Utilizaban hormona del crecimiento bovino (BST) para aumentar la producción, a pesar del daño que esta hormona causa a las vacas y a quien tome su leche.
Un centenar de personas han sido imputadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Lugo por delitos contra la salud pública y maltrato animal.
Según el Seprona de Lugo, miles de vacas de Galicia y otras comunidades habrían sido inyectadas con una hormona altamente peligrosa y prohibida en la UE, la somatotropina bovina (BST), con la intención de doblar su producción de leche.
Gracias a esta hormona las vacas llegan a producir incluso el doble de leche de lo que sería habitual, a la vez que su esperanza de vida disminuye drásticamente.
La utilización de BST en las explotaciones ganaderas
investigadas era algo habitual y sistemático, dado su bajo precio y los
altos beneficios que generaba su uso a los ganaderos.
Del centenar de imputados, 60 corresponden a la
provincia de Lugo. El resto se reparte entre A Coruña, Santander,
Asturias, Lérida y otras provincias españolas con una importante
industria ganadera.
Fuente:
La Voz de Galicia
El chollo del Buey de la Yunta
El servicio Gallego de
Salud (Sergas) que gestiona la Yunta de Becerros cobra por sus tarjetas
22 veces más de lo que paga por ellas.
Diez euros cobra el
Servizo Galego de Saúde (Sergas) a los usuarios que solicitan una
tarjeta sanitaria en casos de extravío, robo y rotura. ¿Es alto ese
precio? ¿Es bajo? Desde luego, es mucho mayor que el que la
Administración autonómica paga por cada dispositivo; exactamente, 22
veces más elevado. El dato se puede conocer gracias a un concurso de
adquisición masiva de acreditaciones que la Xunta puso en marcha ayer.
Según documentos
oficiales emitidos con motivo de ese proceso de contratación, el Sergas
prevé comprar a una empresa privada entre abril del 2014 y marzo del
2015 hasta 216.000 identificadores sanitarios por un máximo de 96.206,62
euros, es decir, a 44,5 céntimos la unidad. Los pacientes abonarán
luego al erario por cada uno de ellos una cantidad un 2.147 % superior.
La Xunta, consultada al
respecto, justifica el desfase aduciendo que esos 44,5 céntimos «son
solo el coste del plástico». Sin embargo, las condiciones de compra que
ella misma ha fijado para la ocasión establecen claramente que, por ese
dinero, la proveedora de tarjetas asumirá también su personalización, la
grabación de datos, una carta informativa al destinatario y el sobre de
envío, entre otras cosas.
Noticia tomada por Merchi de La Voz de Galicia
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