Hace seis años que Dylan Gerzmehlem, un niño alemán de 10 años en estado vegetativo desde que nació, tiene un ángel de la guarda especial que no se separa de él. La perra Tascha acude todas las mañanas a verlo: le ajusta la manta, le lame los pies y se arrima a la cara del pequeño.
La presencia de Tascha es tan influyente que incluso las máquinas que monitorizan la respiración y el corazón de Dylan muestran que las constantes del niño mejoran cuando ella está junto a él, e incluso los padres de Dylan, Eckhard y Bárbara, así como los médicos, aseguran que entre ambos hay un vínculo que no debería romperse.
No obstante, la relación entre niño y perro podría tener los días contados debido a que Tascha mordió al perro de un vecino en una pelea. Para las autoridades alemanas, esta conducta supone un motivo para que el animal sea separado del pequeño Dylan. La raza de Tascha, una Staffordshire bull terrier, está clasificada como peligrosa en el estado de Brandeburgo, adonde se mudaron los padres de Dylan para tener al niño en un entorno más tranquilo, alejado de la capital. Hasta ahora su raza no suponía ningún problema para este animal, que fue esterilizado, recibió un entrenamiento específico y superó las pruebas de temperamento.
"Cada vez que el perro está con él, nuestro hijo responde. Es feliz", ha indicado Eckhard, el padre de Dylan, al diario Daily Mail. "Su respiración se vuelve más tranquila, su ritmo cardíaco disminuye. Esto se debe al perro", ha añadido. La historia de Tascha ha provocado un revuelo en las redes sociales, especialmente en Facebook, donde miles de personas se han movilizado a través de una página y amenazan con salir a la calle en protesta para mantener juntos al niño Dylan y a la perra Tascha.
Para esta especial pareja todavía queda un rayo de esperanza: los padres de Dylan mantendrán una reunión con el alcalde del pueblo de Schonwalde —donde residen—.
Si consiguen demostrar que Tascha es un 'perro de terapia', tratarán de encontrar una solución, explicó un portavoz de la alcaldía. El padre de Dylan no las tiene todas consigo. "Ya trataron varias veces de llevársela para matarla. Me creeré (que Tascha se salva) cuando lo vea. Pero es una señal de esperanza".
Dylan, un niño de diez años que se encuentra en estado vegetativo desde que nació, llevaba seis años recibiendo todos los días la visita de su perra Tascha, una Staffordshire terrier que pasaba horas junto a él en la cama.
Los médicos y la familia comprobaron que las constantes del niño mejoraban en compañía del animal y que incluso podía prescindir de la respiración asistida, según su padre, Eckhard Gerzmehle. Pero el caso dio un giro en octubre, cuando Tascha mordió al perro de un vecino. Al ser de una raza considerada peligrosa y prohibida en el estado federado de Brandeburgo, donde vive la familia, las autoridades locales ordenaron que fuese trasladada o sacrificada.
El drama dio la vuelta al mundo y generó una ola de solidaridad global sobre todo en Internet. Un perfil de Facebook en apoyo a la familia sumó en pocos días casi 200 000 apoyos. Ahora el padre reveló que el perro está registrado en realidad en la casa de un familiar en Berlín, donde la raza está permitida.
"Si nos trae el certificado del registro, para nosotros el caso está cerrado", dijo hoy Bodo Oehme, alcalde del municipio que había ordenado separar al niño de la perra.
El padre anunció que, resuelto ese problema, luchará por que las autoridades reconozcan a Tascha como un animal con fines terapéuticos.



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