¡Se va el caimán, se va el caimán; se va a la Penitenciaría..!
¡Adiós cabrón, adiós ladrón… cántanos la Traviata, uno tras otro; tantos y tantos genoveses! Ahí están, ahí estaban. Hacia 1993 empezó la gran tangana. Después del susto provocado por el caso Naseiro, archivo judicial y punto pelota – qué vergüenza, señores jueces- emergió el nuevo Salvador de España, José María Aznar López, jefe supremo de la derechona.
Alejandro AgagY se fue rodeando Aznar de tipos como Francisco Correa o El Bigotes, también llamado Álvaro Pérez. En realidad, el impulsor de tales compañías era Alejandro Agag, entonces uno de los tres ayudantes del presidente del Gobierno. Empezó así la trama Gürtel.
La alegre muchachada
Aznar y su alegre muchachada vivieron, en aquella época, un tiempo feliz, de vino y de rosas. Y luego vino lo mejor, la segunda victoria consecutiva, mayoría absoluta. Aznar se convirtió en el emperador de España y llegó a ser amigo del presidente de EEUU, el infumable Bush. Montó una boda imperial y luego jugó vilmente a la guerra. Nombró a su sucesor y creyó que a quien manejaría a su libre albedrío sería Marianito.
José Luis Peñas y Ángel Galindo
Cuando hacia 2009, más o menos, estalló el caso Gürtel, a través de los trajes de Paco Camps y de otros muchos indicios facilitados por José Luis Peñas a su abogado, Ángel Galindo y a quien suscribe este artículo. Le ocurrió a Marianito, entre otras cosas, que se encontró con la corrupción por doquier, in crescendo y desbordándolo todo.
Un inútil
Han transcurrido algunos años y lo de Bárcenas es el mayor fracaso de un inútil como es Rajoy, incapaz de plantar cara a la pandilla, muy numerosa por cierto, de presuntos delincuentes que invaden Génova 13. No ha practicado Rajoy limpieza alguna.
Aratnza Quiroga
El único discurso que, desde dentro del PP, ha puesto los puntos sobre las íes fue el otro día el de Arantza Quiroga, actual presidenta del PP vasco: “Es vomitivo pensar que mientras algunos estábamos aquí manteniendo el tipo, sufriendo, yendo a plenos donde nos temblaban las piernas de miedo, asistiendo a velatorios y viendo a familias rotas, otros estaban sólo para llevarse la pasta”.
Las cosas como sonEs repugnante. (…) Hay que contar las cosas como son (…). Y Rajoy no ha contado jamás -en relación con el caso gürtel y otros muchos cuatreros y cuatreras de su partido- las cosas como son. Rajoy ha dejado hacer y ha consentido. No es digno de ser el presidente de los españoles. Un tipo como Rajoy no nos lo merecemos.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
Alejandro AgagY se fue rodeando Aznar de tipos como Francisco Correa o El Bigotes, también llamado Álvaro Pérez. En realidad, el impulsor de tales compañías era Alejandro Agag, entonces uno de los tres ayudantes del presidente del Gobierno. Empezó así la trama Gürtel.
La alegre muchachada
Aznar y su alegre muchachada vivieron, en aquella época, un tiempo feliz, de vino y de rosas. Y luego vino lo mejor, la segunda victoria consecutiva, mayoría absoluta. Aznar se convirtió en el emperador de España y llegó a ser amigo del presidente de EEUU, el infumable Bush. Montó una boda imperial y luego jugó vilmente a la guerra. Nombró a su sucesor y creyó que a quien manejaría a su libre albedrío sería Marianito.
José Luis Peñas y Ángel Galindo
Cuando hacia 2009, más o menos, estalló el caso Gürtel, a través de los trajes de Paco Camps y de otros muchos indicios facilitados por José Luis Peñas a su abogado, Ángel Galindo y a quien suscribe este artículo. Le ocurrió a Marianito, entre otras cosas, que se encontró con la corrupción por doquier, in crescendo y desbordándolo todo.
Un inútil
Han transcurrido algunos años y lo de Bárcenas es el mayor fracaso de un inútil como es Rajoy, incapaz de plantar cara a la pandilla, muy numerosa por cierto, de presuntos delincuentes que invaden Génova 13. No ha practicado Rajoy limpieza alguna.
Aratnza Quiroga
El único discurso que, desde dentro del PP, ha puesto los puntos sobre las íes fue el otro día el de Arantza Quiroga, actual presidenta del PP vasco: “Es vomitivo pensar que mientras algunos estábamos aquí manteniendo el tipo, sufriendo, yendo a plenos donde nos temblaban las piernas de miedo, asistiendo a velatorios y viendo a familias rotas, otros estaban sólo para llevarse la pasta”.
Las cosas como sonEs repugnante. (…) Hay que contar las cosas como son (…). Y Rajoy no ha contado jamás -en relación con el caso gürtel y otros muchos cuatreros y cuatreras de su partido- las cosas como son. Rajoy ha dejado hacer y ha consentido. No es digno de ser el presidente de los españoles. Un tipo como Rajoy no nos lo merecemos.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
Fuente***http://www.elplural.com/2013/
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