El abogado italiano Alfonso Luigi Marra ha solicitado al Fiscal Público de Roma que investigue al Grupo Bilderberg por actividades criminales, cuestionando si la reunión de 2011 de la organización en Suiza llevó a la elección de Mario Monti como primer ministro de Italia.
Bilderberg es una conferencia anual a la cual asisten cerca de 120 de las personas más poderosas e influyentes del planeta, desde la política, los negocios, la banca, las universidades, la prensa e incluso la realeza.
La solicitud completa de Marra al fiscal de Roma identifica a la organización como un “gobierno mundial secreto que busca desestabilizar a las democracias”, y que ha contado con una “colusión institucional” para mantener su agenda en secreto.
Marra cita el artículo 18 de la Constitución italiana, la cual prohíbe explícitamente que sociedades secretas se involucren en actividades políticas.
Tildando al grupo como una “hermandad única e ilegal” de elitistas que se consideran a sí mismos “encima de la ley”, Marra apunta su dedo a Bilderberg por generar guerras, provocar colapsos económicos y armar a dictadores, actividades que “constituyen una obvia y descarada violación, por decirlo menos, a los artículos del Código Criminal”.
Marra urge al Fiscal Público que investigue a Bilderberg por participar en actividades ilícitas, “con referencia particular a la legalidad de la conducción de Mario Monti como miembro de Bilderberg”, y una “evaluación de si hay conexiones entre algunos políticos” que asistieron a la reunión de 2011 en St. Moritz “y su designación como Presidente del Consejo”.
Mario Monti, ex asesor internacional de Goldman Sachs, Presidente Europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y miembro dirigente del Grupo Bilderberg, asumió como primer ministro tras la renuncia de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011.
El gabinete de Monti estaba conformado completamente de burócratas no-electos, llevando a acusaciones de que Monti era sólo el último de una ascendente lista de tecnócratas de Goldman Sachs elegidos de forma no-democrática para tomar control de las economías europeas.
Monti asistió a la reunión de Bilderberg de 2011 en St. Moritz, Suiza, en la cual Luigi sugiere que se llegó a un acuerdo para elegir a Monti como sucesor de Belusconi. La conferencia ocurrió en junio, cinco meses antes del ascenso de Monti como primer ministro.
Existen numerosos ejemplos de cómo Bilderberg ha influenciado acontecimientos de escala mundial con anticipación, eligiendo a presidentes y primeros ministros con regularidad.
En 2009, el presidente de Bilderberg, Etienne Davignon, se jactó de cómo la moneda única del Euro fue creada por el selecto grupo.
El ex primer ministro de Bélgica, Herman Van Rompuy, fue elegido para su rol como presidente de la Unión Europea días después de asistir a una cena del Grupo Bilderberg en noviembre de 2009.
En 2010, el ex secretario general de la OTAN y miembro de Bilderberg, Willy Claes, admitió que los asistentes de Bilderberg son obligados a implementar decisiones formuladas durante la conferencia anual. Si resulta ser así, ello violaría las leyes de numerosos países que prohíben a políticos ser influenciados por agentes extranjeros en secreto.
Durante la reunión de 2011 en St. Moritz, Dominique Beattig, un prominente miembro del partido político más grande de Suiza, intentó confrontar a otros políticos suizos que asistían a la conferencia, solicitando una investigación parlamentaria sobre las actividades del grupo.
Por Paul Joseph Watson
Bilderberg es una conferencia anual a la cual asisten cerca de 120 de las personas más poderosas e influyentes del planeta, desde la política, los negocios, la banca, las universidades, la prensa e incluso la realeza.
La solicitud completa de Marra al fiscal de Roma identifica a la organización como un “gobierno mundial secreto que busca desestabilizar a las democracias”, y que ha contado con una “colusión institucional” para mantener su agenda en secreto.
Marra cita el artículo 18 de la Constitución italiana, la cual prohíbe explícitamente que sociedades secretas se involucren en actividades políticas.
Tildando al grupo como una “hermandad única e ilegal” de elitistas que se consideran a sí mismos “encima de la ley”, Marra apunta su dedo a Bilderberg por generar guerras, provocar colapsos económicos y armar a dictadores, actividades que “constituyen una obvia y descarada violación, por decirlo menos, a los artículos del Código Criminal”.
Marra urge al Fiscal Público que investigue a Bilderberg por participar en actividades ilícitas, “con referencia particular a la legalidad de la conducción de Mario Monti como miembro de Bilderberg”, y una “evaluación de si hay conexiones entre algunos políticos” que asistieron a la reunión de 2011 en St. Moritz “y su designación como Presidente del Consejo”.
Mario Monti, ex asesor internacional de Goldman Sachs, Presidente Europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y miembro dirigente del Grupo Bilderberg, asumió como primer ministro tras la renuncia de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011.
El gabinete de Monti estaba conformado completamente de burócratas no-electos, llevando a acusaciones de que Monti era sólo el último de una ascendente lista de tecnócratas de Goldman Sachs elegidos de forma no-democrática para tomar control de las economías europeas.
Monti asistió a la reunión de Bilderberg de 2011 en St. Moritz, Suiza, en la cual Luigi sugiere que se llegó a un acuerdo para elegir a Monti como sucesor de Belusconi. La conferencia ocurrió en junio, cinco meses antes del ascenso de Monti como primer ministro.
Existen numerosos ejemplos de cómo Bilderberg ha influenciado acontecimientos de escala mundial con anticipación, eligiendo a presidentes y primeros ministros con regularidad.
En 2009, el presidente de Bilderberg, Etienne Davignon, se jactó de cómo la moneda única del Euro fue creada por el selecto grupo.
El ex primer ministro de Bélgica, Herman Van Rompuy, fue elegido para su rol como presidente de la Unión Europea días después de asistir a una cena del Grupo Bilderberg en noviembre de 2009.
En 2010, el ex secretario general de la OTAN y miembro de Bilderberg, Willy Claes, admitió que los asistentes de Bilderberg son obligados a implementar decisiones formuladas durante la conferencia anual. Si resulta ser así, ello violaría las leyes de numerosos países que prohíben a políticos ser influenciados por agentes extranjeros en secreto.
Durante la reunión de 2011 en St. Moritz, Dominique Beattig, un prominente miembro del partido político más grande de Suiza, intentó confrontar a otros políticos suizos que asistían a la conferencia, solicitando una investigación parlamentaria sobre las actividades del grupo.
Por Paul Joseph Watson
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