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Hace ahora un año recibimos en nuestro Centro veterinario de Madrid, la
visita de un hombre con su pequeño perrito: Gregorio y Zeus.
Abrazado a
él, y con todo el sosiego que da la aceptación de lo que ya era
irremediable, nos contó que la larga enfermedad con la que había
compartido su vida reciente, anunciaba que el final estaba próximo: su
equipo médico había confirmado que le quedaba muy poco tiempo de vida.
Gregorio tenía que enfrentarse a ese momento de la vida en el que ya no
caben los miedos, lamentos, ni vacilaciones; tan solo el valor y la
determinación para tomar las decisiones que permitan que aquellos que
dependen de ti, no sufran consecuencias negativas por tu partida:
“Mi vida sin mí”, gran título que Isabel Coixet dio a una de sus
películas, en la que plasmaba esta experiencia vital.
Si observamos que nuestra labor constante es la de rescatar y proteger a
perritos y gatos que han sido abandonados, no podemos por menos que
aplaudir el acto de amor y responsabilidad que reconocemos en Gregorio
al preocuparse porque su pequeño compañero quedara en buenas manos; y
tenemos que estarle inmensamente agradecidos por haber decidido que, de
todas las manos en las que podría dejar al pequeño Zeus, las mejores
fueran las nuestras.
A los pocos días de publicar este caso, una emocionada joven llamada
Irene, decidió adoptar al pequeño Zeus, para que nunca le faltase el
amor que Gregorio ya no podría darle. Gracias a ella, Gregorio pudo
marchar en paz.
Esta bonita historia nos hizo reflexionar sobre el hecho de que cada vez
son más las personas que, aun no padeciendo ninguna enfermedad, sienten
la inquietud de preguntarse qué sería de su perro si algún día ellos
faltan.
Un problema del que no parece haberse percatado la
administración pública, puesto que ni comunidades, ni ayuntamientos,
tienen contemplado ningún tipo de protocolo de actuación para estos
casos.
Así como sabemos que en El Refugio jamás podremos acoger a todos los
perros que se abandonan en España, también sabemos que nos resultará
imposible acoger a todos los perros de las personas que fallezcan; pero
hemos pensado que sí podemos aportar nuestro granito de arena para
ayudar al mayor número de perritos y personas, que nos sea posible.
El fruto de varios meses de trabajo ha acabado dando forma a uno de los
proyectos más bonitos en los que nos hemos embarcado: “El Proyecto
Edén”.
Nuestra idea es brindar la posibilidad de que las personas que se
inscriban al Proyecto Edén, tengan la tranquilidad de saber que si algún
día fallecen, El Refugio se hará cargo de acoger, cuidar y querer a su
perro, así como de buscarle una familia que lo adopte, para que nunca le
falte el amor y protección que merece.
Estamos hablando de un
compromiso que El Refugio adquirirá de forma gratuita, con quienes se
adhieran al proyecto.
Si quieres formar parte de El Proyecto Edén, escríbenos un e-mail a
elproyectoeden@elrefugio.org adjuntando un teléfono de contacto y
nosotros te llamaremos.
¡¡Abrazos para todos, salud y muuucha Vida!!

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