Vivimos tiempos de
cambio distópico en muchos aspectos y en tiempos de sobreactuación sin
mesura de los sectores más reaccionarios del Reino.
Desde la llamada de atención de la prensa más conservadora y marcadamente españolista haciéndose eco de la cooficialidad de la lengua asturiana (ABC, Antena3, El Mundo…) como un elemento de discordia, sin seguimiento o fuera de lugar, cuando es una cuestión de derechos lingüísticos que se remonta como reivindicación a los años preconstitucionales; hasta el destrozo de uno de los pilares de nuestra sociedad,
Las Pensiones: el discurso de retroceso y desmantelamiento de derechos sigue su, aparentemente, irremediable curso.
Las Pensiones han
sido argumento recurrente. De la misma manera que el PP de Aznar se
presentó a las elecciones diciendo que representaba el partido de la
limpieza frente a la corrupción del PSOE de Felipe González; en las
pensiones algo así también parecía suceder.
Las Pensiones siempre
estaban en riesgo, un riesgo que solo el PP podría amortiguar tras el
supuesto o no, despilfarro del PSOE. Bueno, en ese dilema llevamos de
turnismo y afán acusatorio desde el origen del Traspaso -lo de
Transición… me da casi repelús en estos tiempos que corren-.
Así, los llamados
hijos e hijas de la Democracia, salvo excepciones, tendrán que
conformarse, si eso, con una No Contributiva; quedarse sin pensión, o
apostar por privatizar su vejez. El negocio, es el negocio.
Básicamente el
Sistema de Pensiones se basa en las cotizaciones a la Seguridad Social
aportadas durante la Vida Laboral de las personas que pueden o se las
permite trabajar, por lo que aquellas personas que no tengan años
suficientes cotizados se quedarán sin pensión, o con una pensión tan
ridícula que llamarlo de tal manera casi será un sacrilegio.
Contrasta mucho esta
situación con la que viven aquellos que, precisamente, de una u otra
manera son responsables de que el Sistema de Pensiones haya sido
dilapidado.
En julio del 2016 EuropaPress se hacía eco del caso de Patxi
López “El Breve” tras pasar por la Presidencia transitoria del
Congreso: “El ya expresidente del Congreso Patxi López tiene derecho a cobrar un total de 77.000 euros -11.000€ al mes durante siete meses- en concepto de pensión indemnizatoria por haber ejercido como tercera autoridad del Estado durante siete meses”.
Aun
no teniendo nada que ver los tipos de retribución que se cobran o
perciben, llama la atención la facilidad que tienen algunos entes para
hacer fluir capital hacia sí. ¿Quién, habiendo trabajado siete meses,
percibe 77.000€?
El caso de las Pensiones Vitalicias que sería el punto
más extrapolable, también llaman la atención, sobretodo, habiendo
escuchado las barbaridades que Celia Villalobos ha soltado por su
estupenda y candy boca. La prensa las llama “pensiones de oro” que ya, como término, hace hervir la sangre.
Durante la Reforma
de las Pensiones de Rodríguez Zapatero la prensa se hizo eco de la
contradicción: Una Reforma que pretendía subir la edad de jubilación a
los 67 años y se rebajaba el poder adquisitivo de los y las pensionistas
de a pie; mientras que los cargos públicos podían retirarse con la
Pensión Máxima, únicamente con 7 años trabajados.
De la misma manera
que el PP nos vende que hay que trabajar hasta los 80 -By Celia
Villalobos-, más horas, y sin pensión garantizada; nuestras señorías y
más altas Instituciones -lo de la Monarquía es caso aparte-, pueden
envejecer tranquilas.
Tanto PP como
Ciudadanos rechazaron una subida, por cierto ridícula, de las pensiones
buscando su equiparación con el IPC en diciembre del 2016.
Curiosamente
Albert Rivera tiempo atrás argumentaba que había que regresar al Pacto
de Toledo para que las pensiones volvieran a equipararse con el Índice
de Precios de Consumo, sin embargo, y como de costumbre, su política es
“muletera” y de sostén, de cierto lavado de cara; de cierta novedad pero
políticamente siendo lo mismo que hemos vivido en estos años.
Y así se
ha comportado el partido naranja apoyando al PSOE de Susana Díaz en
Andalucía o al PP madrileño de Cristina Cifuentes. Así, vemos como las
políticas sociales, redistributivas, progresivas y de cambio son
frenadas por PP y Ciudadanos, cuando no con el silencio/abstención
cómplice del PSOE.
La Pensión como tal ha sido uno de los elementos que más han preocupado a nuestras generaciones, y que más
debieran seguir preocupando. La amenaza de que las pensiones correrán
peligro ha hecho virar votos, apoyos y encuestas en algunos momentos
críticos; pero hoy más que nunca se encuentran en riesgo doble:
Por un
lado, porque la juventud no tiene opciones laborales, o las que
encuentran son nefastas, temporales y precarias, por lo que la
cotización a las arcas públicas se demuestra insuficiente; mientras que
por el otro, porque el PP ha dilapidado la caja de las pensiones.
Se
estima que en la Seguridad Social existe un déficit de unos 15.000
millones de euros y un remanente de tan solo 8.000 millones de euros.
Y
al mismo tiempo, nuestro “amado” Presidente del Gobierno, con Cospedal a
la cabeza, ha concedido a Trump una subida del gasto militar para 2025
que llegue al 2% del PIB, la mayor subida desde el Franquismo.
Así que… hagan ustedes su propio cálculo.


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