Moriscos
El racismo puede ser de
tercera no por él en sí mismo, que siempre será abyecto, sino por la
calidad de quien lo ostenta o alardea, ignorante que no conoce ni sus
orígenes. La calidad del racismo de la España Negra es como todo en
ella, bufonesco, de pandereta.
Si los sefardíes han
obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los
moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en
el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y
reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos
sefardíes. Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas)
Buano (de Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de
familias en Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde
fueron acogidos tras su expulsión (...)
Estos marroquíes de
origen morisco han prestado mucha atención a la reciente decisión del
Gobierno español de conceder la nacionalidad española a los judíos
sefardíes (expulsados también de España en el siglo XV) y piden que
España tenga también gestos como para con los moriscos. La nueva reforma
del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la
nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen El Gobierno
español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del Código Civil
para conceder la nacionalidad española a todos los sefardíes. (judíos
expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan acreditar tal
condición.
Los sefardíes fueron
expulsados de España por un edicto de 1492, promulgado por los Reyes
Católicos, que les obligó a convertirse al catolicismo o, en caso
contrario, a exiliarse del país en un plazo de tres meses. "El Estado
español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos sefardíes a
gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el mismo
derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo contrario, su
decisión sería selectiva, por no decir racista" asegura Bayib Loubaris,
presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes (como en Marruecos
se denominó a los descendientes de los moriscos).
Loubaris calificó de
"muy positiva" la decisión del Gobierno español para con los sefardíes,
ya que supone según él un reconocimiento de la "culpa de expulsión que
cometió el Estado español hacia sus ciudadanos". La nueva reforma del
Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad
española sin que pierdan la suya de origen, lo cual parece difícil para
los moriscos de origen marroquí, ya que España no tiene convenio de
doble nacionalidad con Marruecos. Loubaris precisó que la exigencia la
nacionalidad española no aparece como prioridad máxima de su asociación,
pero reconoció que ha habido iniciativas individuales de algunos de sus
miembros sobre este tema, que llegaron a mandar una carta al rey Juan
Carlos para solicitar su derecho a ser españoles.
En realidad, se trata
más bien de un reconocimiento de la memoria histórica. Loubaris explicó
que su asociación, creada hace un año y medio, se centra actualmente en
dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las distintas
manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el esplendor a
este legado histórico. Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron
expulsados de España en 1610, unas 300.000 personas, se instalaron a
partir de entonces en el norte de África, principalmente en las ciudades
de Marruecos, y en menor medida en Argelia y Túnez. La instalación de
los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de
refinamiento, elegancia y desarrollo Si bien aquellos moriscos no
conservaron —como los sefardíes— la lengua española, trajeron con ellos
un estilo de vida que aún hoy es reconocible en la arquitectura (los
tejados de tejas verdes), la vestimenta, las tradiciones culinarias o la
música andalusí, entre otras cosas. La instalación de los moriscos en
la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de refinamiento,
elegancia y desarrollo y dio un lustre de "nobleza" a un estilo de vida
hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el
componente morisco ha merecido un lugar de distinción a lo largo de
siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde siempre altos
cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los
Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen
morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un
centenar viven en Rabat. Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes,
tanto como de su identidad actual en un país que "acogió a nuestros
antepasados tras haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos
protegido", concluye.
EFE
Imagen: Vejer de la Frontera (Cádiz)
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