Alfredo de Miguel, en segunda fila, detrás de Xabier Arzalluz y Juan José Ibarretxe en 1998
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Desde muy joven, a quien todos conocen como Txitxo escaló en el partido hasta convertirse en un "padrino" con enorme poder en la sombra
Llegó a utilizar el comodín de ETA para justificar movimientos económicos opacos o con hasta 60 billetes de 500 euros
Su caída llegó con una denuncia de una empresaria, Ainhoa Alberdi, que se negó a pagarle una comisión de 100.000 euros
Ésta es la historia del auge de
Txitxo. Y también la de su caída. Txitxo, como al baloncestista y al
creador del 'Un, dos, tres' -ambos fallecidos recientemente- pero
escrito a la vasca conocía todo el mundo a Alfredo de Miguel Aguirre
(Bilbao, 1972). Este exdirigente del PNV ha sido condenado este 17 de
diciembre de 2019 por la Audiencia Provincial de Álava a importantes
penas de cárcel por corrupción. De Miguel estaba llamado a todo en su
partido hasta que un 17 de marzo de 2010, por orden de un juez de
Vitoria de su misma edad, Roberto Ramos, fue arrestado por la Ertzaintza
acusado por una empresaria, Ainhoa Alberdi, de haberla extorsionado
después de que se negara a abonarle una comisión de 100.000 euros.
Txitxo se afilió al PNV sin cumplir los 22, en el verano de 1994 y en su
pueblo de la Rioja Alavesa, Lanciego. Lo hizo siendo estudiante de
Informática -terminó la carrera en 1997- y apadrinado por su hermana
mayor, Eguzkiñe, que es alto cargo del Servicio Vasco de Salud
(Osakidetza), y por su cuñado, Miguel Ángel Díaz Arana. Le entregaron el
carné con número 3.472, ahora suspendido. Pronto empezó a escalar en el
partido y ya en 1996 era dirigente de EGI, las juventudes
nacionalistas, en las que organizaba actos como el Alderdi Eguna.
Veteranos 'jeltzales' lo recuerdan desde siempre en la sede del Araba
Buru Batzar, la Ejecutiva territorial alavesa, como liberado. Cerca del
poder.
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Las hemerotecas guardan una fotografía muy significativa
de Txitxo en un acto político de 1998 que demuestra su proximidad con la
cúpula del partido a pesar de su corta edad. Con apenas 25 años, un ya
alopécico De Miguel está ubicado justo detrás del histórico líder
peneuvista Xabier Arzalluz -a quien admiraba y con quien compartió vino y
queso hasta el final de sus días este 2019- y del lehendakari Juan José
Ibarretxe. Fuera de plano queda otro lehendakari, José Antonio Ardanza.
Y eso que sólo ha aparecido una vez en una candidatura electoral y de
relleno, en unas municipales en Lanciego junto a su cuñado Díaz Arana.
Ya en 2000, el conocido como "hombre del maletín", el
histórico dirigente del PNV alavés José María Gerenabarrena, lo
promocionó a secretario del Araba Buru Batzar con otro grupo de jóvenes
como Nerea Antia, Izaskun Martínez de Lahidalga o Marta Bajo. El sobrino
de Gerenabarrena, Iñaki, tomó el relevó en el partido y Txitxo continuó
como un 'número dos' cada vez más influyente y en la sombra.
Él lideró
la millonaria operación de traslado de la sede central del PNV alavés de
Abendaño al centro de Vitoria, a la Virgen Blanca, a través de la
sociedad instrumental Landaburu Etxea. Los empresarios que participaron
en ella han acabado procesados junto a De Miguel en este juicio. Para el
arquitecto Sergio Fernández Oleaga, Txitxo era un "padrino". "De Miguel
era un padrino y en este país, sin uno de ellos, no tienes un
contrato", ha llegado a decir el fiscal del caso, Josu Izaguirre.
Con
el cambio de milenio, el partido también le procuró actividades
laborales bien remuneradas en algunas de las abundantes sociedades
públicas del Gobierno vasco. Como muchos 'jeltzales' recaló en 2000,
coincidiendo con su nombramiento en el Araba Buru Batzar, en IKT, ahora
rebautizada como Hazi. En 2001 saltó a la entidad urbanística Sprilur
como gerente del Industrialdea -polígono industrial- del Valle de Ayala,
a lo que en 2005 sumó el control de la zona de Orduña.
Sorpresivamente,
el PNV logró con una carambola el Gobierno de la Diputación de Álava en
2007 y el diputado general, Xabier Agirre, recibió la recomendación de
Iñaki Gerenabarrena de que colocara a De Miguel como nuevo "hombre del
maletín", como responsable de Administración Local y Equilibrio
Territorial, es decir, como controlador de las subvenciones a los
pueblos, de las obras forales y del urbanismo. En la misma época, se
convirtió en vicepresidente de la Caja Vital, la politizada entidad
financiera de la provincia.
Formalmente, a partir de
2007 abandonó sus responsabilidades orgánicas, pero 'de facto' Txitxo
continuaba controlando la organización alavesa del PNV. La lectura de
sus correos electrónicos -escritos en un pésimo castellano- muestra que
era, verdaderamente, una persona influyente.
¿Una entrada para el
Baskonia? Alfredo de Miguel. ¿Un pase para la catedral de Santa María de
Vitoria? Alfredo de Miguel. ¿Un trabajo para un primo de un militante
‘jeltzale’? Alfredo de Miguel. ¿Colocar a un familiar? Alfredo de
Miguel. ¿Cargarse a un secretario municipal? Alfredo de Miguel. ¿Dinero
para el Araba Euskaraz? Alfredo de Miguel. ¿Conseguir un crédito en la
Caja Vital por la vía rápida? Alfredo de Miguel. ¿Organizar una visita
de niños de Estados Unidos? Alfredo de Miguel. ¿Subvencionar un
campeonato de aeromodelismo? Alfredo de Miguel. ¿Pactar el titular de un
periódico local a golpe de talonario? Alfredo de Miguel.
Era la puerta a la que todos llamaban. Su compañero de
partido y de banquillo de los acusados y amigo Aitor Tellería dejó por
escrito la siguiente reflexión sobre Txitxo cuando le nombraron en 2007
en una revista local como el octavo líder político más poderoso: "Estás
acostumbrado a descalzaputas, lameculos y demás vagos cuya única virtud
es decirte lo grande que eres y las buenas ideas que se te ocurren". Y
seguía: "La proximidad y el continuo contacto nos ha impedido distinguir
y valorar en su justa medida las virtudes de un líder nato, como parece
que es, en este caso, nuestro apreciado amigo Txitxo.
Esa manida
asociación entre Don Txitxo y el señor de las tinieblas se derrumba y se
ilumina el lado oscuro.
Estamos ante la máxima expresión del arrojo y
la capacidad de influencia y… ¡nosotros sin darnos cuenta! Acostumbrados
a mucho talante con poco talento, la amistad parece que nos ha impedido
ver que en Txitxo se unen ambas características: talante y talento.
Número 8… de mirada franca y sonrisa noble, parco en palabras y largo en
hechos, mucha gente estará temblando y no precisamente de frío ante la
irrupción de este animal… político en el panorama institucional
arabarra. Su primera incursión en la vida política le ha llevado a ser
el octavo más poderoso de Araba, pero todos esperamos que evolucione
favorablemente hasta llegar a la cima".
Desde muy
joven, un De Miguel deportista, que sabe tocar la alboka y amante de la
gastronomía y de los vinos -tenía hasta tres 'txokos'- simultaneaba la
política con una intensa actividad mercantil privada. Un 'curriculum
vitae' del político incorporado al sumario muestra que en 1997 montó una
primera empresa, Eder Natural Company, una "conservera de hongos", que
fue premiada con 400.000 pesetas por el Gobierno vasco por ser un
proyecto juvenil innovador. Un viejo boletín oficial lo atestigua. En
esos años, echaba una mano con la informática a su cuñado, Díaz Arana,
titular de una empresa de distribución de bebidas y alimentos que luego
se cobró el favor con numerosas oportunidades de negocio abiertas por el
político, lo mismo que la imprenta Gárgola en la que igualmente
colaboró de veinteañero.
El punto de inflexión llegó
en 2005. Ese año, él, Tellería y un tercer dirigente del PNV alavés,
Koldo Ochandiano, montaron una sociedad llamada Kataia Consulting y que
pusieron a nombre de las esposas de los tres, Ainhoa Bilbao -con la que
tiene un hijo y una hija-, Araceli Bajo e Iratxe Gaztelu-Urrutia. Las
iniciales de los seis conforman el nombre de la empresa. Su cuñado le
cedió el almacén de Irasar como sede social, aunque la actividad de la
compañía no era la ordinaria de una empresa al uso. Díaz Arana
convertiría aquel lugar en un 'txoko' años después. Todavía hoy De
Miguel y su cuñado son socios de esa sociedad gastronómica que en su día
fue registrada por la Policía aunque hace años que el político no se
deja ver por allí.
El primer ingreso de Kataia
Consulting fue una comisión procedente del 'pelotazo' urbanístico de 65
millones que una promotora catalana, Riera, aspiraba lograr en Zambrana,
al sur de Álava. Su amigo Josu Arruti, el encargado de comprar para el
PNV las campas en las que ahora se celebra todos los años el Alderdi
Eguna, olfateó un nicho de negocio en Zambrana y los catalanes vieron en
De Miguel una persona influyente que podía remover obstáculos aunque en
aquel momento no tenía cargo institucional alguno.
Ocurrió
lo mismo con el contrato de Ainhoa Alberdi, el que motivó la denuncia.
La joven abogada trabajaba para la adjudicataria de las labores de
ampliación del parque tecnológico de Miñano y, al comprar a su socio Jon
Iñaki Echaburu todo el negocio, se dio cuenta que había un
"interlocutor" ajeno al parque para hablar de la letra pequeña. Era algo
"dentro de lo normal", le contó Echaburu.
El contacto era Txitxo y años
después le pidió en su despacho de la Diputación la mordida. Incluso
entre órdagos y envidos se lo recordó al padre de la joven jugando a las
cartas.
Pero en 2006, cuando él propuso para el
trabajo a la empresa de Alberdi, tampoco ocupaba oficialmente ningún
cargo en Miñano. Siendo diputado, el contructor Prudencio Hierro le pagó
la reforma de la vivienda de su esposa en Gorliz, en la costa de
Bizkaia. El empresario dijo que siempre viene bien hacer "favores" a la
gente con poder. Nadie ha explicado aún quién situó a De Miguel en
posición de hacer favores. "Si esto era tan fácil de hacer yo no sería
la única a la que se lo habían hecho", enfatizó Alberdi.
Además
de Kataia Consulting, De Miguel estaba detrás de Errexal, Ortzi Muga,
Diru Kapital, Eskalmelo, Marratik y otros muchos negocios. Algunos
funcionaron -tres de estas firmas obtuvieron contratos del área de
Juventud del Gobierno vasco 'a dedo' por trabajos que no se realizaron- y
otros quedaron en ideas locas, como la promoción de viviendas en
Andalucía o la importación de vino y miel desde Argentina.
En general,
en los negocios compartía intereses con amigos que se conocieron en su
día en EGI, una generación muy activa tras la escisión de EA. Allí
coincidieron Josu Arruti, Iñaki San Juan, Koldo Ochandiano, Josu Montés,
Jon Iñaki Echaburu, Iratxe Gaztelu Urrutia y otros. También Tellería,
aunque es algo mayor. En este viaje Txitxo también ha embarcado a su
hermana pequeña, Aintzane, a su esposa, Ainhoa Bilbao, y a unos cuantos
amigos. Hasta su suegra ha cobrado dinero de Kataia Consulting, 34.000
euros.
En el partido, el portavoz parlamentario y presidente en
Gipuzkoa, Joseba Egibar, otro hijo político de Arzalluz, es el que más
claramente ha defendido públicamente que Txitxo nunca se ha enriquecido
con sus actividades. Años antes, Txitxo había alineado al aparato alavés
a favor de Egibar en su pugna con Iñigo Urkullu por liderar el Euzkadi
Buru Batzar, lo que incluyó maniobras poco presentables y respuestas no
menos contundentes.
¿Acierta Egibar? Txitxo, en
efecto, nunca se ha enriquecido... salvo por la comisión de Zambrana
-gastada en comprar un Saab de 33.000 euros, en un par de viajes y en
más de 5.000 euros en joyas, por ejemplo-, salvo por las obras en su
casa pagadas por un tercero y salvo por los otros ingresos dudosos de
las empresas que controlaba. Egibar, cuando De Miguel fue citado en el
Parlamento para hablar de este asunto aún incipiente en 2011, le recibió
con un abrazo, le acompañó sonriente en toda su estancia en la Cámara y
le regaló a él y a su abogado, Gonzalo Susaeta, una rueda de prensa en
una institución pública en la que no la pareja no admitió preguntas.
Años
después, en el juicio, la dupla también preparó otro teatro con guion
cuando le tocaba declarar. De Miguel sólo contó lo que quiso, con medias
verdades y mentiras flagrantes -un derecho de todos los acusados, por
otra parte- y sin admitir ni una sola réplica. En el equipo de abogados
del bufete Cuatrecasas que ha acompañado a Susaeta se encuentra un
sobrino de Egibar. Al término de aquella comparecencia parlamentaria que
pasará a la historia, varios acólitos de Txitxo le esperaban en la
puerta para agasajarle. Otro sector del partido, encabezado por Xabier
Agirre y avalado por Urkullu, preparaba el fin de aquella era y en 2012
así se produjo. De Miguel, Tellería y Ochandiano, desafiantes, le
"exigieron" al partido que los defendiera.
Durante
estos años de investigación judicial, en los que De Miguel ha regresado a
esas sociedades públicas en las que el partido le colocó de joven y se
ha marchado de Vitoria para instalarse en Gorliz, ha atacado con dureza a
la denunciante, a Ainhoa Alberdi, cuestionando su credibilidad. Ella,
en cambio, se ha mantenido firme a pesar del alto precio personal y
profesional que ha pagado. El momento cumbre de su defensa llegó cuando
alegó -y la Policía Nacional constató la falsedad con celeridad- que los
movimientos económicos opacos o con hasta 60 billetes de 500 euros en
la calle eran porque estaba amenazado por ETA.
También ha criticado al
juez instructor, Roberto Ramos, al fiscal, Josu Izaguirre, a los medios
de comunicación -y eso que el caso con su apellido nunca ha marcado la
agenda como otros en España- y hasta a la Policía vasca, la Ertzaintza.
No le ha importado verter todo tipo de acusaciones contra una
institución clave del autogobierno. A la lista negra se sumó también
Arruti, antes amigo, cuando confesó las comisiones en Zambrana.
Un análisis de los correos electrónicos del político
muestra que mantuvo hasta el último día su intensa actividad paralela a
la institucional, con mensajes sobre los contratos de Juventud o
Zambrana fechados a 16 de marzo de 2010, 24 horas antes de ser detenido
por corrupción. Cosas de la vida, el último ‘e-mail’ que recibió -y que
nunca leyó- era la declaración institucional del diputado general,
Xabier Agirre. En ella pidió "tolerancia cero" contra la corrupción.
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