El juez no cree que las cabras y ovejas murieran de enfermedad, sino por «inanición» como dijo un veterinario
«Independientemente de cual fuera la causa de las muertes de los
animales, desde el fallecimiento de los primeros ejemplares el acusado
se desentendió plenamente de la atención y cuidado del resto de cabras y
ovejas, dejando que cohabitasen animales vivos con cadáveres de sus
congéneres, permaneciendo todos ellos encerrados en el interior de una
nave en la que no había ni agua ni comida».
Con este demoledor argumento
justifica el juez de adscripción territorial con destino en los
juzgados de lo penal de Ourense, Ricardo Paílos, la condena a Agustín M.
B., a quien considera responsable de un delito de maltrato animal
continuado por el que le impone un año y un día de prisión.
Tras analizar las pruebas vertidas durante el
juicio, el juzgador no ve convincentes los argumentos exculpatorios
esgrimidos por el ganadero, propietario desde el mes de octubre del 2017
de una explotación compuesta por cabras y ovejas en una nave ubicada en
la localidad de A Lama, en el ayuntamiento de Barbadás.
El 26 de marzo
del 2018 los agentes del Seprona, avisados de que varios mastines
deambulaban por el pueblo, encontraron la nave, en la que había 38
cráneos de ovejas y cabras, así como numerosos restos óseos esparcidos
por la instalación.
Para acceder los agentes del instituto armado
tuvieron que empujar la puerta de la nave, que estaba apenas
entreabierta, lo que impedía que los animales pudieran salir a pastar.
Así, a pesar de que el acusado aseguro que los
animales murieron a causa de la basquilla, una dolencia frecuente entre
el ganado pero que tiene tratamiento, y también debido a envenenamientos
cuyo origen no se constató, el togado le atribuye «un total
desentendimiento de los animales, en la medida en que aquellos hubieran
podido alimentarse en el exterior si hubieran podido salir».
Recuerda,
en este sentido, que en la inspección realizada en el lugar se constató
«un estado total de abandono», así como el hecho de que las muertes
habían sido progresivas, dado el diferente estado de descomposición que
presentaban los restos.
A mayores, se pudo comprobar también que dentro
de la nave no había comederos ni bebederos, así como que «se habían
hallado crotales de los animales entre sus heces, lo que evidenciaba que
las reses se habían llegado a comer tales objetos».
Clarificadora fue, a
juicio del togado, la afirmación de uno de los veterinarios que acudió a
aquel escenario de muerte, que aseguró que, a su juicio, las muerte de
las reses habían sido por «inanición».
Así las cosas se considera que Agustín M. B.
mantuvo una conducta «omisiva» que desembocó en la muerte de las reses.
Además de la pena de cárcel, le prohíbe tener contacto alguno con
animales, de todo tipo, durante tres años.
En un mes volverá al
banquillo por otro delito de maltrato animal.
En la instalación, en Barbadás, se hallaron 38 cráneos de
ovejas y cabras
El juez no cree que las cabras y ovejas murieran de enfermedad, sino por «inanición» como dijo un veterinario
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