Rafael Eduardo Torres, miembro de la comisión de control de Caja Madrid a propuesta de UGT entre 2001 y 2006 ha reconocido este jueves ante el juez, durante su declaración como imputado, que parte de los 79.000 euros que gastó con su tarjeta opaca los destinó a la financiación del sindicato, lo que era conocido por la dirección.
El dinero fue utilizado en gastos de papelería e imprenta, octavillas y folletines de UGT, además de en comidas y viajes con compañeros del sindicato por toda España. Torres ha señalado que las dietas que recibió entre 2001 y 2006 como miembro de la Comisión de Control de la caja madrileña también iban destinadas a una cuenta del sindicato y que todas las aportaciones contaban con el visto bueno de la Ejecutiva Confederal, que dirigía Cándido Méndez.
Los 13 exconsejeros que han comparecido este jueves ante el juez como imputados han asegurado que las tarjetas eran de libre disposición y podían gastar en ellas lo que quisieran.
El límite fijado por Miguel Blesa era de 25.000 euros anuales en algunos casos, Además, según ha afirmado al juez el consejero a propuesta del PSOE, José Acosta, la tarjeta se podía utilizar para todo, excepto para los "gastos eróticos".
El magistrado, que ha interrogado ya a 54 antiguos responsables de la caja por este asunto, atribuye a los imputados un delito de administración desleal y otro de apropiación indebida. Entre ellos se hallan los expresidentes de Caja Madrid Miguel Blesa y Rodrigo Rato.
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