Que
si el gallo no sufre, que si viven de puta madre en no sé qué jaulas y
que si no se crían se extinguen… ¿A qué me está sonando esto? La cosa es
torturar… una especie de «mono» por matar animales por diversión (y por
dinero).
El caso es que tres de los toreros más famosos fueron ‘pillados’ en
una pelea de gallos durante el Estado de Alarma. Viendo de quiénes se
trata, luces, lo que son luces, salvo en el traje, de pocas pueden
presumir.
Así, Padilla, Morante de la Puebla y López Simón podrían enfrentarse a dos años de cárcel por el delito de maltrato animal, aunque el SEPRONA
alerta de que podrían haberse dado más infracciones.
Las informaciones
aportadas por un testigo anónimo son reforzadas por fotografías de los
toreros, tomadas entre el 20 y 21 de junio en Sanlúcar de Barrameda, aún
en Estado de Alarma.
Según la testifical admitida como prueba «Fue un domingo en
Sanlúcar de Barrameda, fue durante el confinamiento, todo el mundo sin
mascarillas. Me sorprendió que se dejaran ver un espectáculo como este.
No me lo esperaba. El evento dura unas cuatro o cinco horas. Hay unas
cien peleas y terminan cuando uno de los gallos muere«.
El Acta de
Denuncia refleja que los toreros no pretendían ocultarse en ningún
momento ya que son bien conocidos en esos entornos. Además, no serían
habituales simplemente por su afición, si no que llevarían a sus propios
gallos para intentar sacar un buen partido de las grandes apuestas que
allí se mueven.
Está por ver las consecuencias que esta ‘afición’ pueda tener para sus trayectorias taurinas, pero el SEPRONA alerta que los toreros pueden enfrentarse a las citadas penas de cárcel de hasta 2 años y, lo que es MUY IMPORTANTE, a la inhabilitación para no realizar actividades con animales durante 4 años
por maltrato animal y, en especial, el maltrato en espectáculos no
autorizados (articulo 337 del Código Penal).
Además, podría estar
agravado ya que este tipo de eventos no los suele organizar una persona
si no que suelen estar integrados en una red, lo que les mete en un
entramado criminal en el que el delito de maltrato animal puede quedarse
pequeño al ir sumando delitos como el de las apuestas ilegales.
En el colmo del despropósito el torero ultra Padilla
intenta poner la cultura como excusa. Casi nada… un zote de manual,
prototipo de la España profunda, hablando de cultura. No dejaría de
tener su gracia si no fuese porque este tipo, gracia (como luces) pocas
tiene.
Preguntado sobre si lleva o no gallos, Padilla respondía que «pues… no, si, vamos…. yo… pero que no… no negocio con ello«, y opta por incluir las batallas de gallos en el citado saco de la cultura para defenderse: «Es un amor a nuestra cultura, al toro, al flamenco… Mi pasión es mi cultura, y mi cultura pues es también los gallos«. «Marca España» en estado puro, nuevamente representada por un profesional del paletismo.
¿Y a este pobre cateto le llaman maestro? En fin…
Las peleas de gallos son ilegales en el Estado español a excepción de
Canarias y Andalucía, donde deben cumplir importantes requisitos para
ser legales. En primer lugar deben tener autorización del Ayuntamiento,
que no haya intercambio de dinero y no lo presencien menores de 16 años.
Condiciones que no se cumplirían en el citado caso de los tres toreros
que, en ese momento, además, se saltaron un confinamiento preventivo
determinado en Fase 3 en dicho Municipio y alguno de los colindantes.
El rincón del protestón
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