Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 25 de agosto de 2017

El terrorismo: ¿espejo de dos caras?

por-quc3a9-nos-matan-a-nosotros-si-ni-siquiera-tenemos-lc3a1pices
 


Prácticamente cada día oímos la noticia de algún acto terrorista, en Siria, en Iraq, en Afganistán, en Egipto, en la India, en Pakistán, en Nigeria, en Libia, en Somalia, en Rusia, en Francia, en España, en Bélgica, en Alemania, en Finlandia, entre otros países ¿Cuántas ciudades, cuántos países, cuántas personas asesinadas a sangre fría? !Cuanta  muerte y dolor!


En Europa los ciudadanos salen y lloran sus muertos con posturas unidas, tratando de demostrar que no tendrán temor, que su modo de vida seguirá adelante; mientras otros culpan a los inmigrantes musulmanes o a los refugiados de Medio Oriente  y lo toman como plataforma para sus fines políticos o generan actos violentos.


Mientras,  en otras naciones,  las bombas siguen cayendo, la guerra no cesa y, además de los coches bombas y del uso de camiones para atropellar a la población, se enfrentan ejércitos terroristas, los ciudadanos no pueden seguir adelante, sus países están destruidos. Además, están los Estados que utilizan acciones terroristas sistemáticas contra otros pueblos, como el caso de Israel contra los palestinos.


¿Cuáles son las características y los objetivos de los terroristas? ¿Cuándo y por qué surge el terrorismo contemporáneo y por qué cada vez prolifera más? ¿Cómo puede la sociedad mundial enfrentar esta barbarie?


Difíciles interrogantes, no solo por las diversas aproximaciones y la falta de objetividad del análisis en algunos casos, sino también por  los  intereses -y objetivos- que se  ocultan –o manipulan- tras las acciones terroristas.


El terrorismo implica violencia, y persigue propósitos políticos e ideológicos. Lo  más detestable es que aprovecha la vulnerabilidad de los civiles y trata de ocasionar un impacto psíquico y de incertidumbre,  para  influir –y condicionar- el comportamiento de las personas; ese impacto aterrador se incrementa por el uso y la súper difusión  por  los medios de comunicación de los ataques contra objetivos civiles.


Ulrich Beck, al referirse a la  relación sociedad-riesgo mundial, expresa:
“(…) las redes terroristas son en cierto modo “ONGs de la violencia”. Operan como organizaciones no gubernamentales, desterritorializadamente, descentralizadamente, es decir, por un lado localmente y, por otro, transnacionalmente. (…) las ONGs terroristas desbancan el monopolio estatal de la violencia, cosa que significa, en primer lugar, que esta clase de terrorismo transnacional no está ligado al terrorismo islámico, sino que puede unirse con todos los objetivos, ideologías y fundamentalismos posibles”[2]


Al hacer una analogía  entre las ONGs y el terrorismo, se plantea el  nuevo rol del sujeto  como actor protagónico en las relaciones internacionales: “estamos en el umbral de una individualización de la guerra”, en la que se enfrentan individuos contra Estados[3]. Sin embargo, aunque  se expresa la forma individual del accionar terrorista, de forma general estas son  parte de organizaciones centrales.


Al Qaeda tiene células en diversas regiones del mundo -una división territorial organizada- , sobre todo en Asia, África y Medio Oriente; mientras el  autodenominado Estado Islámico, verdadero ejército, que alcanzó bases económicas mayores de las de algunos Estados; además de un nuevo tipo de guerra, y la fidelidad declarada de otros grupos terroristas, utiliza la versión individual.   Se amplían las formas y maneras de crear terror.


El acto terrorista muestra, por una parte,  la debilidad de la estructura social, de los poderes gobernantes y  de los medios de seguridad y, por la otra, su propia fuerza y la impotencia de la sociedad para defender  a sus ciudadanos.


En el orden psicológico no sólo se propone hacer temer al individuo que es objeto del acto, sino también a la sociedad y al mundo en general; desde el punto  de vista estructural, se organiza de diversas formas y, se beneficia en su actividad, de  la trata y el tráfico de personas y el tráfico de armas, entre otras; o sea, se beneficia de las contradicciones del sistema; también  de las  inadaptaciones, sobre todo de los jóvenes,  cantera para una captación viable.


 Desde el punto de vista ideológico, puede tener su base en la religión, pero no necesariamente. A la larga, su estrategia está en controlar  determinados territorios o recursos, o lograr el acceso al poder político.


En la práctica, el contexto sociopolítico y económico mundial ha establecido disfuncionalidades y desequilibrios en subsistemas y en el sistema en su conjunto. Los problemas estructurales  y las contradicciones por el control de los espacios geopolíticos, explican en primera instancia, el porqué del surgimiento del  terrorismo internacional- trasnacionalizado. Posteriormente, los propios acontecimientos endógenos y exógenos de países y regiones, han determinado  la cuantía, la permanencia e intensidad de dichas acciones.


El terrorismo transnacional tiene como origen un conflicto (nacional o regional) que se traslada más allá de su frontera;  por necesidades de seguridad,  en función de lograr sus objetivos o para tener una mayor visibilidad desde el punto de vista propagandístico. Pongamos un ejemplo, en la medida que el autodenominado Estado islámico ha perdido terreno en Siria e Iraq, han aumentado las acciones individuales en Europa. Será sólo para llamar la atención?


¿Fue casualidad que el terrorismo proliferara en lo que Bush hijo denominó Gran Medio Oriente Ampliado[4] y que  la lucha contra ese fenómeno  se desarrollara precisamente  en los países islámicos? ¿Hasta qué punto la política estadounidense y de sus aliados europeos y regionales contribuyeron a ello?   Todo indica que no fue casual, que existen razones que explican la coincidencia necesaria entre los intereses geoestratégicos  de las potencias del momento y la –creación, utilización-  de la lucha contra el terrorismo, precisamente en esa área.


Con el derrumbe del campo socialista, ya no era necesario contener el comunismo. El enemigo había desaparecido. ¿En ese contexto fue casual  e inminente el llamado Choque de Civilizaciones?[5]
Samuel Huntington en el Choque de Civilizaciones, (1992) establece las bases doctrinales de la óptica y comportamiento de EEUU: al no existir el enfrentamiento este-oeste entre dos superpotencias con ideologías antagónicas, aparecía  una guerra entre dos civilizaciones, o más bien entre la civilización moderna y una forma arcaica de barbarie.


 Ya no había intereses ni contradicciones de clases, el choque era entre culturas. La fuente fundamental de conflictos en el universo posterior a la Guerra Fría, según Huntington, no tiene raíces ideológicas o económicas, sino culturales.


Parecía profético, se iniciaba la preparación del camino de una guerra entre culturas, que pasó por el ascenso del terrorismo, precisamente,  el Islam era un peligro para Occidente. Las confrontaciones entre las civilizaciones, que establece Huntington, en especial entre la Occidental y la Islámica, se revirtieron  en diversas guerras, que han demostrado  la prevalencia  de los intereses geopolíticos.


Los objetivos reales eran la necesidad de mantener el control sobre un área estratégica, y ocultar las reales contradicciones al interior de la sociedad capitalista y entre el sur y el norte, ya no contenía al comunismo, ahora había que contener el Islam, que en la práctica se ha llegado a utilizar  como sinónimo de terrorismo.


Los  caminos seguidos por Occidente  habían sido (y seguirían siendo)  en función del dominio mundial. Aprovecharon las contradicciones al interior de los países, manipularon situaciones, utilizaron aliados y crearon fuerzas que servirían a sus intereses. En ese último grupo clasifican los terroristas.


Las guerras y la lucha contra el terrorismo marcarían la tendencia de la política imperial.


No obstante, como analizaremos a continuación el espejo ha tenido doble cara. Asael Mercado y Rafael Cedillo[6] establecen que:


1. El terrorismo tiende a desplazarse de las luchas al interior de los Estados-nacionales hacia una guerra mundial sin fronteras; pero en donde los gobiernos de los países de Occidente tienden a proteger sus espacios nacionales.


2. Si bien los actos terroristas se han interpretados como una lucha entre “cristianos” y “musulmanes” y entre “Medio Oriente” contra “Occidente”, no se debe considerar al terrorismo sólo como una confrontación racial y cultural, sino como una consecuencia del desarrollo histórico del imperialismo mundial. Idea clave para comprender al fenómeno terrible que debemos enfrentar.


El terrorismo, tal cual lo conocemos hoy,  dio sus primeros pasos en el marco de la contradicción este-oeste. Estados Unidos se propuso derrotar a las  tropas soviéticas en Afganistán y que el gobierno proclamado socialista en aquel país fuera depuesto.  EEUU en contubernio con Monarquías del Golfo,  (quienes financiaron  el proyecto en gran parte) formaron miles de jóvenes en las madrazas en Pakistán. Esas serías las fuerzas  que derrotaría a la URSS.


Con esa acción, iniciaron la conformación de lo que más tarde  sería la base del terrorismo internacional. Años después de la derrota soviética, Afganistán fue controlado por los talibanes, volvía lo más tradicional al poder.


 Al mismo tiempo, miles de combatientes formados a la sombra de Washington, en su lucha por la yihad, la tradición  y en contra del intervencionismo y lo occidental, salieron del  país y se alistaron para participar en otras causas (conflictos y guerras), como Chechenia, Bosnia, Sudán, Eritrea, Somalia, posteriormente, en países de la línea del sahel africano, Libia, entre otros. Comenzaba y se desarrollaba la globalización del terror, de la mano de EEUU y de sus guerras.


Se expresaba una nueva forma de organización del terrorismo, el centro de dirección era Al Qaeda, dirigida por Bin Laden, quien había estado en Afganistán.  Se conformaron células en diversos territorios, coincidentes con áreas de conflictos y, también, con áreas de extrema pobreza. El terrorismo se globalizaba, al tiempo que los conflictos y las guerras también lo hacían, era un fenómeno que se sumaba a los otros problemas globales generados por el propio capitalismo. En ese terrorismo predominaba la orientación islámica, vinculados en su mayoría a Al Qaeda[7].


El  principal marco geográfico de la pugna mundial contemporánea tiene dentro de sus centros  a Eurasia y su periferia, por el  acceso que estos territorios brindan a los recursos energéticos del Medio Oriente [8] y Asia Central, regiones exportadoras de hidrocarburos  hacia Europa Occidental y  el este de Asia.


No es extraño entonces que las pugnas, conflictos y guerras en el área mesoriental  hayan abundado. En los últimos años se ha magnificado la relación religión-civilización-terrorismo para justificar las acciones en contra de los pueblos de la región. Esa triada ha tenido variaciones: religión-civilización-armas químicas y religión-civilización-democracia-derechos humanos.


En el año 2001, en el marco de la lucha contra el terrorismo,  se desataba la agresión a Afganistán, a la que siguió en el 2003 la guerra contra Irak. En el primer caso el objetivo declarado era detener a Osama bin Laden; en el segundo, luchar contra un gobierno que tenía armas químicas, posteriormente se demostró que era mentira.


Por último, la guerra contra Libia (2011) se desencadenó en nombre de la defensa de los derechos humanos y por la democracia;  el objetivo fue  derrocar a Gadafi. En todos los casos, después de la agresión, no se ha logrado establecer una situación de paz, y los grupos terroristas han contribuido a una  violencia en espiral.


En términos geopolítico y militar-estratégico, puede decirse que la pretensión de dominación global del capital ya no es una elección histórica sino una evidencia. Los circuitos de violencia son cada vez mayores, eso ha posibilitado que el terrorismo se haya “dispersado”. ¿Hemos llegado al punto en que para poder agredir a un país únicamente hace falta imaginar que el mismo es una amenaza para los intereses de las grandes transnacionales? ¿Se esgrime cualquier pretexto, incluyendo el terrorismo, no importa el costo? ¿El irrespeto a costumbres, hábitos y modos de vida no se revierte en odio? ¿Qué impacto tiene en las sociedades la violencia constante?


En el área mesoriental existían las condiciones necesarias, manifiestas en componentes desestabilizadores, que podían contribuir al aumento de los niveles de conflictos e inestabilidad.  Esas condiciones se vieron “superadas” durante la Primavera Árabe. Como nunca antes fue tan evidente la relación entre los intereses y acciones de Occidente, con los de las fuerzas reaccionarias y  terroristas y la falsa defensa de la democracia.


En ese marco, tal vez la evidencia de la vinculación imperialismo-terrorismo se  puede ejemplificar a través del financiamiento del  autodenominado Estado Islámico. Este se  beneficiaba de  donaciones privadas, de lo que obtenía  por los secuestros y lo que robaban de bancos y otras entidades en los territorios que ocupó en Irak y Siria, también por la venta del petróleo que controlaban en las áreas ocupadas. ¿Quién controla los mercados de petróleo?  EUU y sus compañías. Por tanto es muy difícil que se venda ese producto y los controladores estén al margen.


Se estima  que el Estado Islámico producía cerca de 80.000 barriles, lo que se traduce en unos 3,2 millones de dólares al día, y que el transporte de este petróleo se realizaba a bordo de 210 camiones (…) [9] A pesar de las novedosas técnicas militares, nunca se detectaron las caravanas de los vehículos.  Los propios  países europeos financiaban  al Estado Islámico comprando crudo producido en territorios controlados por los terroristas.[10]


The Express Tribune informó que según fuente anónima,  ” Yousaf al Salafi, de nacionalidad sirio-pakistaní y supuesto comandante del Estado Islámico, reveló que recibió financiación llegada a través de EE.UU. para hacer operar a la organización [Estado Islámico] en Pakistán y reclutar a jóvenes para luchar en Siria”. Asimismo, existen datos que apuntan que las revelaciones de al Salafi fueron compartidas con el secretario de Estado estadounidense John Kerry (…) y que “la cuestión también fue abordada con el general Lloyd Austin, comandante del CENTCOM (Mando Central de EE.UU.). [11]


No es inverosímil esa noticia, si se vio en las redes sociales a John Mackein retratado con el  líder del Estado islámico Abu Bakr Al Baghdadi y a Netanyahu visitando hospitales en el Estado israelí donde se atendían  heridos de dicha organización.


Pero, si no se apoyó directamente, igual utilizaron a la organización para lograr sus objetivos. En el caso sirio, el propio Secretariado de Estado, John  Kerry, durante una reunión con opositores sirios en septiembre del 2016 expresó:


Sabíamos que el  Estado Islámico estaba creciendo: lo estábamos viendo. Vimos al Estado Islámico que estaba creciendo en fuerza, y pensamos que Assad  estaba amenazado. Pensamos, sin embargo, que probablemente podríamos aprovechar esta situación y que Assad querría entonces (negociar  en nuestros términos)”. [12]


En este sentido,  Yevgeny Satanovsky, (2015)  presidente del Instituto de Oriente Medio de Rusia, al referirse al caso sirio  expresó:  (…) Los antiguos miembros del llamado Ejército Sirio Libre se están uniendo a las filas terroristas (…)  Son las políticas estadounidenses las que siguen alimentando el despliegue del terrorismo en Oriente Medio.” Nada que decir, las relaciones han sido estrechas y, si no, por lo menos han sido provechosas.


Hoy,  a pocos días de los sucesos en Barcelona y Finlandia observamos la globalización del terror, que demuestra serias contradicciones que podríamos resumir en: Ideología—violencia-guerra-tradiciòn-modernidad-geopolítica-globalización-terrorismo-problema global.


El terrorismo pone en peligro –y se relaciona directamente-con los diversos componentes de la estructura de la sociedad, sobre todo en el impacto que tiene en:
–           el eje social, contribuye  al incremento de la   desintegración y contradicciones sociales  y, al propio tiempo, se  aprovecha de ella;
–          el  eje político-militar: favorece  y utiliza  la (in)gobernabilidad y la  guerra;
–          el  eje institucional: contribuye a la crisis del sistema institucional y de valores, sobre todo en función de debilitarlo, al tiempo que manipula a los jóvenes  para reclutarlos, genera odio, divisiones;
–            el  eje educacional y cultural: utiliza el analfabetismo, y con sus acciones amenaza las identidades nacionales que dice defender;
–          el poblacional-migratorio, menosprecia y asesina a los grupos diferentes, genera movimiento de desplazados y refugiados, en ocasiones incontrolables  y,
–           el eje geopolítico. Influye y beneficia a las partes en conflicto. Ese eje determina en gran medida sus posibilidades de fortalecerse o debilitarse. En última instancia ha determinado el devenir y acciones del terrorismo contemporáneo.


En ocasiones los “aliados” piensan que controlan la situación, pero en la práctica, el componente terrorismo en la sociedad, va más allá de intereses ajenos, llegan a  defender intereses propios, trayendo consigo mayores dificultades para enfrentarlo. Pues, a la doble moral de los que los utilizan y apoyan, debe afrontarse sus propios mecanismos y prácticas.


El espejo tiene dos caras: una,  nos muestra los actos terroristas y la impotencia frente a la barbarie y sus consecuencias, más odios, más miedos, más necesidad de unidad; la otra,  la oculta, la del sistema, la que a toda costa actúa para maximizar la ganancia, no importa cuántos refugiados se ahoguen en el intento de llegar a Europa, no importa los muertos por el terror, aunque lo traten de ocultar,  la violencia le es consustancial, en ese ámbito la estructura y racionalidad del sistema  no dejan dudas: no importa cuántos mueran, si le permiten cumplir sus propósitos.


Tal vez, a la larga el espejo se rompa o tenga cambios, ojalá sean a favor de la vida y la esperanza, no más muertes por violencia, todos tenemos derecho a una vida digna.


 María Elena Álvarez Acosta




No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION