19 de julio de 1522 • Cae el castillo de Amaiur, el Álamo vasco
Tal
día como hoy, un 19 de julio de 1522, cayó el castillo de Amaiur.
Acorralados por un ejército muy superior, refugiados en un castillo
medieval, conscientes de lo que se les echaba encima, cerca de 200
soldados navarros se aferraron a la idea de un reino que se resistía a
ser conquistado.
Bombardeados y asediados durante seis días, optaron por un mal menor:
capitular. Fue el anteúltimo episodio de la resistencia legitimista
frente al invasor, Fernando El Falsario y sus tropas castellanas, antes de la toma de Hondarribia, que tendría lugar dos años después.
Salvando las distancias, y las cifras, Amaiur puede considerarse como El
Álamo vasco, pero, a pesar de la importancia del acontecimiento, este
episodio de la historia de Euskal Herria ha sido ignorado y denostado
por el Gobierno de Navarra durante decenios.
Por contra, entidades como
Nabarralde o la Sociedad de Ciencias Aranzadi se han afanado en
investigar y mostrar los hechos, algo que incomoda a todas las personas
que han defendido una teoría que ya no se sostiene: la de la
incorporación pacífica de Nafarroa al Reino de Castilla.
La Sociedad de Ciencias Aranzadi se acercó hasta la loma de Gaztelu, en Amaiur, en 2005, y al año
siguiente comenzaron a excavar la tierra con la ayuda de unas pocas
entidades y de un nutrido grupo de voluntarios.
El pueblo de Amaiur quería saber qué se escondía tras los escombros del
monte Gaztelu. Solo había un monolito, un obelisco erigido en 1922, que
fue destruido en 1931 y fue restituido en 1982. El alcalde pidió ayuda a
instituciones de toda Euskal Herria y solo respondió Aranzadi.
Amaiur gazteluko baltza (Ibai Rekondo & Mackfarland)
"Nafar askatasunaren alde Amayurko echarrian borroka egin zuten gizonei. Betiko Argia." Gora Nafarroa eta gora borrokatu zuten guztiek!!
*
*
El
equipo de Aranzadi examinó toda la documentación del Archivo General
de Navarra, y encontraron que los reyes navarros habían llevado un registro minucioso de todo lo
que se hacía en el Viejo Reyno desde el siglo XIII, y se pusieron manos a la obra haciendo auzolan, con la ayuda
del pueblo de Amaiur y en
euskera.
Se esforzaron por sumar al proyecto a la Universidad Vasca de
Verano y a investigadores de la UPV/EHU, y conformaron un curso de
arqueología para que pudiera apuntarse quien quisiera. Fue una empresa
difícil, porque la historia que aconteció en Amaiur no era del
gusto de quienes entonces presidían el Gobierno de Navarra.
Durante esos años, Aranzadi recibió también la ayuda del
Ayuntamiento de Baztan y de Udalbide-Udalbiltza, pero en 2014 recibieron un espaldarazo inesperado:
lograron una licencia administrativa que autorizaba las excavaciones. Eso sí, con la condición de investigar con sus propios
recursos y de restaurar todo lo que encontraran.
En 2015 consolidaron los muros que habían sido destapados
e instalaron pasarelas de madera para los visitantes; además, colocaron
varios paneles informativos alrededor del emplazamiento.
Los
habitantes de Amaiur contribuyeron dando alojamiento y
alimento a los más de cuarenta voluntarios que se acercan hasta Amaiur
cada año. Estos pagan 100 euros para participar en el taller de
arqueología al aire libre. En el proyecto nunca ha habido nunca nadie
liberado, el trabajo de ingenieros, arquitectos y trabajadores de
la excavación ha sido gratuito.
Los vecinos
de Amaiur valoran mucho que se hayas hecho todo sin ayuda del Gobierno
de Navarra y que se haya hecho
con discreción y sin crear polémicas estériles.
Amaiur
apareció en los papeles por primera vez en el siglo XII,
ligado al Obispado de Baiona, y en el siglo XIII ya se hace mención al
castillo. A partir de ahí, los archivos revelan toda su estructura. Todo
lo que se ve en los documentos lo ha encontrado después el equipo de
Aranzadi bajo
tierra.
Han encontrado el trazado primigenio del
castillo medieval, con una primera línea de murallas, con cinco torres
redondas y en medio la torre principal; un lugar acondicionado para unos
20 soldados que podría albergar hasta 200 en caso de guerra".
Amaiur era un lugar clave de paso entre Baiona e Iruñea, donde se
vigilaba el paso de gentes y se cobraban impuestos a los comerciantes,
de ahí su importancia estratégica. Las tropas castellanas, que durante
algunos años –justo antes del famoso sitio– mandaron sobre las almenas
del castillo, decidieron aumentar las defensas del mismo y construyeron
dos baluartes.
Le añadieron las mejoras técnicas de los castillos
renacentistas para hacer frente a la artillería y, a su vez, para poder
colocar plataformas cañoneras en 1512.
Amaiur fue un ensayo que se
realizó con los mejores técnicos italianos, que trabajan para el imperio
español, y para nosotros es importante que se hayan localizado más de 2.000
restos arqueológicos (los más antiguos datan del siglo XIII), como la
espada ropera, bolas de cañón de casi quince kilos, fragmentos de otros
proyectiles, puntas de flecha, de picas y de lanzas... ¡Y hay para
otros 15 años!
Lo que demuestra todo esto es que en Amaiur hubo un
conflicto armado, es decir, que Nafarroa fue conquistada por Castilla.
Éste es el único yacimiento donde se ve y se escenifica eso, lo que lo
convierte en un lugar con una carga simbólica y sentimental muy fuerte.
La historia del castillo
no se apagó con su destrucción, pues las piedras del mismo se han usado
para otros menesteres, incluso para ampliar la iglesia del pueblo. En
1635 volvieron a reconstruirlo de forma parcial, con motivo de una
guerra francoespañola.
Más adelante, se erigió una ermita y en la Guerra
de Convención se instalaron cuarteles.
Ya en tiempos de Napoleón, se
vuelve a reutilizar, igual que en la segunda carlistada, y, tras la
Segunda Guerra Mundial, Franco construyó cuatro kilómetros de búnkeres
en la zona.
Fuente: Noticias de Navarra
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