Cada
vez es más frecuente ver perros que han dejado atados en la calle,
solos, esperando mientras las personas que les cuidan han entrado a
algún lugar donde no se permite la presencia de perros.
Comercios,
centros de salud, bibliotecas, restaurantes, bares…… y un perro, en
ocasiones hasta dos o tres perros coinciden a la vez, frente al sitio,
haga frío o calor, llueva o el sol sea insoportable.
Los que tienen
suerte esperan en una sombra tranquila, pero, en todo caso, se
encuentran indefensos y casi siempre atemorizados.
Atado peligrosamente cerca de la carretera
Te acercas a ese perro y decides quedarte a su lado. Protegerle hasta
que vuelvan a por él, reconfortarle, ponerle en una sombra, darle de tu
agua, taparle con tu paraguas o tu abrigo.
En ocasiones pasan 10
minutos, 15 minutos, 30 minutos, y decides buscar a quien le ha dejado
allí.
Le explicas las múltiples razones por las que nunca, bajo ningún
concepto, se debe hacer lo que ha hecho:
- La primera razón, la más obvia: El perro lo pasa mal.
- Viven ese momento como una situación muy negativa, de intensa angustia y ansiedad.
- Así nos lo indica su lenguaje corporal, se mueven inquietos lo que les permite el largo de la correa, su mirada fija en la dirección por donde se fue la persona, el rabo bajo entre las patas, ladran, lloran, tiemblan de nerviosismo o temor.
- Pueden hacerse daño a sí mismos: La inquietud les lleva a moverse en exceso pudiendo enredarse con la correa. En ocasiones perros a los que el estrés les afecta mucho son capaces de tirar ajenos al dolor que sienten con cada tirón.
- Pueden hacerles daño: Personas adultas y niños pueden hacerles “gamberradas”, quizá nadie lo vea o quiera impedirlo.
- Agresiones de otros perros y agresividad: Algunos perros al sentirse estresados y atados manifiestan comportamientos defensivos. Esto sucede cuando se acercan otros perros, aunque vayan acompañados, o cuando se acercan menores con ánimo de acariciarles.
- Sufrir un accidente grave o perderse: El estado de nerviosismo y ansiedad que les provoca la situación hace que muchos perros sean más susceptibles a aterrarse por ruidos o movimientos a su alrededor que, en otras ocasiones, no les asustarían. En ese pavor pueden tirar de la correa hasta hacerse daño o conseguir soltarse. En su huida de lo que tanto les asusta pueden ser atropellados o perderse.
- Provocar ellos un accidente a las personas: Desde alguien que al pasar a su lado no vea la correa y se tropiece, hasta un accidente de circulación si el perro se soltase y cruzase la calle.
- Robo de perros: El número de denuncia por robo de perros es alarmante. Existen mafias que pasean las calles en furgonetas o coches buscando perros de los que dejan atados e indefensos, se los llevan. No sólo se roban perros de raza, también se roban perros mestizos y perros de todos los tamaños, y todas las edades, todos son necesarios para el entrenamiento en las peleas de perros. Los de tamaño pequeño los usan para las primeras fases del entrenamiento. Tu perro puede acabar siendo sparring. Tan atroz como real.
Debería
concebirse como un acto que implica falta de respeto y de
responsabilidad.
Los perros no son cosas que puedas dejar “aparcadas”.
La vida de estrés que sufrimos, la falta de tiempo, hace que muchas personas consideren que es posible hacer dos actividades en una, el paseo del perro y hacer la compra por ejemplo, todo a la vez.
Hemos perdido el gusto que sienten los perros de salir a dar una paseo en compañía. Nos resulta impensable sacar una hora al día, para hacer ejercicio, relajarnos, y satisfacer el momento más especial del día para ellos. ¿Por qué tenemos perro si ni tan siquiera eso les podemos ofrecer? ¿de verdad nos resulta imposible hacerlo bien?
Muchas tiendas y grandes almacenes disponen de un espacio para que dejes enganchado a tu perro en la entrada. Estos espacios pueden estar mejor o peor acondicionados y resguardados, y pese a que siempre es mejor eso a que se le deje amarrado a una barandilla o farola, estas medidas no solo están reflejando la gran demanda de personas que deciden hacerlos esperar fuera, sino que también contribuye a normalizar esta acción tan irresponsable.
Mucha gente decide no hacer nada al ver a un perro atado, bien porque
no sepan qué hacer o bien porque esa situación les hace sufrir.
Pero
compartir una reflexión sobre este problema, a través de las redes
sociales o haciéndoselo llegar respetuosamente a tu vecino, amiga,
familiar o desconocido que encuentres atando a su perro, no solo supone
un gesto de empatía hacia el animal, si no que estarías siendo parte
activa en la concienciación por su bienestar, a falta de programas de
educación efectivos o, incluso, sanciones municipales.
En otros países los perros son bienvenidos en los espacios públicos,
incluyendo tiendas, restaurantes y medios de transporte. Aquí estamos
muy atrasados en este aspecto, aunque ya en Madrid, y más especialmente
Barcelona, tienen muchos restaurantes, hoteles, tiendas, playas que son
“amigos de los animales”.
Si tu perro no puede acompañarte porque no le dejen entrar en aquél espacio donde tú vayas, considera que lo mejor que puedes hacer por él es dejarlo en casa.
SOS Felinos Madrid
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