Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


sábado, 27 de octubre de 2012

Me llamo Mariano.......El rey dice en la India que las medidas de Rajoy comienzan a "dar frutos"

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Chusqueros

En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre.
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El lenguaje cotidiano ha devenido en una crónica de guerra. La semana pasada cayó Ricardo; este lunes han herido a José; hoy mismo, alguien ha visto a Antonia mendigar con disimulo en la puerta de un restaurante caro. Un grupo de familias ha sido víctima de una emboscada de Bankia. Caen como moscas, pues los que no pierden el trabajo al pisar una mina antipersonal, pierden la casa o la salud o la cordura. A los caídos no se les entrega ninguna medalla al mérito, no se les rinden honores, no se habla de lo eficaces que fueron en su actividad, ni de su buena disposición, ni de su compañerismo. Nadie coloca una bandera sobre sus ataúdes al tiempo que una banda de música ataca un tema patriótico.

Entre tanto, y como en todas las guerras, los generales, plácidamente acomodados en sus despachos con moqueta, colocan banderitas sobre los mapas de los territorios conquistados mientras degustan un coñac. Los generales de esta conflagración no llevan uniformes de campaña ni botas de montar ni gorra, tampoco hablan nuestro idioma, nuestros idiomas. Son gente vestida (o disfrazada) de civil cuyos cuarteles generales están en Nueva York, en Berlín, en Bruselas, desde donde, gracias a las nuevas tecnologías, nos ven a usted y a mí atravesando las pantallas de sus monitores, como hormigas camino del trabajo, y deciden liquidarnos económicamente o tendernos una trampa financiera mortal.

En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre. Un teatro de operaciones, en fin, de apariencia democrática, en el que no corre la sangre ni se amontonan los cadáveres, pero en el que cada día son expulsados fuera del sistema, que es tanto como decir fuera de la vida, miles de inocentes.

(Juan José Millás)


¿Hasta cuándo?

Chusqueros

En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre.

El lenguaje cotidiano ha devenido en una crónica de guerra. La semana pasada cayó Ricardo; este lunes han herido a José; hoy mismo, alguien ha visto a Antonia mendigar con disimulo en la puerta de un restaurante caro. Un grupo de familias ha sido víctima de una emboscada de Bankia. Caen como moscas, pues los que no pierden el trabajo al pisar una mina antipersonal, pierden la casa o la salud o la cordura. A los caídos no se les entrega ninguna medalla al mérito, no se les rinden honores, no se habla de lo eficaces que fueron en su actividad, ni de su buena disposición, ni de su compañerismo. Nadie coloca una bandera sobre sus ataúdes al tiempo que una banda de música ataca un tema patriótico.

Entre tanto, y como en todas las guerras, los generales, plácidamente acomodados en sus despachos con moqueta, colocan banderitas sobre los mapas de los territorios conquistados mientras degustan un coñac. Los generales de esta conflagración no llevan uniformes de campaña ni botas de montar ni gorra, tampoco hablan nuestro idioma, nuestros idiomas. Son gente vestida (o disfrazada) de civil cuyos cuarteles generales están en Nueva York, en Berlín, en Bruselas, desde donde, gracias a las nuevas tecnologías, nos ven a usted y a mí atravesando las pantallas de sus monitores, como hormigas camino del trabajo, y deciden liquidarnos económicamente o tendernos una trampa financiera mortal.

En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre. Un teatro de operaciones, en fin, de apariencia democrática, en el que no corre la sangre ni se amontonan los cadáveres, pero en el que cada día son expulsados fuera del sistema, que es tanto como decir fuera de la vida, miles de inocentes.

(Juan José Millás)




El rey dice en la India que las medidas de Rajoy comienzan a "dar frutos"

Urdangarín recibió un préstamo hipotecario de 5 millones, cuando su sueldo era de 3.000 euros


 
La Caixa no debió de dudar en que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina iban a ser solventes pues en 2004 les concedió una hipoteca por valor de 5 millones de euros, a pesar de que el yerno del rey declaró unos ingresos de 36.000 anuales (unos  3.000 euros brutos al mes en doce pagas).
Según publica este viernes El país, que ha tenido acceso a la documentación que el banco ha enviado al juez José Castro, los duques de Palma pidieron la hipoteca para pagar los 5,8 millones de euros que costaba su palacete de Pedralbes, una casa de más de 600 metros cuadrados, situada en una finca de más de 2.000 metros, en la zona más exclusivas de Barcelona.

La casa de Pedralbes también era hasta hace poco el domicilio social de la empresa Aizoon SL, pero el duque cambió la sede durante las investigaciones para evitar que fuera registrada. En Pedralbes vivieron los duques hasta que se marcharon a Washington, y ha vuelto a acogerlos mientras preparan su mudanza  a un piso más modesto de alquiler.

Según la documentación bancaria, el comité permanente de créditos de la entidad aprobó la concesión de la hipoteca y clasificó al duque en la franja de "personas de 28 a 40 años sin relación laboral" , con un trabajo de formación "universitaria o similares". Urdangarin disponía entonces de un total de 1,3 millones de euros. Además de los 36.000 euros por rendimiento de trabajo, declaró ganar más de 52.000 euros por rendimientos del capital y otros 24.000 euros por ganancias en acciones.

El año el que le fue concedida la hipoteca el duque comenzó a firmar junto a su exsocio Diego Torre jugosos contratos con el Instituto Nóos. El instituto, oficialmente sin ánimo de lucro, relacionado con la organización de eventos deportivos y con servicios de asesoría en cuestiones de imagen, sirvió supuestamente para enriquecer ilícitamente a Urdangarin y su exsocio, que están acusados de malversación de fondos públicos.
 

Cada vez con mas fuerza!

El rey dice en la India que las medidas de Rajoy comienzan a "dar frutos"


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