Hoy es noticia que una persona murió de hambre.
Un cadáver nuevo. Y los que vendrán.
Hay muertos silenciosos y silenciados todos los días en este país.
Viejos abandonados a su suerte, enfermos crónicos que languidecen, suicidados, vomitados a la calle, familias enteras mirándose a los ojos alrededor de mesas limpias de pan y de esperanza.
Hablemos claro: lo han matado. Los están matando.
No es casual, ni una cuestión de mala suerte, ni un tropezón del destino. La gente malmuere, cada día más, cada día peor.
Lo grave es que nos acostumbremos a estas noticias, que normalicemos el espanto cuando hay comida, que asumamos raciones de horror diario.
No nacimos para mendigar, no nacimos para limpiar con jabón la sangre que los amos derraman, no nacimos para morir de pena ni de hambre.
Con cada muerto debe nacer una razón nueva para rebelarse.
Viñeta de Kalvellido Texto de Silvia Delgado


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