La imagen de Betty Boop después de perder sus rasgos animales.
El 8 de agosto de 1926, salió a la luz el
personaje Betty Boop, uno de los dibujos animados más icónicos de la
historia del cine y la televisión.
Claro
que esa primera aparición fue muy distinta a la imagen que hoy
conocemos, pero desde el comienzo fue especial. El dibujante Grim
Natwick creó un personaje con varias inspiraciones.
Se basó en la actriz
y cantante Helen Kaney e incorporó rasgos de perro.
La primera imagen de Betty Boop, donde lucía orejas y una boca de perro.
Su
look se basaba en un tipo de mujer progresista de la época llamada
flapper, que marcaban un rechazo a los comportamientos tradicionales
para los años 20: usaban ropa ceñida al cuerpo, grandes escotes, sin
corsés, fumaban, conducían vehículos, tomaban bebidas alcohólicas y
escuchaban jazz.
El personaje llamó la
atención desde un principio, pero en 1932 recibió un retoque y perdió
todos sus rasgos animales y surgió una figura más parecida a la que hoy
conocemos.
La actriz Helen Kane fue la inspiración para el personaje animado
En la década de los 30 no
solo luciría como toda una mujer, sino que también Betty Boop adoptaría
su lado más sensual, característica que la marcaría y la perpetuaría en
la memoria colectiva.
Betty Boop es
una niña de 16 años, mide 1,60 metro y 52 kilos. Sus orígenes serían una
familia judía ortodoxa, pero eso nunca quedó completamente claro.
Pese a
ser menor de edad, el personaje siempre juega con su sexualidad, con
escenas -por ejemplo- en que se le puede ver desvistiéndose.
Los
realizadores, sin embargo, siempre cuidaron mantener al personaje con un
aire “puro”.
Betty Boop es una
mezcla de atrevimiento e ingenuidad, elementos que son señalados por los
especialistas como claves para que el personaje cumpla 90 años y se
mantenga vigente, como todo un ícono de la animación.
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