España es un país que carece de soberanía, a todos los niveles. Las políticas públicas que se imponen a la población, en contra de la población, se redactan desde los think tank de las grandes corporaciones empresariales y financieras españolas que cotizan en bolsa (IBEX 35).
Las políticas económicas y monetarias del Estado español las
dicta la Troika, cuya burocracia trabaja para el capital financiero y
las grandes corporaciones internacionales. Y la política exterior
española en materia de Defensa y de geopolítica está supeditada a las
decisiones que se toman en el marco de la OTAN, es decir, dirigida por
Washington y sometida a sus intereses particulares. En este contexto no
hace falta decir que hablar de soberanía popular o democracia es un
sarcasmo.
Esta semana se volvió a escenificar esa falta de soberanía y nuestra
sumisión como país ante los intereses de EE.UU. Ayer martes, en
silencio, sin apenas hacer ruido, se inició en España el despliegue de
los destructores del escudo antimisiles europeo de la OTAN con la
llegada del navío estadounidense Donald Cook a la base de Rota, en la
provincia de Cádiz. Este navío es el primero los cuatro barcos - dotados
todos ellos del sistema de radares Aegis y diseñados para
destruir aviones, misiles, submarinos y embarcaciones - y que realizarán
operaciones en el Mediterráneo y el Norte de África.
Obviamente la
finalidad de estas maniobras militares en la zona no tienen nada que ver
con razones "humanitarias", sino imperialistas. También sabemos que el
secretario de la Armada de Estados Unidos, Ray Mabus, se encuentra de
visita en España, tal y como informaba el canal Russia Today.
Este personaje viene a España - hablemos claro y dejemos a un lado los
eufemismos - a dirigir el ministerio de Defensa que todos nosotros
pagamos, y el cual, por cierto, tiene un déficit (público) que ya
alcanza los 30.000 millones de euros.
Ante estos hechos silencio absoluto en los grandes medios de
comunicación españoles. Una noticia de tanta importancia, que nos
coloca en el centro de los nuevos planes belicistas de EE.UU como
colaboradores activos de los crímenes del imperio yanqui, que compromete
la seguridad del país y la de sus ciudadanos, o incluso puede
perjudicar nuestras relaciones con potencias tan importantes como Rusia o
China, no ocupa el espacio que debiera en los grandes medios de
comunicación, no se debate en el Parlamento (donde dicen cínicamente que
reside la "soberanía popular"), ni tampoco los dirigentes políticos de
la oposición y los grandes sindicatos alertan y condenan esta peligrosa
cesión de soberanía nacional. ¿No tiene nada que decir sobre esto el
PSOE de Rubalcaba, el mismo que gritaba en su Conferencia Política de
noviembre que PP y PSOE no eran lo mismo? Pues no.
En los grandes
asuntos, en aquellos que benefician a los grandes poderes económicos,
siempre van de la mano los partidos burgueses del régimen del 78. En
este país la monarquía, la propiedad de los recursos del país, nuestra
permanencia en el Euro, o en la OTAN, los Tratados europeos (como el de
Maastrich), la hegemonía de EE.UU, el sistema capitalista, la regulación
de los mercados, los tratados de libre comercio, la globalización...
son asuntos fundamentales que no se discuten jamás, son temas censurados
que nunca están en la agenda política y mediática española.
Con este despliegue del escudo antimisiles, EE.UU pretende tener
controlado todo el norte de África, y a la vez presionar y tratar de
acorralar a Rusia; mientras continúan también su despliegue hacia
la zona de Asía-Pacífico-Índico con la intención de contener a China y
la India. Son razones puramente económicas y geoestratégicas, y no
"defensivas" o "humanitarias" como dicen, las que mueven a EE.UU a
realizar estos movimientos militares.
Y España, como lleva haciendo
desde su ingreso en la organización criminal OTAN
con gobiernos PP-PSOE, está ejerciendo de títere de sus intereses más
espurios y cómplice de sus crímenes, sin que los ciudadanos tengamos
la posibilidad de conocer, debatir y decidir sobre el papel de nuestro
país en este nuevo orden mundial. No importa que nos espíen a todos, que
su secretaria de Estado en Europa nos insulte,
o que se salten el derecho internacional y los Derechos Humanos más
elementales; al imperio todo se le perdona. Todo ello muy "democrático" y
muy "patriótico", claro.
Y por si fuera poco indignante y peligroso este ejercicio de sumisión y
pérdida de soberanía, los gobernantes locales le dan una vuelta de
tuerca al asunto hasta sobrepasar el ridículo más espantoso. Emulando el
título de la conocida película de Luis García Berlanga rodada en 1953, Bienvenido, Mister Marshal, en
la cual se contaba la historia de los vecinos de un pueblo que en plena
dictadura franquista preparaban entusiasmados la llegada de los
"americanos" y su Plan Marshall - plan que finalmente nunca llegó a
España -, el ayuntamiento de Rota ha puesto en marcha ya en pleno siglo
XXI un programa llamado Welcome to Rota, una
guía destinada a facilitar la integración de los nuevos vecinos yanquis
que se instalarán en Rota (sólo en esta base militar hay 6.000
estadounidenses; a los que hay que sumar los de la base de Morón,
en Sevilla).
Pero... si realmente las bases militares no sólo no suponen
ninguna injerencia extranjera, ni peligro para la población, ni pérdida
de soberanía de los países que las acogen sino que crean empleo,
riqueza y aumentan la seguridad en la zona donde se instalan... ¿por qué
EE.UU no tiene ninguna base militar extranjera en su territorio?
¿permitiría el Congreso de EE.UU que España instalase una base militar
en Miami, por ejemplo?
Gracias por la difusión. Es gratificante saber que lo que uno escribe es compartido por más personas. Un saludo
ResponderEliminarGracias a ti Adolfo por tus articulos
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