¡Condenaron injustamente al jovenes de Altsasu por una supuesta pelea de bar y ahora van al mismo bar para volver a mentir!
Os pongo un video para que veáis la basura de medios desinformativos que tenemos en España y la vergüenza de políticos y voceros que cada día manipulan al pueblo para poder hacer lo que les de la real gana
¡ Quitaros de una vez la venda de los ojos!
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OKDIARIO - El sitio de los inconformistas
Nunca me ha quedado tan claro lo que es una sentencia ideológica, por parte de quien la dicta, como en este caso.
Me falta una elemental serenidad para comentar “lo de Alsasua”, es decir, la reciente sentencia contra los muchachos de la localidad, por parte de la Audiencia Nacional, y el bochornoso episodio de Casado-Inda-Beltrán en el bar Koxka, la víspera de hacerse pública la sentencia, cuando ya se había filtrado el fallo.
Basta asomarse a los argumentos en los que se basa el fallo para comprobarlo y sentir vértigo. Habla la sentencia de la “notabilísima gravedad” de los hechos.
Lo que a no pocos nos parece de “notabilísma gravedad”, es la forma en
que se llevó la instrucción, el juicio en primera instancia, la
construcción del relato encaminado a la condena, el linchamiento
mediático, el aprovechamiento político, las patrañas, la inadmisión de
evidentes pruebas de descargo...
Lo que causa alarma es ver cómo,
después de mucho pelear, se han admitido pruebas contundentes de
descargo -como el vídeo del guardia de la camisa impoluta-, que no se
han tenido en cuenta;cómo se tienen en cuenta testimonios cuyo valor se
pone en duda por quien los emplea;cómo se buscó una condena ejemplar y
plenamente ideológica con abrumador apoyo mediático y social desde el
primer momento, convirtiendo una pelea de bar en una trinchera política
que divide y enfrenta a la ciudadanía;cómo se emplean agravantes
delirantes, como es el de la discriminación ideológica;cómo se dan
hechos probados sin pruebas, por meras elucubraciones propias de una
sobremesa...
Resultado: 13 años de cárcel descartando el terrorismo. Barrionuevo y
Vera, que sí fueron condenados por terrorismo, apenas estuvieron 4 meses
en la cárcel. Los muchachos de Alsasua llevan casi dos años y medio en
prisión. Los ejemplos para afirmar esa desproporción sobran y no habría
espacio para reseñarlos.
Alsasua convertida en una trinchera y en un
símbolo de enfrentamiento ideológico por parte de un tribunal de
excepción, de unos políticos que sacan réditos de la sentencia y de los
medios de comunicación que la celebran y azuzan a sus seguidores. Y como
no participes del linchamiento o aplaudas la sentencia, eres un
seguidor de ETA.
Me parece por completo malicioso el buscar como escenario de un montaje
publicitario, electoralista y sectario, el bar Koxka de Alsasua porque
eso es de buscarruidos y buscapleitos. De eso se trataba sin duda, de
que hubiera algún incidente al que sacarle partido, con colaboración
policial encima y un nutrido grupo de hombres de mano. No hubo incidente
alguno por mucha mentira que los interesados hagan rodar de manera
indecente.
Un bar no es un espacio público, como puede serlo una plaza, sino un
negocio particular dirigido al público, que no es lo mismo. No puedes
hacer en él lo que te dé la gana. Y menos utilizarlo, como en este caso,
para tus negocios particulares, porque del pingüe negocio de la
política y la desinformación maliciosa se trataba.
Lo que ha venido después es la indecencia y la mentira que no cesa, la
intoxicación del público, sobre todo de los adeptos, ya muy intoxicados y
encendidos, que aceptan lo que les conviene. Malos tiempos estos para
duda.
¿Se pidió al dueño del bar que se identificara para poder acceder a su
negocio como se ha dicho? ¿Quién, con qué autoridad? Me gustaría saberlo
con certeza y que no se trate de un noticia falsa de respuesta a la del
bando de los provocadores que poco bien hace a quien ha sido abusado.
¿Qué autoridad va a aclarar ese incidente?
¿Qué autoridad va a aclarar ese incidente?
Como viene sucediendo desde
octubre de 2016, la realidad de lo sucedido queda dañada por su relato
mediático. ¿A quién creer? Pues está claro que cada cual a los suyos,
aunque sería deseable una visión no sesgada de lo sucedido. ¿Es eso
posible? Me temo que no,
Hay demasiado dolor y daño de por medio y el
disentir tiene precio. Se hace difícil convivir de manera apaciguada y
cortés con quien celebra alborozado el fallo de la Audiencia Nacional
como si de un puntillazo al enemigo se tratase.
Miguel Sánchez-Ostiz, en Diario de Noticias
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