger mis palabras en su blog, en un artículo dedicado a mi, bajo el título de "Paco Arenas, mucho Paco para un pueblo tan pequeño como Pinarejo", hace, como he dicho, ya seis años, tres años antes de la publicación de mi primera novela:


"Hace unas horas estaba todavía en el “Escorial de la Mancha”, me sorprendió ver que había niños de unos trece años en adelante dando clases, pregunte si se utilizaba el monasterio de Uclés como colegio, la respuesta fue sorprendente, al menos para mí . “es el seminario menor de Cuenca, son niños que estudian para ser sacerdotes”, ¿a los trece años, un crío realmente puede saber si desea ser cura, si todavía no ha experimentado los picores de la adolescencia?


No sé si será opio la religión, pero como para todo debería haber unas reglas, y una de ellas debería ser la prohibición de entrar a un seminario o en un convento antes de los 18 años o como mínimo los 16, siempre que hubiese probado lo que después en teoría tienen prohibido, porque luego pasa lo que pasa. ¿No?"


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Eso pensaba entonces, eso pienso ahora, entonces, como ahora, pienso que la mayor aberración o castración sexual que existe, se encuentra en la Iglesia Católica, el celibato. En ningún lugar de la Biblia se dice que los sacerdotes y monjas deben ser célibes, el mismo Jesús conoció a María Magdalena. 


No es pecado el sexo, no puede ser pecado cuando dos personas deciden disfrutar de él, puesto que da placer a quienes de manera voluntaria deciden hacer uso del mismo, forma parte de la esencia del amor.


Es algo aberrante y criminal el abuso sexual de otra persona, las violaciones, el tráfico de mujeres, niñas o niños.


 Mucho más, cuando esas violaciones y abusos los llevan a cabo personas que se suponen que han optado por el celibato obligado del sacerdocio y lo practican con criaturas inocentes, con niños y niñas, que tienen o no, a su cargo. en el caso de la Casita de Dios, en Argentina, contra los más vulnerables , contra niños y niñas, sordomudos, a partir de los cinco años, escogiendo de entre estos a los más vulnerables, aquellos que ni siquiera habían aprendido el lenguaje de signos.


 Siendo una monja la encargada de suministrar los niños y niñas a los curas pederastas...
 

Tras leer la noticia, no pude dormir imaginándome el sufrimiento de esas criaturas.


La homosexualidad es natural, como cualquier otra opción sexual, la pederastia y el celibato no tienen nada de natural, y a buen seguro es la razon ppr la que cada día salen nuevos y múltiples casos en todo el mundo.


Solo hay un modo de acabar con esa aberración de la pederastia en la Iglesia , acabar con esa otra aberración que es el celibato.
 

  Paco Arenas








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