Esta semana ha vuelto a quedar en evidencia a qué intereses sirve la Unión Europea y los gobiernos que la componen. La Cumbre de jefes de Estado celebrada este miércoles dedicada a "la lucha contra la evasión y el fraude fiscal" concluyó con el compromiso de volver a reunirse a finales de este año para ver qué medidas se adoptan en esta materia. O sea, que la Cumbre sólo sirvió para demostrar por enésima vez que los dirigentes y burócratas europeos no tienen ningún interés en acabar con los paraísos fiscales dentro de la Unión Europea, más allá de la palabrería y los discursos de cara a la galería.
La lucha contra los paraísos fiscales y la evasión fiscal de las grandes empresas, Bancos y demás especuladores puede esperar, no hay prisa ni interés por erradicarlos, no es un asunto prioritario. Sin embargo, las políticas de "austeridad", es decir, el desmantelamiento del Estado de Bienestar y la reducción de los salarios y la protección social son urgentes, no pueden esperar, son "inevitables para salir de la crisis" y nunca son suficientes, hay que profundizar en esas políticas neoliberales para ser más "competitivos" (es decir, más pobres los trabajadores). La hipocresía y la incoherencia de su discurso les delata y les descalifica.
Según un estudio elaborado por la organización Tax Justice Network (TJN) presentado en julio del año pasado, en 2010 había "escondidos" en los paraísos fiscales entre 21 y 32 billones de dólares, equivalentes a unos 24 billones (con "B") de euros. Esta cantidad supone casi el 25% de la riqueza mundial. De esos 24 billones de euros la mitad (algunos estudios hablan de 14 billones) se encuentran en paraísos fiscales dentro de la Unión Europea. En plena Gran Recesión en Europa, cuando el PIB de los Estados cae empicado, cuando caen sus ingresos y aumenta su deuda, y cuando nos dicen que "no hay dinero" para sostener los servicios públicos, ¿no debería ser la lucha contra el fraude y los paraísos fiscales una prioridad absoluta de las instituciones europeas?
Pues sí, debería ser su prioridad si su intención fuese crear empleo, mantener los servicios públicos del Estado del Bienestar, reducir la pobreza y evitar el sufrimiento que producen sus recortes presupuestarios entre los sectores sociales más vulnerables. Pero no es éste el caso; su intención no es esta sino aprovechar la "crisis" para aplicar un guión - el neoliberalismo - que ya estaba escrito de antemano. Pretenden eliminar el modelo social europeo y sustituirlo por un modelo de precariedad laboral y bajos salarios como fórmula para competir con las economías emergentes mundiales, y además privatizar los pocos servicios y recursos que aún siguen siendo públicos (Pensiones y Sanidad incluidos) para seguir incrementando los beneficios de las grandes corporaciones empresariales (la Business Europe) y la Banca.
Este es el proyecto neoliberal que están ejecutando en Europa y en España quienes nos gobiernan, y todo lo demás, todos los discursos y promesas que lo acompañan, no es más que retórica y manipulación informativa; son las mentiras necesarias para que los ciudadanos aceptemos estas criminales políticas y este expolio público al que nos están sometiendo.
Pero hay otro motivo por el cual no quieren acabar con los paraísos fiscales y es bien sencillo de entender: según cuenta una reciente investigación divulgada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), 130.000 políticos y empresarios de todo el mundo utilizan paraísos fiscales para hacer sus negocios y esconder su dinero. Creo que tras este dato sobran más explicaciones.


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