Tras intentar escribir a los 350 diputados, López Prado se ha llevado una sorpresa: el 30% de los diputados no anuncia su email en la web del Congreso y sólo 9 de 350 contestaron a la carta enviada por este ciudadano. Eso sí, todos tienen iPhone, iPad y ADSL gratuitos pero desprecian el contacto telemático.
Ignacio López Prado, ciudadano y elector español, quería hacer llegar sus propuestas políticas sobre justicia social y mejora de la democracia a los 350 diputados del Congreso. Tras elaborar un escrito (puede consultarlo aquí) accedió a la página web de la Cámara Baja para recabar los correos electrónicos de sus señorías. Cuál fue su sorpresa al ver que 105 parlamentarios carecían de “email” publicado en el “site”. Frustrado, pero con la firme decisión de elevar sus propuestas a los supuestos representantes de la soberanía popular, mandó su correo a los otros 244 que, en un principio, sí estaban “disponibles”.
En mayo, más de un mes después de enviar sus propuestas, se da cuenta de que los resultados han sido desoladores. Sólo nueve diputados le han respondido: siete del grupo socialista (Joan Ruiz – Tarragona-, Pepe Martinez Olmos –Granada-, Federico Buyolo –Alicante-, Rosa Delia –Alicante-, Jose Ignacio Sánchez Amor –Badajoz-, Magdalena Valerio -Guadalajara-, Jose María Barreda – Ciudad Real-) y dos del grupo de Izquierda Plural (Ricardo Sixto –Valencia-, Joan Coscubiela –Barcelona-).
Las contestaciones de este exiguo grupo de parlamentarios van desde la simple respuesta tipo: “He leído su correo con interés. Estudiaré las sugerencias”, hasta largas contestaciones que sí denotan una lectura pausada del “email” recibido y que incluso facilitan un número de teléfono móvil para ampliar las explicaciones. Sin noticias de PP, CiU, PNV, UPyD o Grupo Mixto. Pese a que los diputados cuentan con un iPhone, un iPad y una línea ADSL que obtienen gratuitamente a costa del contribuyente y a precio de oro por su condición de parlamentarios, y que disponen de un ordenador y un despacho en el Congreso, desprecian el contacto digital con los ciudadanos.
Del grupo mayoritario del Congreso (Grupo Popular), que sustenta al Gobierno de Rajoy, no ha respondido ninguno de sus 184 miembros. 67 de ellos no publicitan su email en la página del Congreso. Siete ministros que ocupan puesto en el hemiciclo y el presidente del Gobierno, no muestran su cuenta de correo electrónico. Otros ministros como Jose Manuel Soria, sí tienen “email” visible pero no han respondido a Ignacio López Prado.
Entre el resto de grupos parlamentarios, aparte de la ya citada excepción de PSOE e Izquierda Plural, no ha respondido ninguno de sus diputados. Los cinco miembros del grupo parlamentario de UPyD tampoco anuncian sus emails en la página web del congreso. Cuatro de ellos, a excepción de su líder Rosa Díez, sí publicitan su cuenta de twitter. Ignacio López Prado no ha contactado con estos diputados tuiteros porque, pese a su capacidad de síntesis, no se veía capaz de resumir sus propuestas en 140 caracteres.
Ignacio López Prado se siente estafado, está convencido de que los representantes políticos viven de espaldas a la sociedad, sin importarles lo que piensan los ciudadanos ni atender sus demandas. Y no es cuestión de precariedad de medios, pese a que los ciudadanos viven arruinados por la “casta”: las páginas web del Congreso cuestan al erario público medio millón de euros y a pesar de ello tampoco cumplen su función por la desidia de los ocupantes de los escaños.
Por otra parte, al buscar los correos electrónicos de los diputados en la página web del Congreso, López Prado ha reparado en que el “site” es muy lento y funciona de forma deficiente, hecho que ya ha sido denunciado por ingenieros en telecomunicaciones e internautas. En 2007 la Cámara Baja renovó su web dentro de un plan de modernización del hemiciclo que costó 15 millones de euros.
En el caso del Senado, su “site”, que fue renovada en 2012, tiene un coste que ronda el medio millón de euros. Ignacio López Prado protesta por este gasto desorbitado, en ningún caso justificable. El dispendio le parece más descorazonador aún si tenemos en cuenta que las citadas páginas web no cumplen su función de conectar a los ciudadanos con los políticos.
Existe un grupo de personas que representa lo que denominamos “periodismo 2.0”, elaborado por ciudadanos, blogueros y periodistas independientes que están alejados de los “mass media” tradicionales. La era de internet permite difundir mensajes instantáneos a un público masivo sin necesidad de tener el respaldo de una empresa de comunicación. Páginas como quehacenlosdiputados.net, la Fundación Civio, asociaciones como Economistas sin fronteras o iniciativas como la de Hervé Falciani (Partido X), que copió datos de 130.000 cuentas de evasores fiscales; y el periodista griego Kostas Vaxevanis, que ha difundido datos sobre 2.000 defraudadores de su país, demuestran que hay una masa contestataria y disidente que aprovecha estas herramientas cibernéticas para criticar las incoherencias del sistema y denunciar a los ladrones de guante blanco que ocupan los escaños desde los partidos del régimen.
En palabras del heleno Vaxevanis, “los ciudadanos saben que hay una lista de personas que son intocables y al mismo tiempo están al otro lado, sufriendo los recortes”. Es hora de cambiar las cosas.
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