De plasmas (culebrón) * Crimenes de Estado

 

Cosas que guardar bajo el colchón

 

Cualquier día nos dicen en la 1 que no hay crisis. Nos quieren evitar el sufrimiento, hacernos felices con la ignorancia que nos inyectan en vena vía  propaganda institucional. Rajoy se explaya en una entrevista. Su enemigo y el de su partido es el gasto desenfrenado y su divisa es la combinación tele de plasma + pobre. Lo del plasma tiene malas vibraciones, como si se entrase al pronunciar esa palabra en el campo semántico de la sangre,  los vampiros y los no muertos. Chupasangres, haberlos, haylos. El plasma  es el enemigo, por él sale hasta la Sexta. Qué tiempos los de la carta de ajuste…

Atacando a la tele atacan a uno de la familia. Las familias con dependientes también tienen tele. Ya que vuelven a estar confinados en casa al menos les acompaña en ese rincón con un rayo de sol desde donde ven pasar la vida. Pero de plasma no, que no da para tanto,  seguramente una tele de las de toda la vida, veinte centímetros de ancho, que pueda soportar el aparato un pájaro disecado o la gitana con traje de ganchillo (metida en un vaso de cubata). Esas teles sí eran de español de bien, tenían hasta una muerte heroica: se les fundía el tubo de imagen y pasaban a la reserva, a un rincón discreto. En casa del humilde nada se tira a la primera, y así, ahorrando hasta en pilas de mando (porque no tenían) se hizo esta gran nación.

Gastando Rajoy en extras de vino y jamón no sabía que la culpa de la hecatombe la tiene la señora que a mi lado en un supermercado me decía sobre un yogur “Es tan barato que da miedo. A saber de qué lo harán”. Se llevó una primera marca como último homenaje según ella porque se le acababa el “chollo” (sic) de los 400 euros. Seguramente se refería a ella cuando hablaba nuestro ¡presidente! con desprecio de comprar a crédito, eso tan capitalista y hasta ahora bien visto. Las tocatejas en billetes grandes cotizan al 10%, habrá que pensárselo mejor la próxima vez que cobremos la renta de supervivencia.

Díaz Ferrán, por ejemplo, no gastó de más, hizo otras cosas más prolijas de contar (el billetaje) y explicar (momento lingote); le quedó muy poco español dejar abandonados a los viajeros que volvían a casa como El Almendro en Navidad mientras Air Comet se desintegraba sin que pagara o pagase. En tierra por sus bemoles y así, con máximas como “trabajar más y cobrar menos” se hizo un hueco en mi corazón y en la tele de pobre y honrada que tengo. Ubicuo en las noticias como gran jefe de los jefes ha pasado a empresario esposado, que es la antesala del culpable arrepentido y zaguán, asimismo,  del posible-probable indultado gubernamental. Y su liquidador, ese hombre.

Cuando Ferrán estaba en la cresta de su ola, emocionado, genuflexionando por encima de sus posibilidades, el gobierno de entonces no le vio venir. Pero hay cosas peores, el asunto de Adelson va  a dejar al señor de las excursiones a la altura del betún. Llega Sin City, elijan rol. Le pone la alfombra González, heredero de Esperanza Aguirre, aquella señora que según Ferrán era “cojonuda”. Amigos y residentes, oiga. Continuará…

Goldfinger

 

Más crímenes de Estado

El régimen juancarlista ya no necesta de galosos ni de guerras sucias secretas, mata amparado en su legislación. A las muertes de los desahuciados se unen la de las personas dependientes que fallecen mientras esperan recibir una ayuda que no llega, pero que sí llega, en forma de miles de millones de euros, a los bancos. Elda (Alicante) Seiscientos dependientes han fallecido mientras esperaban a cobrar la ayuda.

 

Sólo en el último año, y en medio de la caótica aplicación de la ley en la Comunidad, más de 250 beneficiarios eldenses que ya habían formalizado la solicitud de valoración de su situación de dependencia han muerto sin llegar a recibir la prestación

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JM Álvarez-