Fue clave para lo que vino después. El Pacto de San Sebastián, del 17 de
agosto de 1930, puso las bases para apuntillar el régimen de Alfonso
XIII y alumbrar la Segunda República.
Primo de Rivera había dimitido en
enero, el monarca había encomendado al general Berenguer que se hiciera
cargo del país, pero el régimen agonizaba.
"He hablado con Aitor [Esteban, portavoz del PNV] de que esto recuerda al Pacto de San Sebastián", afirma el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, en alusión de la suma de partidos de izquierdas y de formaciones nacionalistas que están a punto de desalojar de La Moncloa a Mariano Rajoy para hacer presidente al socialista Pedro Sánchez.
"La dictadura gozó de un consenso generalizado hasta 1927", escribe Juan
Pablo Fusi en su Historia mínima de España (Turner): "Fracasó,
probablemente, porque intentó crear un sistema político propio –un
régimen corporativo y autoritario– y porque naufragó ante la aparición,
ya en 1929-1930, de un conjunto de problemas –políticos, militares,
universitarios, económicos– que no supo resolver.
La crisis galvanizó el
republicanismo, prácticamente muerto en 1920 y unido ahora en el
llamado Pacto de San Sebastián. El movimiento revolucionario promovido
por la oposición republicana para diciembre de 1930 fracasó.
Pero la represisión gubernamental –ejecución de los capitanes Galán y García Hernández; procesamiento de los líderes republicanos (Alcalá Zamora, Largo Caballero, Miguel Maura, Lerroux...)– popularizó la causa republicana.
Pero la represisión gubernamental –ejecución de los capitanes Galán y García Hernández; procesamiento de los líderes republicanos (Alcalá Zamora, Largo Caballero, Miguel Maura, Lerroux...)– popularizó la causa republicana.
La República fue proclamada el 14 de abril tras unas
elecciones municipales que adquirieron el carácter de un plebiscito
adverso para la monarquía. La caída de la monarquía y la proclamación de
la Segunda República en abril de 1931 no fueron solamente un cambio de
régimen. La República fue un gran momento histórico".
República y federalismo. Son los dos elementos fundamentales.
Como explica Mariano Esteban de Vega en "En torno al nacionalismo español", en Les nationalismes en Espagne: "La Dictadura de Primo de Rivera paraliza los proyectos de reorganización del Estado que se habían venido planteando en los años anteriores, sobre todo la suspensión de la Mancomunidad catalana y la prohibición del uso del catalán en actos oficiales.
De hecho, en el Pacto de San Sebastián de agosto de 1930,
fraguado por la oposición a la monarquía, participan en lugar destacado
los nacionalistas catalanes y gallegos (no así los vascos), conscientes
del imposible logro de la autonomía en el marco de la monarquía de
Alfonso XIII".
"Esa sería la herencia que recibiría en 1931 la II República", escribe
Fusi en El problema vasco, de los fueros al estatuto de Gernika: "La
idea de España que inspiró la Constitución republicana implicaba el
reconocimiento de la existencia de regiones con una personalidad
histórica acusada y con derecho, por tanto, a constituirse como
comunidades autónomas.
Entre ellas se incluía la región vasca: así lo
plantearon en 1930 ante la oposición republicana reunida en San
Sebastián los dos únicos políticos de la región presentes —el socialista
Prieto y el republicano Sasiain— y así lo reconocería en 1935 la más
significada personalidad del nuevo régimen, Manuel Azaña".
El propio
Miguel Maura, en su libro Así Cayó Alfonso XIII (1962), definía como
ejemplar la transición del Pacto de San Sebastián a las Constituyentes
de la República.
¿Hacia dónde transita este Pacto de San Sebastián reeditado que tumba a
Rajoy? Hoy, como en agosto de 1930, el problema territorial sigue
vigente, con un artículo 155 vigente y un Govern de la Generalitat
independentista; pero también el agotamiento del Gobierno, en este caso
acorralado por tantos casos de corrupción que se ha convertido en tóxico
para el resto de partidos.
El Pacto de San Sebastián asfixió a la monarquía de Alfonso XIII y
reforzó al republicanismo, algo que ahora no parece estar encima de la
mesa: la oposición a Mariano Rajoy parece concitar en estos momentos más
adhesiones parlamentarias que la oposición a Felipe VI.
Aquel 17 de agosto de 1930 fue clave para lo que vino después. ¿Será
clave para lo que esté por venir esta alianza de partidos de izquierdas y
formaciones nacionalistas sellada en esta moción de censura?
Andrés Gil, en eldiario.es
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