* Las primeras en desaparecer han sido las de las juntas de Arganzuela y
Chamberí. La instalación de las pancartas fue aprobada por unanimidad en
los plenos de distrito en la anterior legislatura.
Las Juntas de Distrito presididas por el PP están
retirando las pancartas contra las violencias machistas de los edificios
institucionales. Las primeras en desaparecer han sido las de las juntas
de Arganzuela y Chamberí.
El PP también está retirando las pancartas de 'Welcome refugees'
Eso
no quita que en días especiales o especialmente significativos, como
podría ser el Orgullo, sí que se muestren otras. La instalación de las
pancartas fue aprobada por unanimidad en los plenos de distrito en la
anterior legislatura, han recordado desde Más Madrid.
En Cs han puntualizado a Europa Press que los
concejales de formación naranja "no han dado ninguna orden para retirar
las pancartas" y los distritos presididos por Ciudadanos "las
mantienen".
En Ciudadanos explican que la retirada de las pancartas "es
competencia de cada Junta de Distrito, por lo que los presidentes, en
este caso de las juntas del PP, pueden actuar por su cuenta en este
sentido".
Fuentes del Gobierno han trasladado que la
instalación de banderas en edificios municipales está regulada por ley y
el caso de estas pancartas no se acoge al caso. Situación distinta es
que para una ocasión puntual y especial, por ejemplo, en el Orgullo, se permita la instalación pero no de forma permanente.
Más Madrid ya ha cargado contra "la primera medida
del gobierno Cs-Vox-PP, quitar pancartas contra la violencia machista en
edificios municipales".
Una de las portavoces de la plataforma en el
Ayuntamiento, Rita Maestre, ha criticado esta "primera medida del
gobierno Ciudadanos-Vox-PP" y ha recordado que la concejala responsable
del área de Familias y Bienestar Social "es de Ciudadanos", Silvia
Saavedra. 'El gobierno sensato', se autodenominan", ironiza en Twitter.
El portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Íñigo Errejón, ha recordado
también en Twitter que hace un año la instalación de pancartas contra la
violencia machista "se aprobaron por unanimidad en los plenos de
distrito". "Hoy PP-Cs-VOX ordenan retirarlas. ¿Que ha cambiado? ¿Han
dejado de asesinar mujeres? En Madrid no queremos retroceder", espeta Íñigo Errejón.
La que fuera delegada de Políticas de Género y Diversidad en el gobierno de Ahora Madrid, Celia Mayer, ha tachado de "irresponsabilidad"
esta decisión a raíz de "retirar el rechazo explícito del Ayuntamiento a
la violencia contra las mujeres". Termina su mensaje con el hashtag #Niunamenos.
De no querer dar "un paso atrás" a pactar con Vox
Con esta decisión se demuestra cómo el discurso
antifeminista de Vox se impone en Madrid. También ha sucedido en
Andalucía. La resurrección del presupuesto andaluz llegó después de que
los de Abascal y el Gobierno andaluz, formado por PP y Ciudadanos,
cerrasen un consenso sobre 34 puntos y asumiendo hablar de "violencia intrafamiliar" en lugar de violencia machista.
La semana pasada se alcanzó la terrible cifra de
1.000 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde el
2003 -año en el que se empezaron a contabilizar las víctimas-. Unos
datos que llevaron a Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en el
Congreso de los Diputados, a denunciar a través de Twitter que la violencia machista era una “auténtica lacra social" contra la que no cabía "dar un solo paso atrás”.
Una pancarta contra la violencia machista en la fachada del Ayuntamiento de Madrid.
El partido de Inés Arrimadas ha pasado de condenar la violencia machista a pactar con Vox para hacerse con la Asamblea de Madrid
Esa misma semana, Ciudadanos lograba la presidencia
de la Asamblea de Madrid gracias al apoyo de Vox, un partido que se
niega a hablar de violencia machista, que califica a las mujeres
asesinadas como víctimas de "violencia intrafamiliar", que permitió a su coordinador local en Sevilla calificar a las feministas como "zorras machorras del aborto libre" y cuyo coordinador en Moguer (Huelva), tuvo que dimitir tras la circulación de un vídeo en el que explicaba cómo usar la burundanga "con las tías", una droga que anula la voluntad de las personas.
El pasado lunes, el asesinato de una mujer a manos
de su pareja en València volvió a poner en tela de juicio la distancia
de Vox respecto a la violencia machista. Mientras los diputados
mostraban sus respeto a la víctima con un minuto de silencio y una
pancarta de denuncia en las Cortes Valencianas, la formación de Santiago
Abascal optaba por guardar las distancias y expresar su peculiar
homenaje en solitario, lejos del resto de formaciones y, más aún, de la pancarta.
La razón no era otra que su negativa a calificar estas muertes como violencia machista.
El pasado viernes, el portavoz de Jueces para la
Democracia, Ignacio González, ya recriminó a Vox que, desde la formación
ultraderechista, se estuviera poniendo "en cuestión" y tratando de banalizar la violencia machista al equipararla con la violencia intrafamiliar cuando, ha recordado, hace unos días que España ha alcanzado la cifra de mil mujeres víctimas por esta lacra.
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