Isabel Carrasco: ¿Ni siquiera un respeto a los difuntos?
La noticia del asesinato de la presidenta de la Diputación de León y del PP leonés, Isabel Carrasco, de forma vil y alevosa, ha supuesto además de una tragedia, la propia de la muerte de un ser humano siempre condenable, una oportunidad para percibir la clase de sociedad en la que estamos, y que por respeto a los lectores no voy a adjetivar como quisiera.
Resulta alucinante, y bien digo, delirante incluso, ver cómo ya no se guarda en España ni el respeto debido a los muertos. En esta fuga “moderna” de asertividad verbal, de logorrea de sofismas y de teórica libertad de expresión (llegando al libertinaje y la bagatela moral), no han sido pocos los que han dado el cante.
En este medio, en el que me honro en ser su lector además de colaborar alguna vez, he podido contemplar atónito como se han sucedido las reacciones más variadas y deleznables.
Desde el ínclito y presunto intelectual, Pablo Iglesias –que me hace recordar lo equivocado u optimista que era Platón con su visión del intelectualismo moral- que, aprovechando unas condolencias fingidas y lacónicas, lanzó una patética oda a la demagogia, señalando que nadie suspende campañas cuando alguien se suicida (hace falta tener un pensamiento muy mermado para comparar un suicidio con un asesinato, salvo que uno admire los regímenes políticos donde la gente se suicida para no morir asesinada, como puede que sea el caso); pasando por una –bien dimitida- concejala de Pontevedra, señalando que “quien siembra vientos, recoge tempestades”, es decir, justificando la violencia sin tapujo; y acabando, por acabar por algún sitio, por las maravillas que sujetos sin cargo, anónimos aparentes, cuentas “fake” han ido soltando a lo largo y ancho de Twitter, donde el llamado “humor negro” deja de ser eso, humor, libertad, para convertirse en injuria y falta del más elemental respeto a los difuntos.
La apariencia de anonimato, y consecuente sensación de cierta impunidad de las redes sociales está llevando a que estos medios sean objeto de las expresiones más abyectas. Un país donde un asesinato no es un elemento digno de pesar y de respeto es una cueva de salvajes, sin más.
Resulta absolutamente irrelevante y carente del más mínimo interés si la fallecida era del PP, del PSOE, de VOX o de cualquier sigla, si era o no partidaria del copago o no, o si era del Madrid o de la Cultural. En este sentido, quienes aprovechan la oportunidad de clavar un rejón o justificar una actuación por “la crisis”, por “el clima social” no hacen sino venir a justificar, a amparar o a dar una carta de naturaleza exculpatoria de carácter sociológico a la violencia. Hay que tener mucho cuidado a la hora de atribuir a la crisis ese poder de “ungüento amarillo” que para todo vale y para nada sirve, que ampara bajo el paraguas de la decepción todos los comportamientos y que nutre de teóricas razones a las más repulsivas conductas.
Creo firmemente, y no sólo en relación a la protección del honor, sino de otros bienes y derechos importantes que no sólo habría que plantearse regular Internet en cuanto a contenidos contrarios a los principios más elementales de la democracia y de la pluralidad, sino además reflexionar sobre formulas para acabar con ese anonimato que en la vida real no existe y que nos empeñamos en consagrar en la Red.
Carlos Fuertes
DE QUE MUERTOS HABLAMOS .....
Facultad de Medicina
Los cadáveres de la UCM se alquilan los fines de semana por 750 euros
Son cuerpos apilados y en estado tan insalubre que la
propia universidad ha abierto una investigación, tras la publicación de
estos hechos por el diario ‘El Mundo’.
La Universidad Complutense alquila a empresas privadas, para cursos de fin de semana, los cadáveres donados para la investigación que se encuentran hacinados en el departamento de Anatomía y Embriología Humana II de la Facultad de Medicina. Son cuerpos en estado tan insalubre que la propia universidad abrió ayer una investigación tras la publicación de estos hechos por el diario ‘El Mundo’
El alquiler de un cadáver sale a entre 500 y 750 euros. Un curso para 15 alumnos, con entre cuatro y seis cadáveres para intervenir, cuesta unos 3.000 euros. La Complutense alquila los cadáveres a empresas privadas y a doctores que ofrecen cursos de posgrado de carácter privado, muchos de los cuales se realizan en fin de semana, otros los viernes.
“Una de estas firmas por ejemplo es Mapfre”, según dijeron fuentes del departamento a ‘El Mundo’. Otra es el fabricante de implantes dentales Straumann. Fuentes de Anatomía y Embriología Humana II confirmaron que “muchas empresas” organizan sus cursos de formación continua en estos sótanos de la facultad de Medicina, y que por ejemplo hay uno organizado próximamente por “una gran empresa italiana”.
Hay que aclarar que la práctica es normal y legal en varias universidades españolas, puesto que no sólo empresas privadas experimentan con los cuerpos donados altruístamente a la ciencia: también otros centros universitarios, como Odontología y Oftalmología, lo suelen hacer. Sin embargo, lo inusual en el caso de Anatomía y Embriología II es la altísima concentración de cuerpos, que llega al apiñamiento en varias salas del lugar.

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