La sociedad no existe pero es la
culpable del crimen medioambiental del Mar Menor. La Región de Murcia es
tierra de libertad y de oportunidades, la nueva frontera. El medio
ambiente es una oportunidad de negocio.
El decreto del Mar Menor no va
buscar culpables. Se trata de disparar en círculo, en todas direcciones;
se trata de socializar la culpabilidad, de diluirla y endosársela a los
otros, no importa a quién.
La sociedad murciana es la culpable del
crimen medioambiental del Mar Menor.
Todos somos culpables por acción o
por omisión: mi padre por comprar con tres personas más un solar en los
años setenta para construir cuatro viviendas en dos plantas, los vecinos
de la acera de enfrente, los de los laterales, los de la manzana de
atrás y de delante; los pescadores que lanzaban las cañas al atardecer y
permanecían toda la noche en la oscuridad.
Por entonces, no todo la
costa era un paseo marítimo continuo, no todo el Mar Menor estaba
delimitado por una orla de luces.
Había espacios oscuros entre
urbanizaciones, carrizales, palmeras dispersas, algarrobos, seguramente
algún coche aparcado junto a la playa, que todo el mundo sabe que no era
de arena (la arena llegó después y no recuerdo que la sociedad murciana
la trajera del interior en cubos de plástico).
Esta gente que nos gobierna y nos habla
del libre mercado y de las oportunidades de negocio, ha descubierto la
sociedad. Ya dijo Thatcher que no existe tal cosa, tan solo individuos,
hombres y mujeres. Solo individuos que toman decisiones racionales.
Nadie mata la gallina de los huevos de oro. Solo la sociedad. Los
individuos que toman decisiones racionales hacen progresar el mundo, se
enriquecen y enriquecen la nación.
Luego está el estorbo ese de los
espacios protegidos, de los parques naturales, de las reservas de aves y
demás bichos que impiden el progreso porque limitan las actividades
económicas. Si todo fuera privado, la tierra y el mar, no ocurrirían
estas cosas.
Si entendiéramos que los recursos naturales son ilimitables
porque dependen de la decisión del mercado, y de los individuos que
toman decisiones racionales, no haríamos aspavientos cuando contemplamos
un mar sin vida. La naturaleza no existe.
La naturaleza la define y
modela el hombre en una relación económica basada en la oferta y la
demanda.
Es imposible que las empresas
inmobiliarias, los agricultores, o los pescadores hayan destruido el Mar
Menor.
Eso solo ocurre en los países de economía de planificación
central.
Ocurrió en la URSS, en la Europa Oriental, en China.
Eran
sistemas altamente ineficientes que esquilmaban los recursos,
envenenaban ríos y mares.
Pero esto no puede ocurrir en el libre mercado
y en una democracia de calidad, no al menos como la de la Región de
Murcia, que lleva progresando ininterrumpidamente desde al menos 1995
sin que nadie lo note, salvo los titulares de los medios de comunicación
y las ruedas de prensa de los consejos de gobierno.
Las inmobiliarias,
los agricultores o los pescadores siempre optan por decisiones
racionales y no son culpables de nada.
Si el Gobierno Regional les
permite contaminar sin sanción alguna, ¿para qué modificar su
comportamiento?, si se mira para otro lado cuando se expanden a derecha e
izquierda de la autovía del Mar menor los cultivos ilegales, ¿por qué
no seguirlo haciendo hasta la misma orilla del mar?.
Si no hay control,
si se construye en ramblas o se colmatan para roturarlas y cultivar en
ellas, ¿por qué no hacerlo? Tierra de libertad y promisión.
Dinero fácil de ganar. ¡Esta maravillosa
Región con una tierra fértil y un sol divino! No busquemos culpables
porque no los hay. Es la sociedad que no existe la culpable.
El pescador
que utiliza artes artesanales para ganarse un jornal es igual de
culpable que el agricultor que oculta una desalobradora porque ambos son
sociedad. Todos somos sociedad, todos somos culpables
.
¡Disparen a la sociedad!
http://www.gurbrevista.com/20…/…/la-sociedad-es-la-culpable/
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