Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


miércoles, 29 de enero de 2014

Ya vienen ya están en camino los elegidos para la salvación

Ya vienen
Ya están en camino
Los elegidos para la salvación
 
Ya no llores más, amor. Esta es la respuesta de la tierra. Tenía que venir, tenía que llegar, como la floracíon tras un invierno largo
 
Los Dioses del cielo vienen a devorar las ciudades, a convertirlas en polvo
 
Sólo quedará el amor
 
El mundo sólo son habitaciones que son cárceles, casas que son cárceles, ciudades que son cárceles
 
La negra cadena nos ahoga demasiado. Los hemos llamado en sueños, y ellos han respondido a la plegaria
 
Para renacer el ave Fénix primero hubo de morir
 
Vienen a pisotear toda la hierba mala para volver a sembrar de nuevo
 
Vienen a traer un canto que primero retumbará y nos hará morir y luego al alba sonará como una bella sinfonía
 
Caerán las iglesias caerán los cuarteles militares las mansiones
Las hileras de fincas que ya tienen tanto miedo como sus ocupantes
 
Polvo, ruinas, cascotes, historia olvidada
 
Y luego se irán por donde han venido, como pájaros que han volado demasiado bajo
 
Sólo quedará el amor
 
Abrázame, amor mío, cuando se disipen las nubes de humo
tendremos el amor
 
Ángel Padilla

Ya vienen 

Ya están en camino 

Los elegidos para la salvación 

Ya no llores más, amor. 


Esta es la respuesta de la tierra. 

Tenía que venir, tenía que llegar, como la floracíon tras un invierno largo Los Dioses del cielo vienen a devorar las ciudades, a convertirlas en polvo 

 Sólo quedará el amor

 El mundo sólo son habitaciones que son cárceles, casas que son cárceles, ciudades que son cárceles

 La negra cadena nos ahoga demasiado.

 Los hemos llamado en sueños, y ellos han respondido a la plegaria 

 Para renacer el ave Fénix primero hubo de morir 

 Vienen a pisotear toda la hierba mala para volver a sembrar de nuevo 

 Vienen a traer un canto que primero retumbará y nos hará morir y luego al alba sonará como una bella sinfonía

 Caerán las iglesias caerán los cuarteles militares las mansiones

 Las hileras de fincas que ya tienen tanto miedo como sus ocupantes  polvo, ruinas, cascotes, historia olvidada 

 Y luego se irán por donde han venido, como pájaros que han volado demasiado bajo

 Sólo quedará el amor

 Abrázame, amor mío, cuando se disipen las nubes de humo tendremos el amor 


Ángel Padilla


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