Lo suyo duró lo que duran dos peces
de hielo en un whisky on the rocks. En vez de fingir, él se pasó veinte
años contando que fue ella la que se marchó.
Dijo que fue María la que
le abandonó como se abandonan unos zapatos viejos y la que dio aquel
portazo que aún resuena como un signo de interrogación.
Él sólo quería
quererla querer y ella no, así que tuvo que aprender a olvidarla.
O eso
nos cantó Joaquín Sabina sobre sus 19 días y 500 noches intentando borrar el recuerdo de María. Dos décadas después, ha sido ella la que ha roto el silencio.
La voz de María se ha colado en Ni tan joven ni tan viejo,
el último disco tributo al cantautor, para contarnos lo largos que se
le hicieron a ella sus días y sus noches juntos. Benjamín Prado y Travis
Birds han sido los encargados de ponerle letra y voz a la otra cara de
esta ruptura.
Y no tiene mucho que ver con lo que Sabina nos ha estado contando desde que compuso la canción a finales de los 90.
Y no tiene mucho que ver con lo que Sabina nos ha estado contando desde que compuso la canción a finales de los 90.
19 Días y 500 Noches Después
Benjamín Prado y Travis Birds le ponen letra y voz a María, la mujer que plantó al cantautor español en su emblemática canción
*
En 19 días y 500 noches después María ya no es la de "la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta", y resulta que el de la espantada fue Sabina
19 días y 500 noches después es el
reverso de una de las canciones que mejor han retratado lo profunda que
puede llegar a ser la herida del desamor. Aquí, María ya no es la de "la
frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta", y resulta
que el de la espantada fue Sabina. Fue él quien "bajó a por tabaco", el
que desapareció y volvió a los tres meses "haciendo eses". Y por eso,
María le plantó.
"Cuando me llamaron para participar
en el disco se me ocurrió una gamberrada: reescribir la letra desde el
punto de vista del personaje", explica Benjamín Prado en conversación
con eldiario.es. La productora le había ofrecido leer un poema de Sabina
o recitar alguna de sus canciones, pero el escritor no acababa de verlo
claro: "No lo veía porque dos o tres minutos recitados son demasiados
en un disco".
Al decirle que le iban a ofrecer "la
canción más emblemática de Joaquín" a la cantante más joven del elenco,
Prado les propuso darle una vuelta a la letra para contar otra historia
contando lo mismo. "Ahí empezó mi miedo.
Hostias, es que es 19 días y 500 noches
y a ver cómo hace uno para estar a la altura. Inmediatamente presenté
mi dimisión". Nadie la aceptó, así que Benjamín Prado se sentó a
componer.
"No me lo podía creer", asegura Travis
Birds en una entrevista con eldiario.es.
La "ocurrencia" de Prado se
había convertido en todo un sueño para ella: "Desde mi discográfica me
dijeron que habían conseguido que participara en el tributo a Sabina. Me
explicaron que iba a tener que cantar 19 días y 500 noches y que Benjamín iba a reescribir la letra... No me lo podía creer".
Travis
dio sus primeros rasgueos en una guitarra errante, de esas que van de
una esquina a otra de la habitación y que apenas recuerdan ya para qué
sirven.
Estudiaba para ser diseñadora gráfica, "perdida" en una "etapa
oscura", y la música vino a ser como una salida de emergencia. Cambió el
diseño por la música, tocando con sus primeras bandas -"sin tener ni
puta idea, evidentemente"- y aprendiéndolo todo sobre ese nuevo mundo.
"Cuando me llamaron para ofrecerme la canción de Joaquín me dio un poco de vértigo", recuerda.
Su primer álbum, Año X, se había financiado a través de un crowdfunding y una de sus canciones, Coyotes, se había convertido en sintonía de la serie El embarcadero;
pero aquella llamada fue todo un reto para ella.
"Desde el primer día,
me propuse hacerlo como lo habría hecho María, como lo había pensado
Benjamín y como le gustaría a Joaquín".
En la letra
que Prado había escrito, la cantante madrileña encontró una forma de
darle una vida renovada al gran clásico de Sabina. "Quería hacerla más
callejera, más rápida, darle nervio, pero respetando la melodía original
en cada frase", explica.
"Le ha dado un toque muy descarado y muy
atrevido", remarca Prado: "Ha sido como si la canción fuera un vampiro y
se hubiera tomado un traguito de Travis para rejuvenecerse".
Veinte años después es María la que
saca los dientes y dice, en palabras de Benjamín Prado: "Joaquín, ahora
te vas a enterar porque soy yo la que va a contarlo todo".
Y es que ella
ha decidido no sufrir, darle "pasaporte" a aquella relación tóxica y
olvidar a Sabina en los brazos de "uno del PP y socio del Real Madrid".
Pero esta canción, sobre todo, es una broma de Prado al cantautor.
"Nos conocemos desde hace 39 años", explica el compositor de 19 días y 500 noches después, "y quería que fuera una sorpresa, que Joaquín cogiera el disco y que al ver el después
en el título se preguntara qué pollas era eso.
Y esto, básicamente, es
una broma entre nosotros que ha pegado un petardazo muy fuerte".
Sabina, Prado y Travis han construido con la versión original y el después el relato de una ruptura, una especie de Historia de un matrimonio cantado y a la española.
Aunque para Benjamín Prado hay algo aún mejor que la letra que ha compuesto para Ni tan joven ni tan viejo:
"Lo más bonito que podía pasarle a este disco y a esta canción es que
la cantante más joven, la menos conocida, de pronto tuviera el éxito que
está teniendo. Ha valido la pena".
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