NEIN! NEIN!

Reflexiono sobre la impericia de las izquierdas en cuestiones de estrategia política. Los parias de la tierra van a por Casado, al que saben dañino como las hormigas, definitivamente lesivo para los intereses básicos de la famélica legión, ruiz con los débiles y servil con los fuertes, al servicio siempre de las élites económicas y medievales del país. 

Casado, el portentoso niño pitongo que aprobó media carrera de abogado en tres meses y sacaba másteres por telepatía, el mandamás de ese partido del que usted me habla, es el enemigo a batir, piensan las hordas bolcheviques sin considerar que, visto el asunto con cierta perspectiva, siempre conviene un chirricote corto de luces en la torreta del tanque enemigo. 

No consideran las izquierdas que el camino es alabar el liderazgo de Casado y animarlo a maniobrar, convencerlo de que es Aníbal reencarnado, Alejandro redivivo, el Churchill del s XXI. Combatirlo es un error.

No lo digo en balde. En 1944 la inteligencia británica tenía un plan para acabar con Hitler en Berchtesgaden. Un francotirador de élite le dispararía desde el bosque cuando asomara su bigotito de rata cuartelera por la terraza del Bergholf. 

Tras considerar las consecuencias, el plan se canceló: las repetidas torpezas del cenutrio austriaco estaban precipitando el hundimiento.

 Él solo hacía más daño al Reich que todo el Ejército Rojo. 

Eliminarlo hubiera alargado la guerra. ¿Un Rommel o un Von Manstein al mando de las operaciones? Nein! Nein!

Creedme, os conviene más Casado que Santamaría o que Feijóo, dónde va a parar. 

Es además boquirroto y robaperas, el bobalías del partido después de Floriano. 

Antier mismo metió la pata en Alemania. “España es un desastre”, le dijo nada menos que a Juncker, que es como decirle al director del banco: “Mi casa es una ruina” media hora antes de pedirle un préstamo.

 Dejadlo pensar y maniobrar. Olvidaos de la carrera y del máster –el currículum ya le sale a devolver, como a Albert-, y rezad para que la prensa no investigue su DNI, porque el día que lo haga sus jefes lo dimitirán y la izquierda española perderá un valioso aliado.

 Jose Antonio Illanes