Faltaría más, que para eso están ahí, colocados en sus despachitos por la oligarquía financiera. El proletariado español no tiene prensa. Jueces tampoco, salvo alguna excepción que (para no involucrarlos a todos), suponemos existirá, como excepción que confirma la regla, y perdón por la redundancia.
Antonio Roma, portavoz de una importante asociación de fiscales, dice que los acuerdos, como el que quiere pactar el yernísimo Urdangarín, "son frecuentes y positivos" ya que "favorecen a las víctimas". El acuerdo implica el declararse culpable, "devolver los fondos malversados" (cita de El País) y así eludir la cárcel.
Pero vamos a ver, ¿cómo se le puede denominar "devolver los fondos malversados" a reintegrar 1,7 millones de euros, que es la cifra que Urdangarín acepta pagar, si lo sustraído a varias administraciones públicas, suma (lo conocido, lo real nunca lo sabremos) 10 millones de euros? Es como si robáramos un coche, lo hiciéramos desaparecer tras disfrutarlo, y su dueño se contentara conque le devolviéramos la placa de la matrícula.
Qué poca vergüenza…
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