Querido Antonio del Castillo:
Te escribo estas letras con la esperanza de que te hagan reflexionar en el caso de que pudieras llegar a leerlas.
Mi nombre es Pablo y soy padre de una niña de 9 años que desde el mismo día que vino al mundo es el motor de mi vida.
Mi hija nació el 13 de febrero del año 2009, una fecha que estoy seguro
le trae recuerdos muy amargos.
Efectivamente, el día que mi niña vino
al mundo la policía detenía a los asesinos de su hija Marta.
Desde
ese día he pensado mucho en su familia y en la durísima experiencia que
les ha tocado vivir.
Durante todos estos años he empatizado con usted,
he sufrido a su lado, me he indignado ante la falta de escrúpulos y la
frialdad de sus asesinos.
En cada cumpleaños de mi hija me he puesto en
su lugar, cada vez que llega esa fecha recuerdo a Marta y pienso en lo
que haría si alguien me arrebatara lo que más quiero.
A mí también me ha
consumido la ira, a mi también me han dado ganas de estrangularlos con
mis propias manos.
Creo que en este país no ha habido nadie decente que
no haya compartido su rabia.
¿Por qué? Porqué todos esos sentimientos son humanos, lo inhumano hubiera sido ponerse del lado de los asesinos.
Su hija fue víctima de un sistema patriarcal que, en lugar de educar en
igualdad , crea machitos dominantes que ven a las mujeres como objetos
para su propio uso y disfrute.
Y ese machismo encarnado en Carcaño y sus cómplices fue el que asesinó a Marta.
Un machismo que está tan presente en esta sociedad, en las instituciones, en los medios de comunicación, en las tertulias de bar, en los colegios, etcétera, que ha sido capaz de anular su razón y llevarle a sus trincheras.
Perdóneme Antonio pero no entiendo como, en lugar de luchar activamente por los derechos de las mujeres para impedir que haya más Carcaños dispuestos a asesinar a nuestras hijas, ha podido usted prestar su imagen y la de Marta a un partido que anula, ningunea e insulta a las mujeres.
Porqué eso es Vox,
un partido que defiende manadas como la que asesinó a Marta; un partido
que ataca al movimiento feminista y protege al machismo; un partido que
pretende convertir a las mujeres en esclavas subyugadas al poder del
macho; un partido que pide derogar la ley de violencia de género para
garantizar la impunidad del maltratador y dejar aún más desprotegidas a
las mujeres.
A mujeres como su hija, a mujeres como la mía. Vox es
sinónimo de misoginia y violencia contra la mujer.
Vox es ODIO y la
imagen de Marta, su dulzura, su inocencia , no representaba eso.
Marta debe ser emblema de un cambio social positivo, de justicia, de
igualdad. La imagen de una sociedad donde nuestras hijas no tengan que
vivir con miedo.
Se lo pido por favor, se lo pido por mi hija, por
las hijas de tod@s, por la memoria de la suya: reflexione, recapacite,
no deje que el odio irracional anule el resto de sus sentidos, no
consienta que utilicen su dolor para obtener rédito político, no ampare
usted la ideología que convierte a los hombres en monstruos.
Luchemos juntos pero siempre al lado de las víctimas, nunca junto a sus verdugos.
Un abrazo muy grande de un padre que compartiendo sus sentimientos es incapaz de compartir sus ideas.
Pablo Alvarez Fernandez
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