Te has convertido en concejal, alcalde o diputado, o
has conseguido un nuevo empleo o lo estás buscando. Has tenido una
juventud intensa en las calles en mil causas. O sencillamente has
disfrutado de una loca juventud en los bares. Y has dejado un glorioso
rastro en las redes sociales.
De repente, piensas que
tu pasado digital te perseguirá como el villano de una película. Ese
mensaje en Twitter en el que te burlabas de a/ La Policía, b/ La
Iglesia, c/ El Gobierno, d/Todos los anteriores.
La foto que retuiteaste
con la que alguien ridiculizaba a a/ Los hombres, b/ Las mujeres, c/
Los viejos, d/ Los gordos. El aniversario en el que profesaste amor
verdadero por la memoria de a/ Franco, b/ Stalin, c/ Fraga.
Ya es demasiado tarde para desear habértelo pensado
antes de escribir. No te servirá recurrir al contexto de ese mensaje, a
que eras una persona diferente, a que has cambiado de opinión, o a que
sólo estabas de charla con unos descerebrados. Se impone una solución
radical, y sobre todo urgente.
Hay que borrar las pruebas del delito que
en realidad no es delito, pero que todo el mundo definirá como un
delito.
La misma tecnología que puede ser tu
perdición viene en tu ayuda. El único problema es que si llevas escritos
20.000, 30.000 o 50.000 tuits, el borrado manual a través de la herramienta de búsqueda avanzada de Twitter no es suficiente.
Existen varias aplicaciones que se ocuparán de borrar de forma automática esa parte de tu pasado. Una de las más prácticas es Delete Multiple Tweets. También están Tweet Delete, Twit Wipe, o Delete All My Tweets.
Entre las cosas que necesitas saber, está el aviso de que no hay vuelta
atrás. Lo borrado no se podrá recuperar. Eso no quiere decir que haya
desaparecido por completo. Pocas cosas pueden borrarse en Internet.
Seguirá existiendo en los servidores de Twitter, pero quedará fuera del
acceso del cualquier usuario de la red.
Por tanto,
quizá alguien quiera hacerse una copia de todos esos tuits antes de
borrarlos (a través de las opciones de Twitter, que permiten bajarse un
archivo con todo ese contenido). Después se puede bajar el hacha. Podrás
borrarlo todo o sólo entre las fechas que elijas.
Esas aplicaciones te piden que les des permiso para acceder a las tripas
de tu cuenta, contraseña incluida. Por eso, es necesario revocar esos
permisos justo después de que hagan su trabajo. De lo contrario, si se
ha decidido cortar por lo sano, podrían seguir borrando todos los tuits.
Es posible que no puedas mantener en secrero la operación limpieza. La
aplicación aprovechará su intervención para hacerse publicidad y
publicará en tu cuenta personal un mensaje en inglés anunciando su
éxito. También puede ocurrir que te convierta automáticamente en
seguidor de su cuenta corporativa, lo que aparecerá en tu lista de
personas a las que sigues.
A partir de ese momento, puedes respirar aliviado. Has vuelto a nacer en las redes sociales.
Foto: Flickr de Rosaura Ochoa CC.
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