Hay
todavía quien cree que el Estado existe para reprimir las aspiraciones
de la gente, y que aunque no esté de acuerdo con el bien común, se
presenta a elecciones para destruirlo y enfrentar a unos con otros como
cuando en el franquismo sólo se podía ser franquista o no.
Pero también
acusar a un sistema participativo de ser fascista porque se presentan
candidatos antisistema es una nueva forma de ser fascista.
Los
candidatos antisistema se eliminarán por sus propios méritos, o
convencerán, sea por medio de populismos si se quiere o por la
violencia, pero no se puede promulgar un Estado de democracia y ser, en
el fondo, otro intolerante como ellos.
Por Tonino Guitián
Viñeta: Iñaki y Frenchy
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