Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


sábado, 24 de enero de 2015

La España que cuenta está jodida; luego está la que nos cuentan



Ilustración, Gilbert Garcin

Cada día, además de ganarnos la vida (los que tenemos la suerte de hacerlo) hemos de elegir dos realidades: la oficial, llena de timbres y de pólizas y de proclamas enfáticas; y la verdadera, desnuda, acorralada, desprestigiada, pero con un aspecto de verosimilitud de la que carece la otra (Juan José Millás)


Es posible que la libertad de Bárcenas y la fianza ridícula que se le ha impuesto en relación con lo que se le imputa tengan su coartada judicial, pero resulta muy difícil evitar la sospecha de un acuerdo político. El archivo de las diligencias contra Esperanza Aguirre se atendrá a la letra de la ley, pero nadie ignora que usted o yo, en situación semejante, habríamos pasado la noche en el calabozo; luego, nos habrían caído, en consonancia con la nueva ley de seguridad ciudadana, tres o cuatro años de cárcel.

Con un poco de caradura, se puede afirmar frente a los micrófonos que la Gürtel no tiene nada que ver con el PP, incluso que la contabilidad b de Génova fue cosa de sus empleados. Pero cualquiera que haya visto las imágenes de la boda de la hija de Aznar, a la que acudió toda la banda de Al Capone, y haya seguido los intentos de Rajoy por proteger a su tesorero y poner palos en las ruedas de la investigación judicial, sabe que es mentira.

Cada día, además de ganarnos la vida (los que tenemos la suerte de hacerlo) hemos de elegir dos realidades: la oficial, llena de timbres y de pólizas y de proclamas enfáticas, y la verdadera, desnuda, acorralada, desprestigiada, pero con un aspecto de verosimilitud de la que carece la otra. La elección, que requiere un gasto de energías considerable, empieza a resultar agotadora, tanto, que a veces dan ganas de rendirse, de gritar que se lo cree uno todo a cambio de que rebajen la intensidad del bombardeo.

Pero en estas, tienes que hacer frente a las tasas universitarias de tu hijo, o has de llevar a tu padre a urgencias, por poner dos ejemplos, y se te cae el velo de los ojos. Es verdad, hay dos Españas: la que nos cuentan y la que cuenta. La que cuenta está jodida.


Artículo de Juan José Millás: 'elpais.com/elpais/2015/01/22/opinion/1421937751_311877.html'






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