Las imágenes son muy duras, lo sé. También la realidad que
representan.
Hay un debate que tiene todo el sentido mantener sobre
hasta qué punto unas imágenes tan cruentas de maltrato animal (o de
cualquier otra desgracia), informan, despiertan conciencias o
desensibilizan.
En los últimos años de blog yo ya no suelo traerlas, no
gratuitamente. Pero tampoco huyo de ellas.
Cerrar los ojos puede ayudarnos a vivir tranquilos, pero no va a impulsarnos a cambiar el futuro a mejor.
Hoy es uno de esos días.
Esa perra que aparece en las fotos ya no vive. Fue imposible salvarla
tras el maltrato al que fue sometida. Su propietario la arrastró, atada
al coche, fracturándole el cráneo. Un maltrato que, por desgracia, no
es tan raro como pudiera parecer.
En nuestros país demasiados animales
mueren de hambre, enfermos y sin atención veterinaria, abandonados,
atropellados y heridos, a palos, por disparos…
Pocas veces los culpables pagan por ello. Pero esa impunidad, aún
existente, va a menos. Poco a poco, un esperanzador goteo de condenas va
llegando.
Condenas que nos pueden parecer insuficientes, pero que eran impensables hace unos pocos años.
Un goteo para el que es imprescindible que denunciemos los casos de maltrato animal que presenciemos. Aquí hay información sobre cómo proceder si optamos por no mirar a otro lado.
Míriam García Martín es presidenta de la asociación que interpuso la
denuncia, Defensa Animal Zamora. Me ha hecho llegar un texto que para el
que pide difusión. Con él os dejo.
>Cuatro años de inhabilitación y nueve meses de prisión por partirle el cráneo a su perra y arrastrarla de la bola de su coche aún con vidaHoy, lunes 16 de diciembre, un hombre ha sido condenado por maltrato animal en Zamora, nueve meses de prisión y cuatro años de inhabilitación para la tenencia de animales ha sido la condena que acordó con la Fiscalía tras admitir haber causado la muerte de su propia perra.
El proceso se inició en agosto de 2017 tras la denuncia interpuesta por Defensa Animal Zamora.
La tarde del 29 de agosto de 2017 en torno a las 15.30 horas, dos voluntarias de DAZ acudían a un aviso en un pueblo de Zamora y se encontraron que un coche que circulaba delante arrastraba un perro, alcanzaron al vehículo justo cuando el conductor había parado, se había bajado y desataba al perro de la bola y lo lanzaba a la cuneta de varios metros de profundidad.
Las dos voluntarias corrieron hacia la cuneta y abajo estaba una mastina respirando y con la cara destrozada, el hombre permanecía allí, parado como no comprendiendo qué estaba pasando, por qué dos mujeres trataban de salvar a la perra que él acababa de tirar.
Inmediatamente nuestras compañeras dieron aviso a la Guardia Civil de Zamora y lograron, con alguna dificultad, subir a la perra desde el fondo de la cuneta y meterla en su coche, de modo que la trasladaron a urgencias veterinarias sin que hubiera llegado aún la patrulla y mientras preguntaban al hombre por qué, por qué.
Ya en la clínica veterinaria, por desgracia, fue imposible salvar la vida de la perrita ya que le habían partido el cráneo antes de atarla a la bola del vehículo y, a pesar de estar respirando, no podía salir adelante. Fue entonces cuando, a todos, nos invadió la rabia, la impotencia, el dolor, muy profundo, la incomprensión.
Aquella tarde, además de la Guardia Civil, muchos miembros de DAZ fuimos a la clínica veterinaria para unirnos en el dolor de la perra y en el de nuestras compañeras.
Hoy, más de dos años después, hemos revivido todo lo que nos revolvió aquella tarde, lo que hasta muchos días después nos mantuvo sin apenas dormir ya que sólo podíamos ver en nuestras retinas la imagen de esta pobre víctima del que, desde hoy es, oficialmente, un maltratador.
La condena, una vez más, nos ha resultado escasa, por desgracia los avances son lentos y aún así debemos mirar adelante y pensar que hace unos años este individuo ni siquiera habría sido juzgado y, mucho menos, condenado.
Una vez más, desde DAZ, pedimos a los ciudadanos que denuncien los casos de maltrato animal, que no respaldemos al maltratador, que apoyemos a la víctima y que, entre todos, logremos avanzar con mayor agilidad en unas condenas más duras para los que se creen en la potestad de ejercer su crueldad y matar a su antojo y una legislación que se adapte a los tiempos actuales, unos tiempos en los que la mayoría de los ciudadanos no admitimos el maltrato hacia ningún individuo.
Las imágenes son muy duras, lo sé. También la realidad que representan.
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