*Repetir una mentira de la extrema derecha y en los medios mercenarios, no la convierten en verdad, que políticos demócratas acepten el relato sabiendo que es mentira eso es mucho más grave.
Que los gestores de las macrogranjas creen un bulo para imponer su criterio, no de ganaderos, sino industriales, está dentro de lo lógico, más sabiendo quienes están detrás de muchas de estas instalaciones industriales.
Que los presuntos patriotas de trapo le den pábulo, por sacar rendimiento electoral, no debería ser lógico, puesto que la mayoría de las macrogranjas están vinculadas a empresas chinas, holandesas, fondos de inversión, y entre los productores de carne, que no ganaderos, ¡oh, sorpresa!, a gente muy cercana a la Casa Real.
Lo que resulta menos lógico, es que quienes han declarado moratorias, y por activa y por pasiva, han dicho que las macrogranjas agreden a ganaderos y agricultores, que contaminan acuíferos y tierras muchas leguas a la redonda, además de no dar trabajo y fomentar la despoblación, sigan dando pábulo al bulo, digan gilipolleces, en plan graciosete, como García Page, o se pongan de perfil para no condenar el bulo y aceptad el relato de la mentira creado por los explotadores de carne industrial.
La lealtad no solo debe ser institucional entre los miembros de un gobierno, sino de compromiso con la verdad y con la democracia.
Hay que fomentar la ganadería extensiva, apoyar a los ganaderos, no a quienes quieren acabar con ellos, que son las industrias que fabrican carne del mismo modo que fabricarían tornillos o ruedas de molino, con las que nos quieren hacer comulgar.
Parece ser que los purines de los cerdos y de la mentira, no solo han contaminado a la extrema derecha, también a la derecha y a personas que supuestamente apoyan la ganadería extensiva de calidad y que dictan leyes en contra de la "ganadería" intensiva industrial de animales enjaulados de carne de bastante menos calidad.
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