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El presidente apuesta por limitar los poderes del gobierno de los jueces en funciones
Luz verde. Es la guerra. Pedro Sánchez anunció ayer finalmente su decisión de activar una reforma legislativa para sortear el bloqueo que atribuye al Partido Popular para impedir la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que preside el magistrado Carlos Lesmes y cuyo mandato caducó ya hace casi dos años, en diciembre del 2018.
Es la guerra ante la imposibilidad de atisbar un horizonte de acuerdo con Pablo Casado para proceder a la renovación de los órganos constitucionales pendientes de un pacto entre el PSOE y el PP, también el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo o el consejo de administración de RTVE.
Aunque para el líder del principal partido de la oposición las hostilidades ya las desencadenó el propio presidente del Gobierno cuando, el pasado mes de febrero, designó a la exministra socialista Dolores Delgado como fiscal general del Estado. En agosto, no obstante, a punto estuvieron Sánchez y Casado de sellar un acuerdo para sustituir a Lesmes en el CGPJ, que finalmente rompió el líder del PP. El pulso por el Poder Judicial afronta ahora una nueva estrategia por parte de Sánchez para intentar el desbloqueo sin la concurrencia de Casado.
“Mi voluntad es hacerlo”, confirmó ayer Pedro Sánchez desde Bruselas, al término de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, para anunciar su determinación de impulsar una reforma de la ley orgánica del Poder Judicial, con la amplia mayoría absoluta de 187 diputados que ya el pasado 17 de septiembre suscribieron la exigencia de que el PP ponga fin a su veto para renovar el órgano de gobierno de los jueces. “No podemos tener instituciones tan importantes con un gobierno en funciones durante dos años”, justificó Sánchez.
Advirtió para argumentarlo que también cuando el Gobierno de España está en funciones hay unas cosas que puede hacer y otras que no. Él lo sabe bien, porque padeció esta situación de interinidad y estuvo durante 254 días en funciones en la legislatura fallida del 2019. “Pues creo también que cuando el gobierno de los jueces está en funciones podrá hacer algunas cosas y otras no”, señaló Sánchez, en referencia a una limitación de los poderes del CGPJ cuando tiene su mandato caducado, como es el caso. Esto impediría que el gobierno de los jueces pudiera aprobar nombramientos como los que acometió el pasado miércoles, para cubrir seis plazas clave del Tribunal Supremo.
Al margen del PP
El líder del PSOE cuenta con una mayoría absoluta en el Congreso para abordar la reforma
El presidente del Gobierno responsabilizó de la situación a Casado, para justificar además la iniciativa de reforma legislativa que anunció. “Si el principal partido de la oposición, en este caso conservador, cada vez que pierde las elecciones y está en la oposición bloquea la renovación del CGPJ hasta que gana las elecciones, da igual que sean dos años, cuatro años o los que sean, yo entiendo que el legislador tendrá que tomar una decisión, y el Ejecutivo tendrá que tomar una decisión, porque lo más importante es, en una emergencia como la actual, reforzar las instituciones”, advirtió Sánchez. Y apuntó directamente a la mayoría alternativa de 187 diputados que suscribieron la última demanda para que el PP desbloqueara la renovación de los órganos constitucionales.
Además de los dos grupos parlamentarios que sostienen al Gobierno –el socialista y el confederal de Unidas Podemos–, firmaron esta exigencia Esquerra Republicana, Junts, el PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias y Teruel Existe. “La mayoría absoluta de la Cámara y el poder ejecutivo tenemos que dar una solución, una salida para desbloquear esta situación, y renovar el Consejo General del Poder Judicial. Y desde luego, mi intención y mi voluntad es hacerlo”, anunció Sánchez. En la Moncloa y en el Gobierno, que estaban a la espera de que Sánchez zanjara el debate abierto sobre cómo sortear el bloqueo de Casado en el Poder Judicial, recibieron la orden: “Palabra de presidente”. No hay más que hablar, manos a la obra.
La reforma legislativa para limitar las capacidades del Poder Judicial cuando está en funciones, como es el caso actual, era una de las opciones que tenía en debate el Gobierno, y sobre la que ya empezaron a hablar los portavoces de los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos, Adriana Lastra y Pablo Echenique para poder armar una mayoría absoluta en el Congreso que la respalde. La formación morada ya venía presionando en este sentido en el Ejecutivo de coalición: “Nos parece obvio que un órgano en funciones no puede tomar decisiones tan irreversibles como es nombrar a jueces vitalicios”. Y los nombramientos aprobados el miércoles por el CGPJ decantaron la decisión final de Sánchez de activar la reforma legislativa.
El presidente del grupo confederal en el Congreso, Jaume Asens, fue así el primero en celebrar la decisión de Sánchez de “aceptar nuestra propuesta de limitar al máximo las funciones del CGPJ mientras siga caducado y se aviene a una renovación en clave democrática”. “El golpismo constitucional del PP en la cúpula judicial tiene los días contados”, advirtió Asens, uno de los impulsores de esta iniciativa en Unidas Podemos, junto al secretario general del PCE, Enrique Santiago, que se abrió paso también en el PSOE ante la negativa del PP de sellar un acuerdo.
La presión de Unidas Podemos
Asens advierte que se acabará el “golpismo constitucional del PP en la cúpula judicial”
Sánchez, por otra parte, también lanzó desde Bruselas una clara advertencia a Casado para que no mezcle la confrontación política con la batalla contra la pandemia, ante el pulso que el Gobierno mantiene con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por las nuevas restricciones impuestas en esta autonomía. Ante el recurso anunciado por Ayuso contra estas medidas, Sánchez admitió que “los ciudadanos en ocasiones asisten entre incrédulos y estupefactos a algunos de los debates que se están planteando por parte de distintas administraciones públicas”. Y no quiso valorar el recurso judicial presentado por la presidenta madrileña, pero sí defendió que el Gobierno solo se guía por criterios científicos y sanitarios con el único objetivo de “defender el interés público y salvar las vidas de los compatriotas”.
Sánchez cargó así contra la estrategia de confrontación política que atribuyó a Casado y Ayuso. “Aquellos partidos políticos que no entiendan que la política está para dar soluciones y no para crear problemas, aquellos partidos políticos que utilicen la pandemia de nuevo para dividir, confrontar y polarizar a la ciudadanía, tienen que ser conscientes de que la consecuencia es la antipolítica, que solo beneficia a la ultraderecha”, advirtió. Y emplazó al PP a evitar sus “veleidades de utilizar esta pandemia con criterios partidistas”.
Luz verde. Es la guerra. Pedro Sánchez anunció ayer finalmente su decisión de activar una reforma
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