"Los vehículos en los que su conductor circule a pie no sobrepasarán la velocidad del paso humano". Esta es una de las esperpénticas normas que la Dirección General de Tráfico (DGT) quiere introducir en el nuevo Reglamento de Circulación que ahora está estudiando. También podrían pasar por un control de alcoholemia quienes crucen una calle fuera de los pasos de peatones.
La propuesta de la DGT ha sido criticada por el Consejo de Estado por atentar contra los más elementales derechos a circular libremente por el territorio nacional. En su informe, alega que de implantarse el reglamento, el personal no podría beber andar de copas o asistir a una fiesta en la que se suele beber alcohol, pues podrían ser multados si, en las inmediaciones, un vehículo sufre un accidente.
También tendrían problemas las personas que toman medicamentos que contengan codeínas, opiáceos o sustancias semejantes, pues darían positivo en un test de drogas, por lo que tendrían que salir de casa siempre con las recetas en el bolsillo para evitar la sanción.
El Consejo de Estado rechaza también que se aumente la velocidad máxima en las autopistas hasta los 130 kilómetros por hora, ya que ello generaría más accidentes, y se reduzca la de otras vías desde los 100 km/h actuales hasta los 90 km/h en carreteras convencionales, porque podría verse como una medida meramente recaudatoria.
El informe tampoco está de acuerdo con que las bicicletas circulen por las aceras, como pretende la nueva normativa, que contempla otra norma algo surrealista al señalar que los animales que arrastren un vehículo solo podrán ir al trote por la ciudad.
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