Soy
una auxiliar de enfermería Republicana.
Eso lo saben mis compañeras del
Hospital 12 de Octubre, del Virgen de la Poveda o de aquella Resi tan
elitista en la que trabajé en 2003 llamada San Luis de los franceses, en
cuyas noches de guardia me leí 1873 I República Española de
Fernández-Rúa.
Todos los años los
días previos y posteriores (y muchos más del año) al 14 de abril, llevo
mis pendientes republicanos a trabajar. Normalmente nadie repara en
ellos porque desconocen los colores de la bandera republicana, pero me
produce mucha alegría que de vez en cuando alguien se dé cuenta y diga:
bonitos pendientes.
Este año como vamos desprovistas de cualquier
complemento para trabajar, ni una triste crema hidratante llevamos, no
podré comentar bajo la alegría de los pendientes, mi habitual
proselitismo republicano como parte de la solución y punto de partida
para alcanzar la democracia.
Con pendientes o sin ellos mi postura
es siempre clara y manifiesto abiertamente mi posición anti monárquica.
Entre otras cosas que tienen que ver con mi ámbito profesional, nunca
entendí que los hospitales públicos lucieran nombres de la familia real y
mucho menos que nadie se escandalizara por ello, por ejemplo en Parla
(Madrid) el hospital se llama nada menos que Infanta Cristina, ¿no es
ofensivo???
Mi discurso allá donde he ido ha sido visceral, aunque
me costase perder simpatías entre la tropa sanitaria, y ahora más que
nunca sigo en mis tesis anti Felipe, anti Amancio Ortega, anti
Florentino Pérez, anti Roig...
Ese mare magnum monárquico-empresarial
que se empoderó al calor del Cara al Sol de Franco es a lo que hay que
combatir sí o sí.
Porque es esta Patronal quien están dispuesta a
arriesgar la vida de l@s trabajador@s en España, antes que arriesgar el
Capital de sus empresas.
¿Alguien cree que no tienen bastante
solvencia para aguantar la crisis y tener que someter a sus trabajador@s
a ser contagiad@s? Y aunque así fuera, si estamos muertos, qué más da.
Se amparan en la connivencia del Gobierno, y aquí voy a ser implacable,
lo que no es, no es.
Yo no soportaría volver a la situación inicial de
contagiados y fallecidos. Esto NO ES UN JUEGO, es traspasar la
delimitación impuesta por el COVID.
Los empresarios no se enteran de que
no estamos bajo las leyes del mercado y de la cotización en bolsa, sino
bajo las normas biológicas de un virus que no se detiene ante nada,
salvo al estricto confinamiento.
Por mis abuelas que les fue
arrebatada la República y representan a las abuelas de toda la clase
obrera, hoy más que nunca SALUD, REPÚBLICA y NI UN PASO ATRÁS.
¡Venceremos!
Tania Pasca Parrilla
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