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miércoles, 29 de enero de 2014

Facebook estudia lo que borramos y no llegamos a publicar

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Esta noticia, que hemos conocido recientemente, ha pasado bastante desapercibida a pesar de su interés. Cuando alguien escribe en su perfil, o va a enviar un mensaje, o a subir un comentario a un grupo, analiza lo que está escribiendo.


 Con frecuencia lo relee, y después puede decidir borrarlo. Tal vez no le parecía demasiado correcto lo que iba a decir, o tras detenerse un momento ha decidido que era mejor dejarlo pasar y no enviarlo, o simplemente no le convencía la redacción de lo escrito y temía no ser bien entendido… 


Lo que nadie se podía imaginar es que Facebook analizara esos mensajes no enviados…
Así es: durante el verano de 2012 Facebook guardó todos los “estados fallidos” de 3,9 millones de usuarios. Docenas de millones de mensajes que no llegaron a ser enviados, o comentarios que no llegaron a ver la luz en un tablón, fueron analizados. Los autores del estudio posterior, desarrollado por Adam Kramer (científico de datos de Facebook) y Sauvik Das, han señalado sin embargo que no leyeron los mensajes, sino que sólo analizaron el lenguaje HTML y las interacciones con los formularios…


El estudio duró 17 días, y la edad media de los usuarios utilizados fue de 30,9 años. Del total de la muestra el 57% eran mujeres y el 43% varones.

Sea como fuere, creo que las conclusiones merecen ser comentadas y analizadas aunque sea someramente.

Durante esas dos semanas y media, el 71% de los usuarios había “autocensurado” sus comentarios al menos en una ocasión. Un 51% autocensuró 4,5 mensajes por término medio, y un 44% autocensuró 3,2 comentarios, que no llegaron a verse publicados.


La verdad es que estos datos respaldan los comentarios que nos hacen con frecuencia los propios adolescentes en los grupos de trabajo o Paneles de Jóvenes: “mucha gente se piensa más las cosas en internet”… Es decir, parece que la comunicación que se establece a través de las redes sociales es bastante más reflexiva de lo que pudiera parecer. En una conversación cara a cara, sin embargo, muchos de esos comentarios habrían sido hechos, sin posibilidad de dar marcha atrás.


 Comentarios inapropiados, frases desafortunadas o ideas que surgen en un momento de enfado o indignación. Con frecuencia lo oímos de otras personas, o lo vivimos nosotros mismos: “¿Por qué no me mordería la lengua antes de decir eso…?”, “¿Por qué no me lo pensaría antes de hablar..?” o “Según lo estaba diciendo ya me estaba arrepintiendo, pero no lo pude evitar”.. son comentarios que todos hemos hecho alguna vez.


Otro de los datos más llamativos pone de manifiesto que nos autocensuramos aun más a la hora de escribir en nuestro propio tablón o actualización de estado. La autocensura en el propio tablón está presente en un 34%, y la autocensura en los mensajes que enviamos a los amigos en un 25%.


 Esto es así probablemente porque los usuarios saben que lo que pongan en su tablón será visible para todos sus amigos (o amigos de amigos). No deja de ser una especie de escaparate que muestra lo que el usuario piensa, lo que cree o cómo se siente (o cómo quiere que le vean los demás). Los mensajes, sin embargo, suelen formar parte de conversaciones más privadas.


Tampoco actuamos igual los mayores y los más jóvenes. Si bien los de más edad autocensuran más los mensajes que van a enviar, los menores autocensuran más los comentarios que van a colgar (y menos los mensajes).


En ambos casos, los comentarios que más tendemos a autocensurar son los comentarios sobre las FOTOS que ponen los demás.


Por otro lado, los responsables del estudio manifestaron su sorpresa al descubrir que cuando el usuario está integrado en un grupo específico, o temático, autocensura más sus mensajes que cuando se dirige a sus amigos.


 Los investigadores pensaban que los grupos ofrecían a los usuarios una forma rápida y fácil de llegar a un público concreto, con intereses y experiencias comunes, en el que sentirse especialmente cómodos. Esperaban que la autocensura en estos grupos fuera menor, pues se supone que todos comparten inquietudes y tienen conocimientos que aportar o compartir. 


No obstante, descubrieron que esto es un “arma de doble filo”. En efecto, cuando un usuario se dirige a un grupo cuyos intereses son conocidos y compartidos, aparece un tipo de condicionante que me atrevería a definir como: EXPECTATIVA DE RELEVANCIA. Es decir, el usuario no es el único que sabe del tema…


 Los demás usuarios también saben, y es posible que sus conocimientos sean aun mayores, más relevantes o más actuales. Antes de escribir en el grupo deberá plantearse si lo que va a transmitir va a ser aceptado por los demás, o incluso agradecido o valorado, o si por el contrario será rebatido, o considerado obsoleto, poco original o ya expuesto anteriormente por otros.


Las razones por las que las personas tienden a autocensurarse en las redes sociales son variadas, y responden a condicionantes que van desde la edad, el tipo de contenido, el entorno, los posibles lectores, hasta las expectativas de la audiencia y otras.

 Volveremos a hablar pues sobre este estudio en el segundo artículo sobre el DESARROLLO DE LA IDENTIDAD DE LOS MENORES EN LAS REDES SOCIALES. Es muy interesante ver cómo manejan estos condicionantes a la hora de perfilar su identidad en internet, y la relevancia que tienen.


http://sauvik.me/system/papers/pdfs/000/000/004/original/self-censorship_on_facebook_cameraready.pdf?1369713003


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