DEJEN EN PAZ A LOS NIÑOS
(reflexiones desde la trinchera)
No tengo hijos, pero si muchos amigos padres y madres que lo están
pasando francamente mal debido a esta locura a la que llaman “crisis
sanitaria”.
Primero fueron a por los ancianos, y ahora van a por los
niños, es una táctica de guerra sucia, tan antigua como perversa, atacar
primero a los eslabones más débiles de la cadena, para debilitarla lo
más posible y luego ir a por el núcleo duro.
Las medidas
impuestas por las autoridades políticas y sanitarias para el nuevo curso
escolar, son del todo inaceptables, desde el punto de vista humano,
social y didáctico.
Pretender que los niños asistan a clases con bozal
durante horas, impedir que se relacionen con sus semejantes, someterles a
controles de temperatura, vigilarles e intimidarles de manera
sistematica, es sencillamente una nueva forma de terrorismo sanitario y
educativo.
Los niños necesitan correr, jugar, sudar, golpearse,
reír, escupir, abrazarse, divertirse, y relacionarse con sus compañeros
de forma natural, sin que nadie les aterrorice amenazándoles con que
pueden ser atacados en cualquier momento por un “ente ficticio”, los
niños no tienen la culpa de que una buena parte de los adultos se hayan
vuelto neuróticos y estén al borde de la psicopatía profunda, después de
haberse tragado toda la basura y las mentiras de los medios oficiales.
El estado ha amenazado con intervenir y arrebatar la custodia de los
niños a sus legítimos progenitores, si estos se niegan a escolarizarlos,
o a seguir cualquiera de sus medidas dictatoriales, acusándoles de
absentismo, pero esa acusación no tiene consistencia jurídica, porque
existen miles de maneras de justificar ante un juez que esos padres han
decidido no enviar a sus hijos al colegio, justamente porque quieren
protegerles, alegando por ejemplo, que tienen miedo de que les ataque
ese “virux” tan peligroso y letal que sacan todos los días por
televisión.
Recuerdo como los medios de “desinformación”
oficiales, al principio de esta locura, exoneraban casi por completo a
los niños de la condena del “coronavlrux” insistiendo en que era un
sector de la población al que apenas afectaba ese “peligrosísimo
patógeno”, por esa razón, nadie acaba de entender que esos mismos medios
en un espectacular giro de 180 grados, afirmen ahora que los niños son
prácticamente el mayor foco de infección y de contagio existente, que
hay que extremar precauciones y toda esa retahíla de idioteces repetida
hasta la saciedad que ya casi no se creen ni los borregos más abducidos.
No soy quien para decirle a nadie como tiene que educar a un hijo, ni
si deben enviarlo a o no a un centro educativo en las condiciones
actuales, respeto como no podría ser de otra manera la decisión que cada
padre y madre tomen, solo hago un llamamiento a la reflexión.
Los niños
representan la inocencia, la esperanza, la esencia de lo que somos y el
futuro de la especie, los adultos tenemos el deber de protegerles de
cualquier abuso y agresión externa.
Ya está bien de obedecer leyes
absurdas y mandatos que van en contra de la propia vida y el sentido
común.
Un centro educativo no debería ser transformado jamás en
un campo de c0ncentración, bajo ningún concepto deberíamos permitir
semejante aberración.
Señores políticos, autoridades sanitarias,
médicos, periodistas y medios de comunicación complices de esta
dictadura encubierta, ¡dejen a los niños en paz! su farsa se desmorona y
van a tener que responder ante la justicia, no sigan engordando la
lista de causas, porque cuando llegue el momento de la verdad, no habrá
agujero lo bastante profundo donde puedan ocultarse.
Saludos desde la trinchera, energía y Rock and roll para todos!!
Martin Sánchez 14-9-2020
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