"Fue un error tuyo": Correo electrónico anónimo amenaza a la enfermera Teresa Romero

© AFP PIERRE-PHILIPPE MARCOU 

No presentar ninguna denuncia es lo que aconseja una carta anónima enviada a la sobreviviente del ébola, la enfermera española Teresa Romero, inculpándola de su contagio.

 La carta amenazante, que viene circulando por hospitales de Madrid, le advierte de que en caso contrario se enfrentará a un pleito en su contra por presuntamente haber callado sus sospechas de que estaba enferma.

"Fue un error tuyo, y como lo sabías, sospechaste que estabas infectada y procuraste evitar el contagio de tu marido", señala el 'email' suscrito por un "compañero médico" y citado por el portal 'Vozpópuli'.

Fue un error tuyo, y como lo sabías, sospechaste que estabas infectada y procuraste evitar el contagio de tu marido

La carta le acusa de no compartir sus sospechas con la médico de cabecera ni con las peluqueras que la depilaron, que "no pusieron cuidado alguno en evitar contacto con tus fluidos".

El autor señala que dichas personas "pudieron haberse contagiado, y por ignorancia, haber esparcido el ébola y provocar una pandemia".

Por eso -sostiene- ellos pueden plantear un pleito contra Romero si esta última o su marido presentan alguna denuncia.

El autor le aconseja que se calle, y se limite a dar las gracias a la Sanidad española.

El lunes pasado se informó que los abogados de Romero han interpuesto una demanda contra el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, por afirmar que ocultó información a los facultativos que la trataron en los días previos a su hospitalización, y que su contagio pudo deberse a un error suyo al no cumplir de forma estricta los protocolos.

La enfermera, quien recibió el alta hospitalaria la semana pasada, exige una indemnización de 150.000 euros (unos 187.000 dólares) por acusaciones "falsas".

Además, Romero y su esposo, han pedido otra indemnización de 150.000 euros a la Consejería de Sanidad madrileña por el sacrificio de su perro Excalibur, a quien el matrimonio consideraba "como un hijo adoptivo". 

La defensa argumenta que "la muerte del animal fue una decisión tomada de forma improvisada y en contra del criterio de los especialistas". 


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