Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 13 de junio de 2013

En Estados Unidos ha nacido un gato con dos caras. La transcripción política española equivalente son Rajoy y Rubalcaba. El animal fue rechazado por su madre, es decir, el pueblo español



En Estados Unidos ha nacido un gato con dos caras. La transcripción política española equivalente son Rajoy y Rubalcaba. El animal fue rechazado por su madre, es decir, el pueblo español, y la familia de acogida lo alimenta a través de una jeringuilla, es decir, con un pacto irrelevante. Porque pactan lo que no es importante y no pactan lo que lo es en la preocupación ciudadana. La comida del gato es transgénica y ocasional.


El gran perdedor de este pacto es Rubalcaba, aunque diga que la que gana es la imagen de España, que los socialistas son así de generosos y no rácanos como ellos, y que se fundamenta en la percepción de que la derecha europea, y consecuentemente la española, están cambiando. Este gato tiene tortícolis. Pero el PSOE queda desvitaminado y fulminado. Si piensa que el gato Mariano va a ceder o pactar en algo de lo que atañe al desmantelamiento económico y ético de los españoles, el gato Alfredo se está dejando poner el cascabel y Mariano lo está tirando al agua. Aunque Alfredo tenga siete vidas, pero ya va por la octava.


El pacto para mantener opinión común en Europa, gran noticia del día, no le interesa absolutamente nada al pueblo español y a Europa tampoco, entre otras razones porque no les van a hacer ni caso. Pero los teóricos simpatizantes del PSOE, eso que se llama las bases, se sentirán desilusionados con tan corto logro y tan larga renuncia a un PSOE que vuelva por sus fueros (ideales), se arrepienta, se dignifique y no entre en el juego de tronos del poder y el sistema. Al enemigo, ni agua. Y menos beber en el mismo abrevadero o cazo. Para no ser la misma mierda. Mucho maullar, pero poco arañar.


 A la derecha española no le han hecho ni un rasguño, y, por el contrario, corren el peligro de ser atropellados y quedar destripados en medio de la Calle de la Democracia, antes llamada Callejón del Gato. A su entierro solo asistirá Izquierda Unida.


La nueva política española circulará por otras rutas, con la libertad y los libertarios incluidos, o Tom y Jerry, el gato Félix y el Gato con botas seguirán siendo los amos del cotarro de esta película sombría de dibujos animados que es España. Pero el queso de la indignación popular será su veneno.


 Algún día dejarán de funcionar los cepos del capitalismo, y Rajoy y Rubalcaba será gatos disecados, una extravagancia histórica, la representación fiel de tocarnos las pelotas con tanta austeridad y de jugar con el ovillo de la injusticia, uno, y de la estupidez, otro.


Arturo González




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