Los bichos se han apoderado de la tierra. Son unos seres ajenos al dolor de los humanos, reptilianos viviendo en cuerpos de personas, que despilfarran nuestros recursos en lujos y ceremonias innecesarias y costosas.
Han conseguido aislarse de tal forma que son inalcanzables que hacen y deshacen en su mundo tan irreal como aislado de las necesidades cotidianas de las buenas gentes de a pie que sufren y callan.
Y a todo esto: ¿Qué más da, si el Borbón es con barba o sin barba? Bajo el fantasma del ahorcado y con el eco presente del chasquido de los huesos del desahuciado que se lanza por la ventana, el Borbón barbudo en su isla de placeres y lujos sin control se entrega a una lujosa e inútil ceremonia en la que entrega millones y diplomas a individuos a los que el pueblo no debe nada pero a los que los bichos dominantes deben todo. Sobre todo por haber sido pieza clave en el adormecimiento de las masas para la hipnosis colectiva que les impida ver su cuerpo de reptiles.
Que nadie busque al visionario extraterrestre; esto es pura parodia. Pero por sus comportamientos y su alejamiento de la sociedad, se podría pensar que estos seres insensibles que nos dirigen son reptiles con cuerpos humanos y sin duda sería más acertado que decir que son de la misma especie que los seres que tenemos la desgracia de sufrirles.
Pero es cierto: Con el fantasma del ahorcado de grana y de los ahogados en el mar de Alborán, el Borbón ha presidido una costosa e innecesaria ceremonia que solo servirá para elevar su soberbia personal la de su estirpe y perpetuar la dinastía que tantos sufrimientos ha traído a los pueblos de las Españas.
Lo único razonable que ha existido en esa falsa ceremonia, han sido los argumentos de los que se concentraron ante la puerta y que, por desgracia, no serán escuchados por nadie. Y el príncipe, bien protegido por su legión de pistoleros y hombres domesticados, solo piensa en lo que tiene que hacer para conservar su gran estatus.
Bueno sea el dicho aquel que dice que "en Aragón, nunca nadie se fió de ningún Borbón". Lo que pasa es que, aunque nadie se fíe, ellos mandan y es lo que había que ir viendo de solucionar.
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