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sábado, 18 de enero de 2014

PRIMERAS REFLEXIONES TRAS LA PRESENTACIÓN DE "PODEMOS" * video


Este viernes se presentó en Madrid la plataforma "Podemos" que pretende presentarse a las próximas elecciones europeas y que encabeza el cada día más conocido profesor de Ciencia Política Pablo Iglesias.
 A la vista de los hechos parece que "por ahora" no es posible un proyecto político común que agrupe a toda la izquierda política y social. Y digo "por ahora" porque desde esta nueva plataforma política se sigue apelando a esa necesaria "unidad de la izquierda" de la que tanto hablamos desde todos los sectores de la misma: "Buscaríamos un proceso de unidad con todas las fuerzas políticas y movimientos que se han opuesto a las políticas de austeridad como Izquierda Unida, Anova, las CUP, el Sindicato Andaluz de Trabajadores, las mareas ciudadanas...".
 Entonces cabe preguntarse por qué no ha sido posible ese frente común todavía; o qué ha ocurrido para que "de repente" se presente esta plataforma al margen de Izquierda Unida; cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha hecho imposible en entendimiento. Yo lo desconozco, y sería muy interesante que nos lo contaran para no tener que perder tiempo en especular con las posibles respuestas.

 

Esas diferencias que existen entre estos dos bloques en los que ahora parece que se divide la izquierda social y política no son ideológicas, puesto que las propuestas o medidas políticas que propone Podemos y se reivindican en la calle son prácticamente las mismas que siempre ha defendido IU; y los enemigos siguen siendo los mismos en ambos casos: el bipartidismo, el régimen del 78, "Botín", la Troika... Las diferencias parecen ser organizativas. Parece ser que el problema está en la forma en la que se construye esa alternativa y no en el fondo. Sea como fuere ya hay algunos que están celebrando esta división (creo que temporal): el PSOE, que sabe que con la aparición de esta plataforma IU puede perder fuerza y protagonismo; y el poder económico y financiero nacional e internacional que no ve peligrar sus negocios porque el bipartidismo que se los garantiza seguirá siendo hegemónico por mucho tiempo mientras la izquierda esté dividida.
 Y la prueba más evidente de esto será el espacio que Pablo Iglesias y Podemos ocupará en los medios de comunicación del régimen de aquí en adelante. De hecho ya en el último año Pablo Iglesias ocupó más espacio en televisión que Cayo Lara en los años que lleva al frente de IU. Le apoyan hoy para frenar el ascenso de IU, y le criminalizarán mañana si junto a IU y otras organizaciones presentan un proyecto común de toda la izquierda; una unidad que antes o después tendrá que terminar ocurriendo.

 

Yo no voy a contribuir a agrandar la alegría de los poderes neoliberales echando más leña al fuego cuando es mi casa la que se quema ("la izquierda"). Está claro que la aparición de Podemos, desde un punto de vista electoral si finalmente se presentaran por separado, perjudicaría a IU, y eso me duele. Pero tampoco por ello voy a acusar a Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero de haberse vendido al PSOE o a la burguesía española, como algunos están diciendo. Porque entonces, si aplicamos el mismo rasero, habría que acusar a IU de hacer lo mismo cuando forma gobiernos con el PSOE, cuando se suma a la renovación del CGPJ, o cuando pacta presupuestos con el PP en Oviedo, por poner unos ejemplos. ¿Acaso también sería un "traidor" Sánchez Gordillo si decidiera romper con IU en Andalucía? 
Si buscamos la unidad de la izquierda no contribuyamos a que las divisiones que se puedan producir sean permanentes, sino a que acaben encontrándose en el camino. Hay muchos motivos para la crítica en uno y otro sentido, pero también hay motivos para la esperanza. Puede que la creación de esta plataforma sirva para aglutinar a una gran parte de los dispersos y "apolíticos" ciudadanos y movimientos sociales en torno a un único partido o proyecto político; y si esto tiene que producirse al calor de un mediático politólogo que se autoproclama como líder pues que así sea si logra el apoyo posterior de los ciudadanos.
 Quizás tenga que ser esta la forma en la que esa ciudadanía que dice aborrecer la política (llámese por ejemplo 15M) termine por implicarse en ella. 
Quizás era necesario dar un golpe de efecto para avanzar. Quizás. En este sentido es muy probable que este nuevo escenario político haga reflexionar a IU y la obligue a moverse, a "abrirse", tal y como le reclaman algunos ciudadanos y organizaciones sociales. Sería muy necesario que lo hiciera. Ahora bien, nadie puede olvidarse de que IU es el partido de izquierdas más grande del país, con cerca de dos millones de votos y que según las encuestas - todas ellas muy conservadoras y "cocinadas" en favor del bipartidismo - doblaría el número de votantes si hoy hubiera unas elecciones. No se puede ningunear a IU, ni tampoco pretender que cambie radicalmente de la noche a la mañana una formación política de tanto peso y tanta historia. Pero tiene que avanzar, sin duda. 

 
IU no puede conformarse con doblar el número de diputados, porque con eso no se gobierna ni se acaban las políticas neoliberales. IU tiene que tener la ambición de superar al bipartidismo y la antidemocrática ley electoral, y eso no lo puede conseguir haciendo la guerra por su cuenta. En definitiva, IU necesita a esa parte de la sociedad a la que pretende representar Podemos; y Podemos no llegará a nada si no cuenta con la fuerza, la organización, la experiencia y la historia de una IU que defiende todas las reivindicaciones que las víctimas del neoliberalismo exigen en la calle, a pesar de sus errores.


 Se necesita generosidad y amplitud de miras por todas partes. Pero tengamos en cuenta que los mismos actores políticos que hoy parecen enfrentados, los mismos a los que hoy llamamos "traidores", serán irremediablemente compañeros de viaje más tarde o más temprano. Ambos sectores de la izquierda política y social están, estamos, condenados a entendernos si queremos algún día doblegar al bipartidismo para comenzar la transformación política, económica y social del país en favor de las clases trabajadoras y populares.


 La propia Izquierda Unida nació al calor de las movilizaciones sociales y políticas en contra de la entrada de España en la organización criminal OTAN en 1986, y se logró, no sin muchas discusiones y dificultades, aglutinar a la gran parte de las organizaciones de izquierdas del país.


 La unidad de los partidos, organizaciones y movimientos de izquierdas fue necesaria en Venezuela para que Hugo Chávez llegara al poder; lo mismo ocurrió en Ecuador con Rafael Correa, o en Bolivia con Evo Morales. 


Y así tendrá que ocurrir tarde o temprano en España si queremos construir nuestra propia revolución.



Presentación de PODEMOS






Pablo Iglesias presenta la iniciativa Podemos como "un método participativo abierto a toda la ciudadanía". Junto a él intervienen: Teresa Rodríguez (Marea verde y sindicalista), Juan Carlos Monedero (profesor de Ciencia Política), Miguel Urbán (activista social), Ana Castaño (psiquiatra, Marea blanca) e Íñigo Errejón (investigador y analista político).




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