Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 14 de marzo de 2014

Temes perder lo poco que tienes, sin darte cuenta que ya no tienes nada que perder. Retrato hiperrealista de la realidad... Piénsalo.

Temes perder lo poco que tienes, sin darte cuenta que ya no tienes nada que perder.

Sobrevives sin trabajo, hablas sin educación, enfermas sin sanidad, te hipotecas sin casa, te enorgulleces sin dignidad, defiendes no tener derechos y protestas para que no puedas quejarte de todo esto. Sigues defendiendo a los que te lo roban todo y encima hablas de libertad y democracia sin tener ni idea de lo que signfican o preguntar para quién. 

Eres trabajo que defiende al capital, la víctima que protege a su enemigo. Haces asociaciones macabras a la propiedad privada como si todo fuese el derecho básico a poder tener un hogar. Defiendes la propiedad robada de los banqueros, empresarios, brokers e incluso la basura escupida por sus voceros camuflados como "expertos". Empleas alguna lógica macabra que te asegura que pasarás de currante-autómono a empresario que por explotar a cientos monta un Lamborghini y veranea en el Caribe.

Vives sin futuro en el supuesto rincón privilegiado del Imperio, Europa, y sigues pensando que es "el mejor de los sistemas posibles" porque sueñas con ser algún día como tus amos. Jamás te preocupaste de comprender tu alrededor, a tus vecinos o el motivo de tus pensamientos; pero los defiendes a capa y espada cual monje guerrero moderno que actúa sin preocuparse por los motivos de su actuar.

Eres feliz pero infeliz, defiendes lo tuyo sin tener nada, cuidas de tus amos aunque seas su esclavo; y por desgracia abundas, se te desprecia y eres parte del problema, jamás de la solución.

Salud y socialización de la propiedad.
 
 
 
Miguel G. Macho



Retrato hiperrealista de la realidad... Piénsalo.


Temes perder lo poco que tienes, sin darte cuenta que ya no tienes nada que perder.


Sobrevives sin trabajo, hablas sin educación, enfermas sin sanidad, te hipotecas sin casa, te enorgulleces sin dignidad, defiendes no tener derechos y protestas para que no puedas quejarte de todo esto. Sigues defendiendo a los que te lo roban todo y encima hablas de libertad y democracia sin tener ni idea de lo que signfican o preguntar para quién. 


Eres trabajo que defiende al capital, la víctima que protege a su enemigo. Haces asociaciones macabras a la propiedad privada como si todo fuese el derecho básico a poder tener un hogar. 


Defiendes la propiedad robada de los banqueros, empresarios, brokers e incluso la basura escupida por sus voceros camuflados como "expertos". Empleas alguna lógica macabra que te asegura que pasarás de currante-autómono a empresario que por explotar a cientos monta un Lamborghini y veranea en el Caribe.


Vives sin futuro en el supuesto rincón privilegiado del Imperio, Europa, y sigues pensando que es "el mejor de los sistemas posibles" porque sueñas con ser algún día como tus amos.


 Jamás te preocupaste de comprender tu alrededor, a tus vecinos o el motivo de tus pensamientos; pero los defiendes a capa y espada cual monje guerrero moderno que actúa sin preocuparse por los motivos de su actuar.


Eres feliz pero infeliz, defiendes lo tuyo sin tener nada, cuidas de tus amos aunque seas su esclavo; y por desgracia abundas, se te desprecia y eres parte del problema, jamás de la solución.
Salud y socialización de la propiedad.



Miguel G. Macho



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