Las llegadas del AVE de Madrid registraron este viernes una abultada actividad.
Málaga, el refugio del confinamiento de Madrid
Malagueños vuelven a casa desde Madrid
Las llegadas del AVE ayer estaban llenas de estudiantes locales y teletrabajadores que aprovecharon el último día antes del 'cierre' de la capital para volver a sus casas familiares
Allá por marzo, unos días antes de que comenzara el estado de alarma y ante una situación epidemiológica en Madrid peor que en el resto de España, las estaciones de tren, los aeropuertos y las carreteras vivieron un éxodo de ciudadanos hacia sus segundas residencias o segundos domicilios.
A pesar de las críticas que se multiplicaron entonces desde algunos sectores, el 'cierre' de Madrid de este fin de semana dejó ayer estampas similares por toda España, empezando por las imágenes de la estación de Atocha a rebosar a primera hora de la mañana, pero también en ciudades como Málaga, donde la estación María Zambrano era un hervidero de teletrabajadores buscando «refugio», pero sobre todo centenares de estudiantes regresando a casa de sus padres.
«Sin poder ir físicamente a la universidad porque la han cerrado, qué sentido tiene que mi hija siga estando allí corriendo el riesgo de contagiarse y sin casi poder salir de casa», decía muy convencida este mediodía la madre de Marta, una joven malagueña que estudia la carrera de Económicas en una universidad privada. «Ahora están con las clases virtuales, así que mejor aquí en casita y con menos riesgo», insistía esta mujer que esperaba a su hija tras el control de seguridad de la estación.
La idea de esta chica de regresar y seguir sus estudios de forma telemática desde Málaga no es una excepción. Tal como avanzó ayer este periódico, ayer viernes miles de madrileños y de residentes en Madrid decidieron echarse a la carretera o tomar un tren para huir de la ciudad horas antes del inicio del confinamiento de la ciudad. Eso sí, este escape no llegó a los límites de marzo, aunque la explicación parece sencilla.
En esta ocasión las familias con niños no podían abandonar su residencia habitual dado que los pequeños sí pueden ir al colegio, por lo que la 'operación salida' improvisada parece que afecta a más a los que tienen su familia fuera de la capital.
Aún así, eran miles los ciudadanos que durante la mañana y la tarde tomaron un tren con destino a Málaga, pero también a otros lugares con menor incidencia del coronavirus, como Valencia, Alicante o Sevilla ante la mirada atenta de los controles de la Policía Nacional desplegados y que desde las diez de la noche intervinieron para evitar los viajes no autorizados; una denominación que no termina de estar del todo clara.
Lo que está claro es que este éxodo también ha tenido sus riesgos. Mientras la madre de Miguel espera que el AVE de su hijo llegue a María Zambrano, muestra una fotografía que su hijo le había enviado de Atocha a primera hora de la mañana, en la que se observan mogollones de personas agolpadas junto a los andenes. «Por este tipo de imágenes es por lo que hemos decidido que se vuelva a casa», se justifica la progenitora del estudiante de Ingeniería, que además matiza que su hijo no es el único que se vuelve.
«En este tren vienen varios amigos suyos en la misma situación, y más compañeros de otras provincias han hecho lo mismo. ¿Para qué se van a quedar allí sin salir de sus casas?», se pregunta, tras lo cual admite que el billete que le había comprado era solo de ida. «Cualquier sabe cuándo podrá volver. Que se quede aquí todo el tiempo que pueda».
Aunque los estudiantes y la gente más joven en general eran la mayoría, también había pasajeros solos de mayor edad. Ese era el caso de Danielle, un ingeniero italiano que llevaba años trabajando en Madrid, y que ahora se venía para Málaga porque tenía la posibilidad de teletrabajar. Junto a las dos grandes maletas, portaba una jaula en la que llevaba a un perro, y no tenía problema en reconocer por qué hacía este viaje. «Vivo en un barrio de los que ya han confinado y estaba harto.
Y como tengo unos amigos en Málaga, pues he decidido venirme con todos los bártulos hasta ver qué pasa. Allí no puedo prácticamente salir de casa y me dicen que en Málaga la cosa está mucho mejor», afirmaba sin tener en cuenta las críticas que se produjeron hace apenas ocho meses. En su caso sí cuenta con un billete de vuelta, aunque sabe que probablemente lo cambiará para más adelante. «Seguro que en Málaga se vive mejor que en Madrid».
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